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Entrevista (Íntima) al rockero valenciano Txus Bixquert, "y ahora era yo el que estaba en el césped"

Entrevista (Íntima) al rockero valenciano Txus Bixquert, "y ahora era yo el que estaba en el césped"
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    Rockero obscecado e imparable, enorme compositor musical, toda una institución de amistad y fraternidad entre los músicos valencianos, una treintena de años de carrera artística le avalan. Pintor, cantante, creador de algunas de las canciones más bonitas de esta época; nos sumergimos en el corazón del gran Txus Bixquert, en plena pandemia y en pleno conflicto mundial de valores en la humanidad. Este es un viaje de amistad y de mirar hacia atrás y hacia adelante. ¿Nos acompañas?

    Txus, hace pocos días en un informativo televisivo mientras que se narraba que el Levante UD se clasificó para las semifinales de la Copa, sonaba de fondo el himno rockero que tú compusiste y grabaste para el club. ¿Podrías contarme la historia de esa canción, y cuál es la intrahistoria de tu amor tan grande al fútbol?, concretamente al Levante -ese amor tuyo al fútbol, al fútbol de los inicios, el de las familias ufanas, no el de los millonetis de ahora-; tu sentir el fútbol como se muestra en el tema de Barón Rojo "El gladiador".

    Sí, fue el pasado jueves, cuando el Levante UD logró clasificarse para las semifinales de la Copa, cosa que no hacía desde hace 86 años. Eso sin contar que en plena guerra civil fue campeón de la “Copa de la República” aunque la federación nunca se la ha reconocido porque solo participaron los equipos de la zona roja. En cambio, el Sevilla CF sí tiene reconocida la liga de 1939 sin haber jugado los equipos de la zona republicana. En algunas cosas seguimos con la caspa Franquista.

    Con respecto a la versión del himno, me hizo mucha ilusión escucharla en la TV, al igual que cuando la he oído en los bares cercanos al estadio antes de algún partido, en coches, radios, celebraciones, etc… Como levantinista es un orgullo haber aportado un granito de arena a la historia musical del club. Todo empieza sobre 1996. Yo la tocaba en el local y tras ganar un concurso donde teníamos que grabar un tema nuestro, decidimos grabar también la versión rock del himno, simplemente para tenerla nosotros. Nos costó 10.000 pts. y la grabamos en un día con Octavio Hidalgo en los estudios APK de Quart de Poblet. Tras dos años y por circunstancias de la vida, sobre 1999 la grabación llega a manos del Relaciones Externas del Levante UD José Vicente Ballester y del popular locutor y buen amigo mío Javi Pérez Sala, que en aquel entonces estaba en la 97.7 Radio. Tras esto, el club editó el CD del “90 Aniversario”, donde iba el himno oficial interpretado por Pastoret y nuestra versión Rock. En aquel momento el Levante UD estaba en “Segunda División B” y como mucho éramos 2000 en el campo. Ser granota entonces era marciano. La afición respondió genial al tema y al cabo de unos años, en 2005 y 2007, tuve el honor de poder actuar en el “Estadio Ciutat de Valencia”en dos presentaciones. Imagínate los nervios y la ilusión... las veces que estuve yo en tribuna con mi padre allí arriba en la grada y ahora era yo el que estaba en el césped, delante de 6000 personas interpretando el himno del club de mi vida. Los pelos de punta de acordarme… Y bueno, todo es gracias a mi padre, que jugó en los juveniles del Levante UD justo el año que ascendió a 1ª División (1962-1963) y de ahí me viene la afición granota. Juntos hemos seguido al Levante UD durante 30 años en todas las divisiones por casi toda España. Aparte, en valores, historia y en más factores es un club con el que me siento totalmente identificado. Como solemos decir los granotas: “gracias, papá, por ser del Levante UD”.

    Hay rockeros y heavys de todo pelaje. Los que conocemos el movimiento sabemos que hay dos figuras icónicas que hacen tribu y unen, y ayudan para que el rock avance. Óscar de Lujuria es uno de ellos. Tú, otro. Me gustaría saber cómo eres tan fraterno con todos, y si hay un referente en tu familia que te enseñó esos valores. Algo al respecto, si es que podemos aprender de la estela vivencial que te llevó a ser tan buena persona (no lo digo yo solo, lo dicen todos los que te conocen).

