“Juan de Dios impulsó a la Enfermeria por el itinerario de la conciencia; Nightingale, por el de la ciencia. Las enfermeras somos resultado de la confluencia de ambos caminos”

La Academia de Enfermería de la Comunitat Valenciana ha celebrado un webinar titulado “Entre el resplandor y la oscuridad. Las reformas de la Enfermería en la historia” en colaboración con la Fundación Index en la que su presidente, Manuel Amezcua, realizó una interesante reflexión y exposición al respecto. (webinar accesible desde este enlace)

La presentación de este webinar corrió a cargo del presidente de la Academia de Enfermería de la Comunitat Valenciana, José Antonio Ávila, quien destacó que el mismo se organizaba por un doble motivo: celebrar el tercer aniversario de la Academia, de la que en junio 2018 se aprobaron y publicaron sus estatutos y, por otro lado, enmarcarlo en el bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale.

En la conferencia ofrecida por Manuel Amezcua se abordó el impacto que tuvieron las dos grandes reformas habidas en la profesión de Enfermeria a lo largo de la historia: la de Juan Ciudad, más conocido como San Juan de Dios, llevada a cabo en el Renacimiento, y la de Florence Nightingale, llevada a cabo en el Reformismo. Amezcua analizó las continuidades y las discontinuidades de una y otra y sus marcos de influencia.

Para comenzar, destacó los diferentes períodos de luces y oscuridad de la sucesión de hitos en la historia de la profesión enfermera en Occidente. Períodos de claridad y períodos de penumbra que se yuxtaponen y suceden para ir dejando una estela de evocaciones y formas estéticas de ejercer y entender la Enfermería.

Amezcua trató durante su intervención de desmontar las falacias que se ciernen sobre la historia de nuestra profesión, “que son alimentadas por la ignorancia, por una cierta pereza intelectual a entrometernos en los archivos y la lectura crítica de los archivos y los clásicos de la Enfermería”, dijo.

Para el presidente de la Fundación Index, los momentos de lucidez de la historia de la Enfermeria han venido de la mano de grandes líderes inspiradores de grandes reformas. “Me voy a referir a dos grandes intentos renovadores que tuvieron lugar en Europa. El primero en la España imperial de los Austrias inspirado por un personaje que revolucionó la conciencia de la gente, Juan Ciudad, también llamado Juan de Dios. Y tres siglos después, en la Inglaterra victoriana, por una aparente frágil mujer llamada Florence Nightingale, que puso patas arriba la excluyente y machista visión de la ciencia y de los servicios de salud. Las dos son imprescindibles para conocer la evolución de la Enfermería que hoy desempeñamos. De haber coincidido en la misma época se hubiesen entendido muy bien y hubieran hecho muchas cosas juntos. Y esto porque en el fondo los dos hicieron lo mismo, inspiraron una renovación de la Enfermeria como profesión, aunque con modelos diferentes, adaptando cada uno el tiempo que les tocó vivir”, añadió.

Enfermería por los itinerarios de la conciencia y la ciencia

Tal y como expuso el ponente, Juan de Dios empujó a la Enfermeria a transitar el itinerario de la conciencia, mientras que Nightingale lo hizo a través del de la ciencia. “Las enfermeras del siglo XXI somos el resultado de habernos encontrado en la confluencia de ambos caminos”.

Manuel Amezcua se refirió a la propuesta de Juan de Dios como una propuesta integradora de laicos que usaban la fórmula de confraternidad de la Iglesia para realizar un tipo de fundaciones muy particulares que estaban destinadas a hacer las obras de misericordia, una forma de utilizar el discurso de la Iglesia para atender a la población mas desfavorecida.

Para el presidente de la Fundación Index, la importancia de Juan de Dios radica en que sin proponérselo se convirtió en un arquetipo de reformador hospitalario, el hospital moderno que sentó las bases de los que han llegado a nuestros días. “El cuidado enfermero se va a sustentar en la dignidad de la condición humana. Para el enfermero todas las personas son iguales y tienen derecho a recibir el mejor trato posible, tanto los nobles cuando son atendidos en sus casas como los indigentes en los hospitales. Para ello se requiere un tipo de hospital diferente. Un hospital orientado más a la curación que a la reclusión, con una gobernanza profesionalizada en manos de enfermeros mayores. Unas estructuras hospitalarias que incorporaron escuelas que fueron las primeras escuelas de Enfermeria con el modelo de noviciado y que resultaron el motor de la profesionalización de los enfermeros, que incorporaron competencias muy concretas”.

Profesión laica

Con la aparición de Nightingale la Enfermeria se tendrá por profesión laica, desempeñada por mujeres formadas y remuneradas, según explicó el ponente. “La racionalidad supuso además unos aportes a la ciencia que serian el sostén del nuevo modelo de Enfermería, basado en que los cuidados de Enfermeria producen resultados directos en la salud de la población y que la observación sistemática permite instaurar una pedagogía sobre las causas de la enfermedad y la prevención. Y mostró para la posteridad los tres indicadores profesionales que hoy aceptamos como condicionantes del impacto que las enfermeras podemos producir en la salud de la población: más competencias profesionales, más ámbitos asistenciales y más visibilidad social. A partir de Florence Nightingale el avance de la Enfermeria ha sido constante e imparable”.

En opinión de Manuel Amezcua, estas son las dos grandes reformas que han condicionado el devenir de la Enfermeria que conocemos y compartimos aunque con variedad de matices y expresiones. “Estas dos reformas superaron la imagen deteriorada que había de la enfermera en su tiempo. Juan de Dios lo hizo por la vía de la conciencia, posicionándose de forma comprometida ante la desigualdad y reclamando el principio cristiano de la redención ante las buenas obras. Florence Nightingale lo hizo tres siglos más tarde reinstaurando el principio hipocrático de que solo la naturaleza cura, demostrando científicamente que el cuidado integral de la persona en su entorno previene la enfermedad y produce resultados efectivos en el establecimiento de la salud. Y reclamando para la mujer un plano profesional del cuidado que se concretó en la disciplina enfermera, dando lugar a un modelo lucrativo que se diseminó rápidamente”.