Aparici: “La valoración de la gestión de Tur la hicieron los ciudadanos en las urnas cuando lo echaron de la alcaldía”
“La gestión de Josep Tur –ha continuado Aparici- es bien conocida por todos, por eso los ciudadanos en las urnas decidieron echarlo de la alcaldía”. Además el concejal popular ha calificado de “inaudito” que “una persona que está imputada por colocar una cámara oculta en la primera planta del Ayuntamiento, que presuntamente grababa a funcionarios, políticos y ciudadanos sin su conocimiento, pretenda dar lecciones de gestión de gobierno”.
Además el edil de Hacienda ha recordado que “el anterior gobierno socialista tiene en su haber un sinfín de sentencias condenatorias con cargo a las arcas municipales, así es que todos los ciudadanos de La Vall tendremos que pagar, por ejemplo, los 337.000 € de FACSA, los 100.000 € que dejaron gastados pero no presupuestados en la concejalía de Cultura, Educación y Deportes, o los 60.000 que nos cuesta el capricho de la hija de un concejal socialista que se empeñó en casarse por lo civil en un recinto que pertenece a la Iglesia, todo esto por no hablar de la adjudicación, una vez perdidas las elecciones y con los informes técnicos en contra, de la construcción del parquing del Polígono III”.
Aparici ha recomendado a Tur “que no se suba al tren de la crítica fácil, porque los hechos y los datos demuestran que los cuatro años de gobierno del PSOE con IU en la Vall han sido nefastos para los bolsillos de los ciudadanos” y ha repetido que “en el caso del secadero de naranjas, la documentación ya está enviada al juzgado y ahora hay que esperar a que los tribunales dicen sentencia”.
sarin lle la prensa. Aparici intenta desacreditar a Tur, pero el mismo es un descrédito. Perdió en 2003 y dejó un agujero de 27 millones. Condenado a 6 meses de carcel y acusado ahora por presunto delito medioambiental por el que le piden 7 años de cárcel. Sus compas en el equipo de gobierno, Bonig, Clavell, Molina, Vicente Ruiz ya han aprendido en camino del banquillo. Están tan ocupados, como Camps en Valencia, acudiendo a los tribunales, que el gobierno local está abandonado.