    Primeramente, muchas gracias por tus palabras haciendo un paralelismo tan grande con un crack como Óscar de Lujuria. Mil gracias. Realmente siempre he dicho que somos un reflejo de la familia. En mi caso he tenido la enorme suerte de tener un entorno con unos valores muy positivos. La madurez y el tiempo te asienta en ellos eliminando la rebeldía infantil primigenia, puliendo nuestra personalidad al tiempo que evoluciona y cambia pero sin perder nunca la esencia. Sin duda mis padres, mis tíos y mis abuelos en general fueron y son mi referente principal. Siempre fueron personas educadas y humildes. Esta es la base pura de mi persona. El resto son ramificaciones de mis experiencias externas de vida, unas positivas y otras no tanto. Siempre hay ramas podridas que cortar adquiridas por vivencias negativas y siempre existe una lucha interna y eterna que ganar con uno mismo para poder crecer acorde a nuestra personalidad. Si esto al final me convierte en buena persona, me alegro. Estoy en el buen camino.

    Eres un rockero rockero, o sea, se te puede ver en cualquier lugar, incluso acudiendo al trabajo, con la "armadura" de salvaje real que eres, tu pelo largo en rastas, las eternas gafas de sol, el gorrito negro... Esa dureza... Y sin embargo... Siempre tras una gran dureza, hay mucha ternura. Me gustaría me contases cómo fue tu infancia, algunas cosas que te marcaron, ¿qué recuerdas más de aquel tiempo?

    Desde siempre fui extremadamente honesto conmigo mismo. De jovencito estaba muy mal visto llevar el pelo largo, tatuajes, muñequeras, ir de negro, etc… En los 80´s-90´s la sociedad no era tan abierta como ahora. Te miraban mal, en ciertas discotecas no te dejaban entrar por tu aspecto, en ciertos trabajos eras un apestado, incluso si ibas con alguna chica tenías que esconderte para que no te vieran sus padres porque claro, para ellos eras un delincuente. El caso es que nunca cambié ni me baje los pantalones en ningún aspecto. Visto como deseo y me expreso del mismo modo. Odio los formalismos sociales y sobre todo que la gente no tenga personalidad propia. Nunca fuí totalmente de nada ya que siempre he pensado que somos una amalgama de cosas variadas. Con mi banda me habría ido sin duda mucho mejor si me hubiera catalogado o definido como heavy, punk u otro estilo en vez de ser un apátrida musical, ya que hace que ciertos cenutrios (incluso sin haberte escuchado nunca) te dejen fuera del circulo si no adquieres una de sus etiquetas. Será quizás que sus mentes están tan cerradas que no entienden que valoro más la libertad de estilos a la hora de componer o crear que cerrarme en un formato repetitivo y sectario.

    Con respecto a mi infancia fue una infancia irrepetible, muy clásica de los 70´s-80´s, vamos, muy del estilo de la serie de TV “Cuéntame” en sus inicios. Nos hemos criado en un barrio obrero, de la periferia de Valencia de clase media, en el Barrio de San Ramón de Xirivella. Tengo recuerdos imborrables de jugar a fútbol sobre todo con mis amigos y de estar en la calle todo el día y por las tardes en casa de mis abuelos, con mi abuelo enseñándome a tocar instrumentos (Guitarra, Laúd, Bandurria, etc..) y escuchando sus historias de vida. Mi padre jugaba toda la vida en equipos de fútbol y yo me iba de pequeño a verlo los sábados. Era el mejor. Un goleador de los de verdad. De ahí mi afición al futbol aunque en el barrio todos éramos futboleros y todos queríamos ser Maradona. Jugábamos contra otros barrios y hacíamos nuestros equipos y nuestras ligas propias, entre otros juegos que inventábamos sin obviar las peleas a pedradas donde alguien salía siempre descalabrado. Recuerdo mi primer equipo y la primera vez que me llegó el equipaje. Aquel olor a nuevo y la ilusión de tener que jugar al día siguiente con 6-7 años y no dormir, como si fuera la noche de reyes. También recuerdo la tarde del golpe de estado y la represión y el miedo que había entonces a que la gente supiera la ideología de uno, sobre todo si no eras franquista. Lo que más recuerdo es ese sentimiento de hermandad y amistad pura que teníamos entre todos los niños y que para mi suerte, seguimos teniendo los amigos del barrio aún hoy en día.

