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Así será la controvertida vuelta al cole

Xavi Figueres, director del colegio Escola Pia de Gandia
Xavi Figueres, director del colegio Escola Pia de Gandia
  • Los directores de la Escola Pia de Gandia muestran el plan de contingencia, circuitos en los pasillos y distribución de las clases que han elaborado para la vuelta al cole

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Figueres y Borja Pinzón, los dirigentes del centro escolar Escola Pia

La vuelta al cole se antoja un asunto más que controvertido. La pandemia del COVID-19 ha implantado un estado de incerteza en la sociedad. En este momento en el que restan apenas unas pocas semanas para el inicio del próximo curso escolar, los directores y profesores se preparan para lo que venga. Lo único que tienen claro es que dependen de los dirigentes de este ámbito en cada comunidad autónoma, ya que hasta el momento cada una de estas está elaborando su propia “vuelta al cole”. Esto ocurre hasta el próximo día 27 de agosto, fecha en la que Sanidad y Educación han convocado a las autonomías para acordar cuál va a ser la manera de volver a los colegios.

En Gandia, el colegio Escola Pia es uno de los más históricos de la ciudad, con 900 alumnos llenando sus clases. A sus puertas reciben a elperiodic.com sus dirigentes y profesores, Borja Pinzón y Xavi Figueres. Nada más entrar al colegio, ambos indican como primera obligación el lavado de manos con el gel hidroalcohólico, mientras se observa en el suelo un circuito mediante el que han delimitado los recorridos hasta las clases y dos pasillos bien diferenciados, uno de ida y otro de vuelta, para que los alumnos no se mezclen.

Si antes de la aparición del COVID-19 tanto Pinzón como Figueres se conocían la Escola Pia palmo a palmo, después de elaborar y probar una y otra vez el nuevo recorrido de prevención por los pasillos, aulas y patios, para ambos es una apuesta segura siempre y cuando cuenten con la colaboración y el respeto de los alumnos en su cumplimiento.

La manera de acceder al colegio es clara y han adaptado tres entradas diferentes al centro. La primera es para los alumnos más pequeños, los de 3 años; a los que los padres ya no podrán acompañar hasta dentro del aula como medida de prevención y, al no superar la franja de edad marcada en los seis años, no estarán obligados a llevar las mascarillas higiénicas puestas.

Pasando el baremo de edad de los más pequeños del colegio, los siguientes son los alumnos de Primaria. Los que ya tengan 6 años o más, deberán acceder al centro escolar siempre con la mascarilla bien colocada; al menos hasta llegar a su clase. Entrarán respetando los circuitos marcados en el suelo y se sentarán en las mesas de sus clases.

Los más mayores, los de la ESO y Bachillerato, deberán cumplir las mismas pautas y, por edad, esperan que sirvan de ejemplo para los más pequeños a la hora de cumplir con lo establecido. Con la mascarilla puesta y por los pasillos correspondientes llegarán a las aulas, donde todo estará organizado para que se sienten con las distancias mínimas requeridas.

Todo sea por la prevención del virus, así que el tema de cómo organizar las clases ha sido otro de los quebraderos de cabeza para los directores.

Aquí las diferencias son más notables, ya que las denominadas “clases burbuja” de los alumnos de Infantil serán siempre las mismas. Un profesor o profesora estará con un grupo cerrado de alumnos todos los días. En este caso, tan solo en tres asignaturas entraría un profesor diferente, aunque el anterior permanecerá en el aula de la misma manera y, si el nuevo quiere dirigirse a los pequeños, lo hará mediante el que se encuentra dentro de la “clase burbuja” a diario.

La complejidad es notable, aunque escuchando a Pinzón y Figueres parece que, de tantos protocolos y nuevas medidas, esto sea algo más que asumido y con el único paso más de llevarlo a la práctica.

Pasando de franjas de edad, las “clases burbuja” ya no se aplican, por lo que las normas a adoptar en las clases están más referidas a la organización y distancia de las mesas que a la adjudicación de un solo profesor, ya que es algo poco viable conforme va subiendo el nivel educativo hasta llegar a Bachillerato.

Aquí es Figueres quien “juega al tetris” haciendo la demostración de cómo han distribuido las mesas de los alumnos y del profesor. Partiendo de la base que la distancia entre uno y otro debe ser de un metro y medio, cabe destacar que esta se mide desde la silla del alumno. Es decir, de una silla a otra debe respetarse una distancia de metro y medio, que no será necesaria entre una mesa y otra; sino solo entre las sillas de una u otro. En la Escola Pia las clases ya están debidamente organizadas de esta manera, incluso con la distancia con el profesor, que tendrá su mesa apartada y encima de una tarima, con la pizarra y el proyector detrás.

