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Carmen Juste Gracia, presidenta honorífica del Centro Aragonés de les Alqueries

Carmen Juste Gracia, presidenta honorífica del Centro Aragonés de les Alqueries
  • “Siempre trabajé por el desarrollo del colectivo”

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La presidenta honorífica del Centro Aragonés sigue al lado de su colectivo de baile, tal y como demostró en la pasada festividad de San Jorge, acudiendo junto a su marido, Juan Molés. Carmen, siempre discreta, ocupó un puesto más entre el público pero el director del centro le indicó ante el público que, en la próxima cita del Centro Aragonés, ocupe el lugar que le corresponde como presidenta honorífica, junto al actual presidente, Juan José Broch y las autoridades locales.

El pasado 21 de octubre de 2007, Carmen se llevó una grata sorpresa cuando, sin ella saberlo, se la nombró presidenta honorífica del Centro Aragonés de les Alqueries, tras haber estado 12 años al frente del colectivo como presidenta. ¿Cómo se sintió aquel día?
Me quedé impactada porque yo lo desconocía totalmente. Estaba sentada en el público cuando de repente empezaron a decir que faltaba alguien sobre el escenario y fueron introduciendo la decisión de otorgarme este magnífico cargo. Cuando me nombraron no reaccioné pero cuando me dispuse a subir las escaleras y ví a la alcaldesa, Consuelo Sanz, con el cuadro del Ayuntamiento, a la corporación municipal al completo en la primera fila y a toda mi gente sobre el escenario y me emocioné, me sentí como si estuviese atravesando una alfombra roja.

Carmen Juste, casada y con dos hijos, ha estado en el Centro Aragonés desde su formación, ¿cómo fueron aquellos inicios?
Primero fui socia, después secretaria y seguidamente pasé a ocupar el cargo de presidenta, aunque lo cierto es que desde siempre he estado vinculada al movimiento asociacionista porque también he estado vinculada con las Amas de Casa. Me costó asumir que era la nueva presidenta del centro cuando me votaron pero pronto me puse manos a la obra y siempre con el apoyo de mi marido que me ha impulsado siempre para sacar adelante mis propuestas.

La presidenta del colectivo de baile durante 12 años estudió Magisterio en su juventud pero no ejerció su profesión. Quizás esos estudios fueron la base para tener claros, desde el principio, cuales eran los objetivos a cumplir por aquellos años.
Cuando entré me centré en potenciar la escuela como medio de difusión de la cultura aragonesa y mantenimiento de las raíces; inculcar los valores de cooperación y participación ciudadanos a través de la escuela en actos institucionales y sociales; y promocionar entre los jóvenes y los mayores actividades lúdicas que fomentaran la conexión con otros grupos de la localidad.

¿Cuál es la valoración que hace de su cargo?
Pues estoy bastante satisfecha y me llevo amigos tanto jóvenes como mayores como “mis chicas del baile” a las que quiero y que siento como si fueran algo mío. Al estar también vinculada con el Gobierno de Aragón a través de la presidencia del Centro Aragonés de les Alqueries y la participación de nuestro colectivo en todas las actividades que desde el gobierno aragonés se generan, tengo infinidad de amigos de otros colectivos aragoneses. También me he llevado muy bien con los socios de nuestro centro.

¿Cualés eran las actividades anuales que programaba para el centro?
Pues las fechas más significativas para el colectivo eran, y lo siguen siendo, las fiestas patronales de la localidad en honor a la Virgen del Niño Perdido, el Día del Pilar, el Día de San Jorge, la participación en actos culturales, las misas baturras, colaboraciones en bodas y serenatas, y la reunión todos los martes de la escuela de baile, rondalla y canto. Ensayando y preparándose es como se consigue que funcione el centro.

¿Cómo era su trabajo por el Centro Aragonés?
Pues lo cierto es que trabajaba con tanta ilusión, y lo vivía con tanta intensidad que, aunque hay momentos de nervios le ponía ganas y todo salía adelante. Además, para nosotros también ha sido fundamental estar integrados en un gran colectivo que aglutina a todos los centros, la Federación. Además, hemos estado acudiendo a cada congreso que se ha realizado cada 4 años al que acuden, cada vez, todos los presidentes, así como a las asambleas generales.

¿Cuál era la opinión que despertaba entre el resto de centros aragoneses como mujer en su cargo?
La verdad es que no era normal cuando yo empecé ver a una mujer al frente de un colectivo. Mi máxima, cada vez que hemos ido a cada concentración de grupos, ha sido representar con orgullo a la localidad, la reina de cada año, y el estandarte, ya que el nombre del pueblo llamaba la atención entre los asistentes, Alquerías del Niño Perdido. Nunca me ha importado ser una mujer en un mundo de hombres, el trabajo por el colectivo es lo principal.

De todo lo que ha conseguido al frente de su asociación durante los 12 años de mandato, ¿qué ha sido lo más importante que se ha conseguido?
Sin lugar a dudas que estuvieran aglutinados en un mismo centro.

¿Y qué queda por conseguir?
Que pueden ocupar y hacer uso de las nuevas instalaciones de la Casa de la Música i Dansa, es fundamental para su desarrollo. Es un local magnífico del que todavía era presidenta cuando se puso la primera piedra, fue un acto muy importante para mí.

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