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Los ingenieros agrónomos alertan sobre la gravedad de la plaga de tomicus

Los ingenieros agrónomos alertan sobre la gravedad de la plaga de tomicus
  • Hay municipios afectados en Alicante, Castellón y Valencia

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Los ingenieros agrónomos alertan sobre la gravedad de la plaga de tomicus  - (foto 2)
Los ingenieros agrónomos alertan sobre la gravedad de la plaga de tomicus  - (foto 3)

Al igual que el picudo rojo ha mermado considerablemente la población de palmeras de la Comunitat Valenciana en los últimos años, una nueva plaga, más inquietante si cabe, está atacando gravemente los bosques de pino: la del tomicus destruens.

Miles de pinos, afectados

La plaga afecta a las tres provincias valencianas. En zonas como el monte de El Vedat ha acabado ya con tres de cada diez pinos, Paterna ha talado 600 ejemplares y ya no es extraño ver extensas manchas marrones de pinos muertos en emplazamientos tan variados como el Alto Mijares, la pinada de la Universidad Laboral de Cheste, los montes de Chiva, El Puig, donde se han talado 300 pinos, el monte del castillo de Oropesa (donde también se han talado ejemplares), o el mismo monte de la ermita de La Magdalena en Castellón de la Plana, donde no se ha tomado todavía ninguna medida. También en Alicante, en municipios de la comarca de la Vega Baja, como Redován, Benejúzar o Callosa de Segura, hay zonas con hasta el 80% de los ejemplares afectados.

La defensa del pino sano ante este insecto es la resina, que lo atrapa e impide su movimiento. “Hoy los árboles están resecos, sin resina, y el tomicus campa a sus anchas, sin que nada se lo impida”, advierte Eduardo Lloréns, vocal del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Levante, que atribuye la proliferación del tomicus “a la gran presión que ejercemos sobre el medioambiente, que colabora en gran medida a la extensión de la plaga; al calentamiento global, a las inusuales temperaturas que estamos sufriendo, la sobreexplotación de recursos y falta de planificación y coordinación en la gestión de los bosques. Es verdaderamente estremecedor”.

Reclaman medidas coordinadas e inmediatas

La conselleria de Medio Ambiente declarará en breve el tomicus como una plaga, y debería apostar por una acción coordinada en todo el territorio. “Sería un error dejar a los municipios solos contra este problema, entre otras cosas porque muy pocos se preocupan de tener técnicos en sus plantillas para ordenar y gestionar debidamente sus espacios naturales y rurales. Por ello es necesario que la Generalitat coordine las actuaciones e invierta lo necesario para parar esta amenaza que puede diezmar los montes valencianos en unos años. Si no se toman medidas coordinadas e inmediatas, podemos estar hablando de una situación irreversible en un corto espacio de tiempo”, advierte Lloréns.

Atacar la plaga con productos químicos ha resultado de poca efectividad. La solución planteada y llevada a cabo ya por algunos ayuntamientos es la tala y triturado de los ejemplares enfermos, el control con feromonas, atrayendo los insectos a trampas, y la gestión correcta de los espacios naturales, por minúsculos que sean, sabiendo qué se puede y qué no se puede desbrozar en nuestro bosque.

Comienza a atacar ejemplares sanos y potentes

El tomicus destruens es un coleóptero escolítido de 4-4,5 mm de longitud con cabeza y tórax de color negro brillante y los élitros de color castaño. Sus larvas son ápodas, encorvadas y de color blanco con la cabeza marrón. Hasta hace poco era un insecto más, que cumplía su función en las masas de arbolado comiendo pinos cuyo estado era viejo y debilitado. Pero se ha convertido en una enorme amenaza que ataca ahora a ejemplares sanos y potentes.

Sus daños principales son las galerias subcorticales en los troncos y ramas gruesas, ya que dichas galerías maternas —y sobretodo las larvarias en los troncos— pueden interrumpir la circulación de la savia del árbol y provocar su muerte. Por otra parte, los adultos también excavan galerías en las ramillas de las copas.

Una repoblación ordenada y adecuada

Para mitigar los efectos del tomicus en los bosques de la Comunitat se hace necesaria una repoblación ordenada y bien gestionada, con plantones de una edad adecuada y no solo con pinos y carrascas, sino también con acebuches, algarrobos, murtas y el resto de especies que componen el variado y rico bosque mediterráneo, además de establecer programas para la recuperación de la agricultura y ganadería de montaña que tanto bien hacen a nuestros bosques.

“Si no hacemos esto, las consecuencias son imprevisibles pero nada halagüeñas. Somos una comunidad que ha sabido superar plagas importantísimas; apostemos por contar con nuestros compañeros ingenieros agrónomos especialistas en estas materias y por reaccionar con una actuación coordinada de todas las administraciones involucradas. No se puede jugar con el medioambiente, ya que la factura que pasa es impagable”, concluye Eduardo Llorens.

 

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