Firefest 2011. Nottingham

FIREFEST 2011. Nottingham, 21-23 de Octubre
Todos los años, cuando Nottingham se cubre de hojas, es visita obligada para los amantes del rock más melódico. La ciudad del legendario Robin Hood abre sus puertas para albergar el más famoso de los festivales del género, el Firefest.

¿Por qué tiene tanta importancia para los seguidores de este mundillo? ¿En que basa su atractivo? Pues su especialidad es rescatar grupos o solistas que triunfaron durante el boom de este genero musical en la década de los 80 o hacer interpretar a bandas que siguen en activo discos míticos de aquella época. Para cualquier fan es una oportunidad única de ver en directo aquel concierto que no tuviste oportunidad de ver en tu juventud. Estos grupos liderados por auténticos dinosaurios del rock son teloneados por bandas noveles que ven la oportunidad de tocar junto a los que fueron sus ídolos.

Este año, en su octava edición, el magno evento nos haría disfrutar de tres días de espectáculo con la visita de auténticos divos del AOR.

El viernes a las 17:40, siempre con puntualidad británica, salían al escenario del Rock City los Serpentine sin la carismática voz de Tony Mills, engullido por la agenda de TNT. Su sustituto en los directos de la banda es el prometedor Matt Black que cumplió con creces la tarea ingrata de encender la mecha del festival.

Los siguientes fueron Houston, un dúo sueco que acompañado de buenos músicos nos presentaron su alabado álbum de debut. Su productor, Ricky Delin, ayudo desde el escenario haciendo coros, imagino que viendo que su pupilo Hampus “Hank” Erix estaba más preocupado por las poses y los complementos de su vestuario que por afinar su voz.

Los simpáticos suecos dieron paso a la primera estrella del cartel, Terry Brock, que hacía su primera aparición en solitario para al día siguiente liderar como frontman a la banda Strangeways. El norteamericano, actual cantante de Giant, basó gran parte de su set en su aclamado último disco 'Diamond Blue' destacando entre otras 'Broken', que encendía el fervor entre los asistentes ya preparados para asistir a la última actuación de la noche. Sus compañeros de viaje fueron los músicos de Valentine, antiguos compañeros de Terry, que vinieron también para hacer doblete al día siguiente con Steve Augery.

Y este era ni más ni menos que Jimi Jamison, el mítico cantante de Survivor. Acompañado por Tommy Denander a la guitarra y músicos de H.E.A.T. fueron cayendo uno tras otro temas como 'It’s The Singer Not The Song', 'I’m Always Here', canción de cabecera de la serie 'Los vigilantes de la playa', o 'Burning Heart' y 'Eyes Of The Tiger' incluidas en la BSO de la saga 'Rocky'. La magia sobrevoló durante muchos instantes a los asistentes al Firefest envueltos en la majestuosa voz de Jamison y en sus miradas se vislumbraba que estábamos ante el posible triunfador del festival.

El sábado empezaba con Talon, grupo menor del que se podía prescindir para acabar de comer, ya que su presencia se debía mas a prestar colaboración a Kane Roberts que a su propia discografía, y entrar a la sala para ver a Vega, banda que prometía dar un buen espectáculo con los temas de su valoradísimo 'Kiss Of Life'. Pusieron ganas y la voz de Nick Workman fue más que respetable pero se les noto en demasía la falta de tablas aunque son músicos de calidad con un futuro prometedor.

Todo lo contrario en cuanto a tablas fueron los próximos en aparecer en el escenario. Los americanos Silent Rage descargaron hard rock de calidad y animaron al público que se mostraba expectante ante la reaparición de siguiente en el cartel, Jeff Paris.

El bueno de Jeff compartió los músicos que habían tocado el día antes con Jamison, aunque su set no estuvo tan ensayado como el del ex-Survivor. Pero la calidad de Tommy Denander esta fuera de dudas, con Jimmy Jay (Baby Face) al bajo, Jona Tee al teclado y Magnus Ulfstedt a la batería. Sonaron clásicos de la talla de 'Lucky This Time', 'Saturday Night' o la preciosa balada 'Cryin'' que tan bien versionaron las Vixen. Cabe mencionar el emotivo recuerdo acústico a Ronnie James Dio, preciosa versión de 'Rainbow In The Dark', y a Jani Lane de Warrant con 'I Saw Red' y el anuncio de colaboración en un nuevo disco de Paris y Denander.

Y salieron W.E.T., acrónimo de los grupos Work Of Art, Eclipse y Talisman, mega-proyecto integrado por J.S. Soto, uno de los vocalistas de mas prestigio y carrera del hard rock pero que se le vio con la voz limitada no llegando a la exigencia de algunos de los magníficos temas del único disco de la banda, por Erik Martensson, que cantó alguna de las canciones dando descanso al puertorriqueño, y por Robert Sall, escondido tras los teclados salvo raras excepciones en que cogió la guitarra. Fue un show falto de feeling a pesar de que el publico coreó canciones como 'Invisible', 'Brothers In Arms' o 'If I Fall' y que Soto intentó animar con su enorme presencia escénica. La sorpresa llegó con interpretaciones de sus propias bandas y cayeron 'How To Mend A Broken Heart' de Eclipse, 'The Great Fall' de Work Of Art y la coreada 'Mysterious' de Talisman, precedida por un guiño acústico en homenaje a los últimos músicos del genero fallecidos.