    En casa de mis abuelos tocar algún instrumento era como el hablar. Se aprendía como algo natural y nunca fue nada especial. Algunas tardes en mi infancia hacíamos rondallas tocando todos algún instrumento todos juntos, mi abuelo, mi madre y mis tíos Jose Luís y Amparo. También fue una gran influencia para mí a nivel intelectual, ya que le gustaba mucho la física y las revistas de misterio aparte de que nunca me trató como a un niño y me contaba historias de la guerra civil y otras vivencias suyas propias que en aquel momento no llegaba a entender por la edad, pero que con el tiempo han sido más que relevantes y esclarecedoras. Mi única pena es que mis abuelos no llegaron a verme actuar ni a realizarme como persona adulta. Me gusta pensar que allí donde estén de alguna manera me pueden ver y están orgullosos de las cosas que he hecho y me quedan por hacer. Siempre he dicho que detrás de cada obra que hago o cualquier concierto que realizo están ellos en esencia.

    Comenzaste a tocar desde muy joven. Recuerdo el mítico bar heavy de Valencia "Watio Mudejar", hoy tristemente cerrado. Por allí pasaron grandes figuras de bandas heavys y punks. Ambos conocemos ese bar. Y la discoteca Dados, de Valencia, donde pinchaban heavy siempre, los sábados por la noche. ¿Cómo recuerdas esa época? ¿Desde cuándo supiste que te dedicarías a la música? ¿En esa época ya se fraguó tu banda The Phantoms?

    Yo empecé a ir al Pub Watios muy joven. La primera vez me llevaron los mayores de mi barrio de estrangis. Tendría unos 13 años y nos llevaron a los más jovencillos una tarde. Fue flipante porque estuvimos sentados dentro del todo donde estaba el futbolín y pudimos ver una pelea de heavys con unos pijos que por lo visto se habían perdido por allí. Así era aquella época de las tribus urbanas. A partir de los 15 empecé a ir con mis amigos ya de seguido todos los sábados tarde. Luego por la noche a la Discoteca Dados y domingo tarde a Dados de nuevo. Eso duró hasta 1995 (más o menos), que cerraron la discoteca y posteriormente poco después el Pub Watios. Sobre todo en Dados pasé los mejores años de mi juventud y conocí a personas que para mí son como familia. Allí crecimos entre peleas con tribus urbanas diferentes, bandas de otros barrios, cervezas, los primeros e inocentes amoríos y los sueños de tener un grupo de rock algún día.

    La semilla de The Phantoms comenzó un poco antes. Desde los 10 años, que empecé a escuchar heavy metal, quise tener una banda, pero como cualquiera de mis amigos rockeros, todo muy inocente. Recuerdo con cariño cuando íbamos todos a ver videoclips grabados en cintas de VHS a casa de cualquiera y fantaseábamos con ser algún día estrellas del rock. Yo tocaba la guitarra desde los 6-7 años pero, como dije, eso en mi familia era algo innato y natural y por ello como el resto de la mayoría de mis amigos todos en mi barrio deseábamos ser futbolistas. Pero a partir de ahí se empezó a gestar el deseo real de ser músico, imagino que suscitado también con las irrefrenables ganas de expresarme y comencé a componer canciones (todo muy inocente) y a grabarlas con mi hermano José en plan casero, hasta que pude ahorrar para comprarme mi primera guitarra eléctrica, tan barata y mala que el primer traste sonaba hasta mal. Así hasta que un día con los medios más rudimentarios sin darte cuenta te has montado una banda. Nuestro primer concierto lo hice con 17 años, aunque llevaba 3 años a salto de mata con formaciones y aprendiendo a mejorar tocando. Sonábamos fatal. Teníamos amplificadores enanos de 30 watios y guitarras de 20.000 pts, que apenas valían para ensayar. Incluso cuando empezamos a actuar en sitios más grandes muchas veces teníamos que pedir prestado amplificadores de más potencia a amigos de grupos ya consolidados. En aquel tiempo los padres no te ayudaban musicalmente en casi nada y para ellos eso de tener un grupo era cosa de golfos y una pérdida de tiempo. Pero bueno, también el tener que buscarte la vida en ello, comprarte tus cosas y gestionarte sin ayuda de nadie te hacía ser más fuerte, no como ahora que es cierto que muchos jóvenes tienen unos aparatos impresionantes, unos videoclips tremendos y un equipo comprado por los papás, pero carecen de algo que a nosotros pese a ser tan pobres nos sobraba, y era actitud y autenticidad. Eso no se compra, se adquiere y se pelea.

