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FAMMA pide que las Compañías Aéreas se responsabilicen del gasto total de los daños que causan a las ayudas técnicas de las personas con discapacidad

  • Una silla de ruedas que viaja en la bodega de los aviones no es ni un bulto, ni una maleta ni un objeto para ser maltratado por los operarios del handling de una línea aérea que

  • El último caso protagonizado por una compañía que realizó un vuelo entre Barcelona e Ibiza, pone de manifiesto y de actualidad un problema que se viene repitiendo con cierta frecuencia aunque en este caso roce la indignación

  • Un incidente de estas características supone un gran perjuicio para el afectado, que en muchos casos pretende disfrutar de unas vacaciones, o desplazarse por motivos de trabajo a otros lugares de España o del mundo

La Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid, FAMMA-Cocemfe Madrid, exige que las Compañías aéreas se responsabilicen al cien por cien de los desperfectos que ocasionan –con frecuencia- en determinadas ayudas técnicas que utilizan las personas con discapacidad para sus desplazamientos y que transportan en sus bodegas sin cuidado alguno, propiciando la rotura de las mismas y, por tanto, ocasionando graves consecuencias para el colectivo de personas con discapacidad que utiliza este tipo de ayuda.

El gasto de esta rotura no está cubierto al cien por cien por el seguro de equipajes y es por ello que la Federación reclama que la propia aerolínea asuma el resto del coste, hasta cubrir la totalidad de la suma necesaria para la adquisición de una nueva ayuda técnica, en las mismas condiciones que la anterior, deteriorada por la aerolínea, con el fin es resarcir del daño ocasionado por una mala praxis que operarios de la compañía aérea han realizado durante su transporte.

Recientemente nos encontramos con un caso producido con la compañía aérea Spanair, en un vuelo Barcelona/Ibiza. En este nuevo caso, la compañía Spanair, rompió una silla de ruedas negándose a pagar el coste total de una silla nueva, aduciendo que sólo van a dar los 1.100 euros con los que indemniza por daños en bultos que viajan en bodega. Esa cantidad es el máximo estipulado en la normativa que regula el extravío y daños de equipaje, por lo que equipara una silla de ruedas a una maleta de viaje para eludir hacer frente al gasto total de una ayuda de estas características.

Para Javier Font, presidente de FAMMA, “no sólo deberían responsabilizarse al 100 por 100 del deterioro de la silla de ruedas, sino que deberían analizar las causas de estos efectos y corregirlas. Las sillas de ruedas se colocan a mano en las bodegas de los aviones. Queda claro que no hay una conciencia de trabajo adecuada y que parece lo mismo una maleta que una silla de ruedas. Deberían revisar sus procedimientos de transporte de este tipo de ayudas técnicas y garantizar su perfecto traslado.”.

FAMMA cree que aparte de lo que la Ley diga para estos casos, Spanair debe pagar la silla nueva porque es una ayuda vital para cualquier persona que la necesita y no puede equipararse al daño realizado a una maleta. No existe proporcionalidad entre la indemnización de una maleta y una silla de ruedas inutilizada por una mala práctica profesional. La compañía aérea debe hacerse cargo de un daño tan grave. No vale con mirar hacia otro lado y esgrimir la cuantía máxima de una indemnización.

Las sillas de ruedas únicamente se consideran equipaje en los aviones, en los trenes y barcos, este tipo de habilidad técnica acompañan al viajero en todo momento. Una cuestión que debe modificarse para evitar este tipo de lo más tan graves que ocasionan un serio perjuicio para la persona usuaria de silla de ruedas.


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