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La formación de los padres y los docentes, la asignatura pendiente para combatir el acoso escolar

La formación de los padres y los docentes, la asignatura pendiente para combatir el acoso escolar
  • Uno de cada cuatro alumnos españoles ha sufrido maltrato escolar en el último año, según Fundación ANAR.

 La RAE define la discriminación como un trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental. Una definición muy relacionada con el acoso escolar, un maltrato psicológico que, según la Fundación ANAR, percibieron el curso pasado uno de cada cuatro alumnos españoles.

“A raíz del aumento del acoso escolar en los últimos años, y de la gravedad de las consecuencias, es de vital importancia que los agentes educativos se formen para tomar medidas directas en los centros escolares. De lo contrario, la acción se repite y se acaba deshumanizando el grupo, afectando a su salud mental, física, regresión a nivel social o, incluso, puede llevar a comportamientos de riesgo vital”, explica el Grupo de Investigación Adolescencia, Violencia y Educación (GRIAVE) de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).

La solución pasa por sensibilizar a los alumnos frente a conductas de agresión y, para ello, es importante trabajar en el aula mediante charlas, tutorías grupales, películas o libros, así como realizar reflexiones en equipo en las que no haya agentes pasivos. De ese modo, los alumnos que observen algún tipo de agresión se sentirán libres de comentarlo con el equipo docente. Un equipo que conviene que reciba formación sobre acoso escolar antes de iniciar su experiencia laboral, ya sea en los planes de estudio del Grado de Magisterio o bien, en el máster de Secundaria. Gracias a ello podrán impulsar la conciencia, la prevención y la resolución pacífica de conflictos, así como crear un clima cercano y de confianza con el alumnado. “Las clases deben crear un ambiente de igualdad y empatía, buscando los puntos fuertes de cada alumno para que todos puedan aportar desde una visión positiva”, apunta el grupo de investigación de VIU.

El papel de la familia ante el acoso escolar

Además de que en el colegio se trabajen todos estos ámbitos para luchar contra el acoso escolar, la escuela no tiene la capacidad necesaria para trabajar esta problemática en solitario y necesita la colaboración de otros agentes educativos como la familia. Esta es considerada el primer agente de socialización, por lo que juega un papel esencial a la hora de abordar el acoso escolar. Esto es así porque valores como el respeto, la tolerancia o la empatía se aprenden en el seno familiar y, de ahí, se extrapolan los comportamientos a las aulas.

“Es clave que el trabajo contra el acoso escolar se realice por parte de todo el equipo docente del centro, pero también de las familias. Los padres tienen un papel fundamental en la prevención del acoso, dado que facilitan a sus hijos las herramientas necesarias para la resolución pacífica de conflictos desde edades muy tempranas”, apunta el Grupo de Investigación Adolescencia, Violencia y Educación (GRIAVE) de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).

Bajo esta premisa y con el objetivo de ayudar a los docentes y padres cómo afrontar el acoso escolar, este grupo de la Universidad Internacional de Valencia ha elaborado una lista de medidas para prevenir la aparición de esta problemática:

Crear un ambiente de igualdad y empatía dentro de las aulas, de modo que los alumnos sientan que pertenecen a un mismo grupo y sean conscientes de que no están solos.
 

Fomentar la comunicación entre docentes y alumnos para que se sientan escuchados en caso de percibir algún tipo de violencia.
Sensibilizar al grupo frente a las conductas de agresión a través de recursos que se puedan trabajar en equipo.
Realizar talleres de formación para docentes, alumnos y familias en materia de acoso escolar a fin de conocer técnicas para prevenir este problema.
Detectar las primeras señales de agresión y mostrar apoyo y confianza para que el alumnado acuda en busca de ayuda si sienten que la necesitan.
Desarrollar un discurso en sintonía para los alumnos, la familia y la escuela, a través de campañas de sensibilización.

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