En los cursos más avanzados, hay clases que se van a tener que dividir por falta de espacio. A pesar de que las aulas de la Escola Pia son considerablemente grandes, largas y anchas, hay alguna que otra que requiere de dividir al alumnado para cumplir las normas. En este caso, las clases se seguirán por igual para todos, aunque los lunes, miércoles y viernes serán unos alumnos los que acudan presencialmente a clase y los demás lo harán de forma telemática desde sus casas y a tiempo real para cumplir con las distancias. Los martes y jueves serán los otros alumnos los que acudan a clase físicamente, mientras que los que lo hacen el resto de días seguirán las explicaciones del profesor desde sus casas.

En el caso de las mascarillas en los profesores, se utilizará la lógica, por lo que habitualmente la distancia de un metro y medio se cumplirá debidamente y podrán quitársela. Todo cambia en el momento en el que quieran dirigirse de manera particular a algún alumno, ya que es aquí cuando deberán colocársela para poder acercarse.

Siguiendo con las nuevas normas, los 900 alumnos del colegio Escola Pia sí tendrán tiempo para salir al recreo, aunque no sin limitaciones y franjas horarias. Los más pequeños lo harán de la misma manera que en sus clases, dentro de esa “burbuja” que pretende ser impenetrable por el virus.

Conforme vamos subiendo la edad, el protocolo explicado por los dos dirigentes marca que “podrán disfrutar del recreo gracias a que el patio es una zona muy amplia y ya hemos delimitado en el suelo cuáles son las zonas a ocupar, por lo que cada clase sabrá dónde situarse para descansar un rato sin pasar los límites de las zonas marcadas, cosa que estará controlado por los profesores”.

La gran diferencia en este respecto llega con los alumnos de Bachillerato, los que antes de la pandemia podían salir al exterior del colegio, a la calle y no al patio del centro, para tomar el aire, descansar y almorzar. Esto se acabó, la norma indica que ya no van a poder salir fuera de las puertas de la Escola Pia por prevención, aunque esto no significa que se queden sin su tiempo de descanso, sino que lo disfrutarán en el patio en la zona que esté marcada para ellos.

Todo el asunto del patio se acoge a unas franjas horarias diferentes para cada edad y cada clase. Los alumnos seguirán las indicaciones de los profesores encargados para respetar los horarios del patio y no coincidir todos. Cada clase a su debido tiempo.

Otro de los asuntos más peliagudos llegaría en el caso de que el centro escolar detectara un caso positivo de COVID-19 entre sus alumnos o a alguno de ellos que presentara los síntomas relacionados con la enfermedad. A este último respecto también se acogen los profesores, para los que el protocolo de actuación es el mismo.

“En el caso de que esto ocurriera, hemos habilitado una sala ventilada única y exclusivamente para aislar a un alumno o a un profesor que manifestara los síntomas del Coronavirus, por lo que inmediatamente entraría en esta sala de aislamiento y se activaría el protocolo con Salud Pública y las autoridades sanitarias, las que se encargarían de señalarnos los siguientes pasos a seguir tanto con la persona que presenta síntoma como con el resto que hayan estado en contacto con ella”, detallan los directores.

En esta situación, la Comunitat Valenciana no tiene un número de casos marcados como los máximos antes de tomar decisiones drásticas, aunque en Cataluña sí han señalado este posible hecho. Los centros educativos catalanes, en una comparación realizada por ambos dirigentes a modo de ejemplo, sí han señalado que “si un colegio registra dos casos positivos, deberá cerrar por completo de manera automática y pasar a dar las clases de manera online”.

“En los valencianos todavía no hay nada claro sobre esto, aunque utilizando la lógica no es descabellado pensar que si se registran varios casos en un colegio se llegue a cerrar de forma total para contener el virus”, explican siguiendo la misma conversación.

El método educativo también cambia, ya que están terminantemente obsoletos los trabajos grupales entre los alumnos. Prima, en estas circunstancias, la individualidad de las labores de cada uno para tratar de evitar que lo contrario provocara un posible contagio masivo o grupal.

Los directores Pinzón y Figueres tienen un mensaje claro hacia sus 900 alumnos y las familias de todos ellos: “Hasta donde abarcan las posibilidades de la Escola Pia como centro educativo, pueden estar tranquilos porque vamos a seguir todas y cada una de las medidas establecidas por las autoridades sanitarias, hemos elaborado un plan de contingencia y sabemos todos los protocolos de actuación con los alumnos y con el profesorado, ahora mediante la responsabilidad de cada uno y nuestra exigencia debemos llevarlo a la práctica por el bien de todos”.

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