Expertos de Vithas recuerdan que la deshidratación puede causar una afectación neurológica e incluso llegar a ser letal

España afronta el inicio del verano con un aumento significativo de temperatura en casi todo el territorio y fuentes de Aemet han confirmado que, en la última década, las olas de calor se han duplicado y predicen que, durante los siguientes años, los 18 días de promedio que suele tener este periodo excesivamente cálido, aumenten de forma considerable.

“Una de las consecuencias directas del aumento de temperatura”, señala el director de investigación de Vithas NeuroRHB, servicio de neurorrehabilitación del Grupo Vithas, y neurólogo, el doctor Enrique Noé, “es que las necesidades de hidratación también aumentan. Por lo que en verano nos encontramos ante un doble riesgo, por un lado, el calor que todos los años provoca más de mil muertes en España y por otro, que no menos importante, la deshidratación, que en el caso de personas mayores y de enfermos puede llegar a tener graves consecuencias neurológicas e incluso ser letal”. 

El agua es un nutriente esencial que constituye alrededor del 60% del peso corporal en los hombres y cerca del 50% en las mujeres, lo que prueba ampliamente su importancia para la vida humana. Cada día, se pierde alrededor de 750 ml de agua por evaporación a través de la piel y los pulmones y el consumo de agua es necesario para compensar esta cantidad perdida.

“Cuando el cerebro funciona adecuadamente, el organismo puede afrontar cambios extremos en el consumo del agua. Pero no sucede igual en las personas que han sufrido una lesión o enfermedad cerebral”, afirma el doctor Noé. “Normalmente, en estos pacientes se debe vigilar la ingesta de agua ya que el mecanismo de la sed puede estar disminuido o puede existir un rechazo a tomar líquidos por las molestias que produce y, en días de excesivo calor, esta vigilancia debe ser extrema”.

La deshidratación provoca en el organismo un aumento de la concentración de la sangre lo que, junto a la pérdida de volumen, puede provocar un fallo renal con consecuencias devastadoras para el organismo e incluso la muerte. Según los expertos de Vithas, sus primeros síntomas suelen ser sequedad de mucosas, ausencia de humedad axilar, agitación, estreñimiento, orina escasa, mareos,

debilidad o vértigo, dolor de cabeza, pérdida de apetito, rubor de la piel, intolerancia al calor y ardor de estómago.

Para evitar una deshidratación severa, los profesionales de neurorrehabilitación de Vithas recuerdan que es importante informar al paciente y su cuidador de la necesidad de beber agua, incluso sin tener sed, que esta debe superar un litro y medio al día y llegar a 2, en el caso de calor extremo, ingerir alimentos ricos en agua, como la fruta y la verdura o ampliar la ingesta de líquidos con tés, zumos e infusiones, por ejemplo, que en caso de disfagia o problemas al tragar, se pueden administrar con espesantes o hidratar con agua gelificada.

“En personas sanas el requerimiento diario de agua equivale a unos 2500-3000 ml en un adulto de 70Kg de peso y se estima que, para estar bien hidratado, un hombre sedentario debería consumir al menos 2.900 ml al día, que son unos doce vasos, mientas que una mujer sedentaria debería consumir 2.200 ml, lo que supone aproximadamente nueve vasos de líquido, sin contar la cantidad de liquido que ingerimos con la dieta. Esta ingesta debe ser superior en el caso de ser físicamente activos”, afirma el neurólogo.

Vithas NeuroRHB cuenta con cinco centros en toda España - Vithas Sevilla Aljarafe; Vithas Valencia Consuelo; Vithas Aguas Vivas; Vithas Vinalopó y Vithas Fátima Vigo- y se encarga del cuidado y tratamiento de pacientes que han sufrido daño cerebral u otras enfermedades neurológicas.