El acto siguió con la subida a escena de Strangeways que venían marcados por la exclusividad de tocar su fenomenal álbum del año 89 'Walk In The Fire'. Fueron desgranando hit tras hit como 'Where Are They Now?', 'Everytime You Cry' o 'Love Lies Dying' con los hermanos Stewart, Jim Drummond, Dave “Munch” Moore, haciendo gala de su afamada frialdad encima del escenario quizá por la demasiada pulcritud interpretando las canciones, y Terry Brock que notaba el esfuerzo del día anterior.

El sábado llegaba a su fin marcado por la incertidumbre de ver que depararía la actuación de Steve Augery, aquel cantante que tuvo el honor de sustituir en Journey ni más ni menos que a Steve Perry. Con suma elegancia abrió el espectáculo con Jamie, de su paso por Tyketto, también se oyeron algunos temas de Tall Stories pero la detonación vino con la interpretación de clásicos de Journey, 'Separate Ways', 'Lights', 'Faithfully' o 'Don’t Stop Believin'' y canciones del álbum 'Arrival' que la banda americana no lleva en su directo como 'Higher Place', 'We Will Meet Again', 'Kiss Me Softly' o 'All The Way' que hicieron la delicia del publico. Gran espectáculo conducido por la preciosa voz de Steve y la calidad de los músicos de Valentine con Adam Holland a la cabeza.

El domingo rompía el hielo Newman para presentarnos su nuevo 'Under Southern Skies'. Tras los ingleses había curiosidad por ver una banda novel que recién estrenaba su segundo trabajo, White Widow. Los australianos no dejaron indiferente a nadie, unos reprocharon su falta de soltura y otros alabaron la calidad de su sonido.

Otros que venían limitados en su setlist fueron los suecos Alien. Su cometido era rememorar aquel delicioso homónimo debut del año 1988 que los llevó a la cumbre. Después de veintitrés años es increíble como la voz de Jim Jidhed sigue pletórica, encandilando a los presentes con 'Brave New Love', 'Tears Don’t Put Out The Fire', 'Go Easy' o su nuevo single 'Ready To Fly' con un Tony Borg perfecto a la guitarra. Magnifico su concierto que nos dejo la impresión de gran banda.

Todo lo contrario que Kane Roberts que, apoyado por los músicos de Talon, vino de vacaciones desde los USA. El ex-guitarra de Alice Cooper decepcionó a propios y a extraños con la patética interpretación de los temas de su 'Saint & Sinners' del que no recordaba ni las letras. Solo aquel hit compuesto por Desmond Child, Diane Warren y Bon Jovi, 'Does Anybody Really Fall In Love Anymore?', puso algo de pasión entre los asistentes.

Mitch Malloy, rodeado de los músicos italianos de Lionville, dio un vuelco a lo acontecido con su compatriota. Mitch con su inmenso vozarrón y su melena rubia al viento dio un recital repasando temas de su primer lanzamiento y de su último. Temas nuevos como 'Love Song', 'Falling To Pieces' o 'Carry On', dedicada a Steve Lee de Gotthard, se intercalaron con canciones que nos trajeron bonitos recuerdos de tiempos pasados en que el rock copaba los espacios musicales, 'Our Love Will Never Die', 'Stranded In The Middle Of Nowhere' o 'Anything At All'.

Después del recital no pude resistirme a comprar in situ su último disco, 'II', y acercarme hasta el recinto de firmas para dar la enhorabuena a Mitch. Esto supuso perderme parte del concierto de Coney Hatch, unos canadienses que vivieron sus años de gloria a principios de los ‘80 pero que han vuelto con fuerza a una escena que vibró con éxitos como 'You Ain’t Got Me' o 'Hey Operator'.

Solo quedaba un grupo, Unruly Child, pero era el grupo que todos esperaban, era la vuelta a los escenarios de la voz del AOR después de 17 años, era la vuelta de Marcie Michelle Free (antes Mark Free). Tanto tiempo alejada de los focos, después de liderar bandas como Signal o King Kobra y pasar por un cambio de identidad, dejaba palpable en el ambiente un nerviosismo entre el público por saber que nos depararía el tan deseado final del festival. Y no pudo ser mejor, el Rock City en pleno dio una calurosísima bienvenida a Marcie y esta nos deleitó con su voz incomparable en temas inolvidables como 'On The Rise', 'To Be Your Everything' o 'Who Cries Now?' o los sacados de su ultimo disco, 'Worlds Collide', como 'Very First Time', 'When We Were Young' o 'Talk To Me'. Inconmensurables el resto de la banda con Bruce Gowdy, Guy Allison, Jay Schellen y Larry Antonino. Fue el cierre que todos deseaban, que todos habían soñado, e imagino que la que más lo soñó fue Marcie Free.

Salida del Rock City con caras de satisfacción, comentarios diversos sobre lo visto y las inevitables quinielas sobre el cartel del año próximo.