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Impulsetech guía a las empresas en su camino a la digitalización

Impulsetech guía a las empresas en su camino a la digitalización

    La situación social, económica y sanitaria ha puesto de relieve la necesidad de apostar por una economía digital. Las medidas de distanciamiento social y de restricción de movilidad han hecho que muchas PYMES redujeran drásticamente su nivel de facturación, mientras que las empresas digitales han aumentado su margen de beneficios.

    En esta situación parece evidente que la mejor opción es saltar al sector digital. Pero existen numerosas dificultades que todavía suponen cierta resistencia en el paso al negocio online.

    El crecimiento del e-commerce

    España ha visto incrementado el número de sus compradores digitales en un 20%. La COVID-19 ha acelerado lo que ya era una tendencia: la sustitución del comercio tradicional por el comercio online.

    Esta tendencia se debe a las numerosas ventajas que plantea la operativa digital. Desde la rapidez y comodidad a la hora de seleccionar o adquirir productos o servicios hasta la optimización operativa y de costes que representa para el negocio.

    Gracias al desarrollo de las TIC, incluso servicios tradicionalmente presenciales (como la abogacía o las consultas médicas) se han digitalizado. Y las empresas que han implantado herramientas online han podido continuar su actividad pese al resentimiento de la economía general.

    Pero esta tasa de crecimiento no está exenta de complicaciones. Muchos negocios online no cuentan con las medidas de seguridad oportunas o no gestionan la información de sus clientes conforme al RGPD, la LOPDGDD y demás normativa aplicable.

    La LSSICE es otra asignatura pendiente, y a todos estos retos legales se suma la falta de conocimientos informáticos o habilidades digitales de parte del sector empresarial. Impulsetech, proyecto de reciente creación, analiza algunas de las claves fundamentales a las que se enfrenta la industria digital.

    Revolución 4.0

    El primer reto al que debe enfrentarse cualquier empresa en proceso de digitalización es, precisamente, la competencia con otras empresas digitalizadas. La operativa online ya no es una opción, sino una necesidad.

    Así lo demuestran programas como la Agenda Digital 2025, promovida por el Gobierno, que se estima movilizará inversiones públicas y privadas por valor superior a los 70.000 millones de euros. Se trata así de trazar una vía hacia la transformación digital, que permita a las PYMES y a los autónomos españoles explotar todas las ventajas de lo que se ha venido a llamar la “cuarta revolución industrial”.

    También la CEOE ha puesto en su punto de mira la digitalización de las empresas españolas, dentro de su Plan Digital 2020. Su objetivo no es otro que concienciar sobre los beneficios de la digitalización y favorecer el uso intensivo de las TIC.

    En este marco, las empresas reacias a la digitalización están condenadas a empequeñecer. Incluso sectores tradicionales, como la artesanía, las artes o la agricultura, están viviendo un renacer gracias a las nuevas puertas que abre Internet. La clave, por tanto, está en no quedar atrás en la carrera digital.

    Un marco regulatorio creciente

    Como no podía ser de otro modo, el incremento de los negocios digitales va acompañado de un crecimiento en la complejidad del marco regulatorio aplicable. Pero muchos empresarios y PYMES desconocen la normativa a aplicar en su operativa online. Incluso las agencias de diseño y desarrollo web suelen tener carencias en este sentido.

    Por eso es importante estar bien asesorado a la hora de pasar a la operativa digital. En este sentido, conviene confiar la transición a una agencia concienciada con la normativa a aplicar al comercio electrónico o incluso contar con la asistencia de especialistas en Derecho Digital.

    La ciberseguridad, en el punto de mira

    Uno de los retos principales para las empresas que quieren saltar a la operativa online radica en garantizar la confidencialidad, integridad y accesibilidad de su información. De hecho, muchas compañías se muestran reacias a utilizar herramientas digitales precisamente por su desconocimiento del sector o por temor a las brechas de seguridad.

    Lo cierto es que la ciberseguridad debe ser un criterio rector del desarrollo de cualquier proyecto web. Una vez elaborado el sistema, parchearlo suele ser más costoso y menos efectivo. De modo que cualquier empresa que pretenda digitalizar su negocio debería prestar especial atención a esta cuestión.

    Pero no olvidemos que la ciberseguridad no termina en las técnicas empleadas para desarrollar una aplicación. Como recuerda el INCIBE, la concienciación, la aplicación de buenas prácticas y protocolos de seguridad y el análisis de riesgos resultan fundamentales para garantizar la seguridad de la empresa digital.

    En este sentido puede ser particularmente interesante mantener la relación con la empresa de desarrollo durante todo el ciclo de vida del negocio. De este modo se pueden realizar consultas o auditorías, solicitar consejos y seguir las buenas prácticas propuestas por los especialistas.

    El tratamiento de datos, desde el diseño

    Otro de los grandes retos para las empresas que quieren digitalizarse es la implantación de una política de tratamiento de datos adecuada. La AEPD viene realizando grandes esfuerzos divulgativos desde que entró en vigor el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

    El RGPD recuerda que la protección de datos es un derecho fundamental en la Unión Europea. De ahí que promulgue sanciones ejemplares, que pueden llegar a los 40 millones de Euros o al 4 % del volumen de negocio total de la compañía.

    Entre los principios establecidos por el RGPD se encuentra la protección desde el diseño, que busca garantizar la privacidad del usuario por medio de técnicas como la minimización, seudonimización y la transparencia en la gestión.

    La cultura digital

    También representa un freno a la digitalización la falta de cultura digital en grandes grupos de población. La mayoría de empresarios reconocen sentirse incómodos en el uso de herramientas digitales, y las habilidades informáticas de muchas personas trabajadoras se limitan al uso de paquetes ofimáticos.

    En este entorno, los desarrolladores tienden a diseñar soluciones digitales que no terminan por encajar en las necesidades del sector. La inclusión de funciones indeseadas o de una interfaz confusa puede llevar a la empresa a desestimar la herramienta informática.

    Una nueva perspectiva

    Conscientes de las problemáticas del sector, desde Impulsetech proponen una nueva forma de desarrollar herramientas digitales. Su punto de partida es la asequibilidad, entendida como la apuesta por los precios económicos y las soluciones sencillas.

    Pero recuerdan que la simplicidad no tiene por qué implicar una falta de sofisticación. De hecho, parte de su operativa radica en estudiar al detalle a su cliente, sus necesidades, su ecosistema y a su competencia.

    Diseñan de este modo soluciones a medida, fáciles de utilizar y económicas, que prometen ser un trampolín que lance a las empresas al sector digital. Todo ello en tiempos rápidos y prestando la máxima atención al detalle.

    El estudio de diseño y desarrollo web Impulsetech es, por tanto, uno de los emprendimientos que ha aparecido en los últimos tiempos para apoyar la digitalización del tejido empresarial español. Con más de cinco proyectos terminados y otros tantos en desarrollo en menos de un mes de vida, se presenta a sí mismo como un ejemplo de la potencia de las herramientas digitales en tiempos de crisis.

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