    ¿Dirías que tu vida ha sido dura? ¿Has podido sostenerte monetariamente siempre? (Hablo al margen de la música). ¿Vives de alquiler? Sí, ya sé que dan risa ciertas preguntas. Tú contesta hasta donde quieras, sólo quiero que desnudes cosas de tu interior vital que a tus seguidores seguro gustará leer, puesto que todos pasamos por vivencias similares.

    He tenido temporadas de todo tipo y he vivido en varios sitios buscándome la vida y trabajando de todo. Pero bueno, siempre he tenido un sitio donde dormir gracias a mis padres cuando las cosas se han puesto mal emocional o económicamente. Estuve en Madrid una temporada trabajando en promociones en las puertas de los metros y de Freelance para otros diseñadores gráficos. También recuerdo que en Malasaña había un lugar de maderas y cristales donde me dejaban coger las sobras que no valían y los pintaba y vendía. En Benidorm también estuve viviendo año y medio y estuve trabajando de encargado en un colegio como monitor de actividades en la Villajoyosa. Vivir fuera siempre te da amplitud de miras y es muy duro cuando en ocasiones tienes carencias y no estás acostumbrado a pedir ayuda, aunque para mí nunca dejó de ser placentero y una experiencia que te hace madurar en muchos sentidos. Pasar de estar en sitios donde te conoce todo el mundo a de repente estar en un lugar donde no sabes ni quién es el vecino puede ser abrumador, pero en otras ocasiones también realmente liberador. Pero como dije antes, siempre es importante no perder tus raíces y tener un sitio sagrado donde volver cuando todo acaba y uno necesita reinventarse o mejor dicho, recargarse para afrontar nuevos retos.

    Háblanos de tu novia, Carolina. Cómo os conocisteis. Qué tenéis en común además de la música. (He visto que ella también toca música, y muy bien, por cierto.)

    Carol es el todo hoy en día para mí.

    Coincidimos en un concierto de Sex Museum en 16 Toneladas hace un par de años. Nos fuimos conociendo y poco a poco y sin darnos cuenta empezamos a tener una relación muy especial. Los dos tenemos muchos puntos en común, la música (ella toca los teclados como su padre), los conciertos, el gusto por el arte, etc… pero gracias a dios somos diferentes en muchas otras cosas. Ella es responsable, equilibrada, ordenada, en cambio yo soy un desastre en casi todo y en ocasiones demasiado soñador. Ella se encarga de ponerme los pies en tierra y de abrirme los ojos con respecto a circunstancias en las que yo peco de buenista. Es una gran persona y es una suerte haberla encontrado y hoy en día compartir nuestras vidas y experiencias juntos.

    Como me contaste antes, hoy, la originalidad en la música es castigada. Y, como muchos otros músicos, protestas públicamente respecto a que la escena se está deteriorando con peligrosa rapidez

    Siempre he defendido la autenticidad por encima de todo. Prefiero a cualquier grupo original a un tributo aunque este último lo haga perfecto. La explicación es sencilla. Hay algo que nunca por muy técnicos y perfectos que sean quienes copian podrán clonar, que es la personalidad y el espíritu que genera una banda original y para mí tener un estilo propio es primordial e insuperable por encima de todo. El problema de la música es que las salas empezaron hace ya muchos años a cobrar por tocar. Antaño eso era impensable, porque la gente de las bandas de rock éramos gente de clase media-baja y hubiera sido imposible pagar, aparte de inmoral. Por el contrario, hace años que el rock se volvió elitista y se comercializó. Llevar estética rockera dejó de ser un estigma dando paso a gente con potencial económico para poder pagar y ahí cambiaron las normas del juego. Hoy en día para poder tocar en las mejores salas por lo general tienes que pagar alquileres desorbitados (sí, pagar por tocar… surrealista) o estar dentro del círculo de amigos o en una promotora. Añoro los 80´s – 90´s, cuando el público se volcaba con las bandas de su ciudad y las apoyaba y sentía propias. Eso hacía que hubiera un relevo generacional y la gente joven siguiera acudiendo a conciertos. Actualmente la edad de la gente en los conciertos es de 40 para arriba, encima copando conciertos tributos en detrimento de apenas acudir a conciertos de grupos auténticos que hacen su música. Todo en su justa medida sería lo propio, un grupo tributo no molesta, pero cuando ves que de 20 grupos que tocan en toda la ciudad 18 son tributos y que la pasta prima por encima de la escena, resulta penoso. Lo peor es que esto es pan para hoy y hambre para mañana, porque si la escena desaparece, desaparecerá el público y con él las salas y los garitos. Ah, y en contestación a muchos de los que hacen tributos y me dicen siempre lo mismo: “es que tenemos que comer”. Ya… claro, y los que hacemos música propia también!!!, eso sí, no a cualquier precio y menos a costa de matar la escena en la cual llevo 30 años peleando por que no desaparezca. 

    ¿De pequeño, hubo amigas o amigos que te marcaron? Has contado que todavía mantienes amistad firme con algunos amigos de la infancia.

    Sería injusto nombrar a algunos porque gracias a dios tengo mucha gente especial que me ha marcado, que me ha hecho crecer en muchos aspectos y que aunque la vida nos haya separado, sigo teniendo una relación de cariño, aprecio y amistad con ellos. Sobre todo, destacar en general a la gente de mi barrio con los que me crie desde pequeño y también a la gente que conocí en mi juventud del rollo heavy, de los que frecuentábamos Dados y Watios y cómo no, a las personas que han tocado conmigo, ya que subirse a un escenario siempre es una experiencia mística donde no es fácil fluir con cualquiera y donde se viven experiencias de unión en mi caso totalmente lisérgicas y únicas con quienes lo han hecho conmigo. Al margen, en este aspecto puedo presumir que la gente a la que quiero lo sabe y no hace falta que se lo diga, porque tenemos una retroalimentación emocional que pese a la distancia o el tiempo es imposible que desaparezca.

    Además de músico eres pintor. ¿Qué sientes cuando pintas? ¿Qué aspiraciones tienes en tanto a esta forma de expresión?

    Desde muy pequeño ya pintaba y me tiraba horas dibujando cómics. La afición viene de mi madre, que también tuvo su época artística y lo hacía genial. El dibujo siempre ha ido parejo a mi faceta musical. De hecho, podría decirse que todo lo que suelo hacer está entrelazado y tiene un nexo de unión. Sería como la obra primigenia que conforma obras infinitas en ilimitadas facetas artísticas diferentes. Las aspiraciones que están basadas en el arte por desgracia no pasan su mejor momento, sobre todo en este país en donde los artistas somos tachados de vividores, vagos, etc… La sociedad en su mayoría cada vez es más ignorante y en la era tecnológica en la que vivimos las personas son cada vez más apáticas y no les suele suscitar emoción casi nada de las creaciones llamémosles analógicas, haciendo un paralelismo con el tema digital. Este formato nuevo de vida está haciendo seres cada vez más fríos, mas insensibles, más borregos y por consiguiente el arte y cualquier tipo de expresión artística que se nutren de valores cálidos y de la sensibilidad más profunda son apartados de sus prioridades cada vez más banales.

    Intentaste varias veces realizar un concierto para ayudar a una niña con una enfermedad rara, pero siempre fueron cancelados los conciertos por el covid.

    Efectivamente. El concierto lo organizaba una productora y como estoy dado de alta en varias para hacer cosas benéficas me llamaron, aparte de que en esta ocasión lo conozco y es un buen amigo mío. Fue una lástima porque lo intentamos dos veces tras salir del confinamiento y las dos veces lo cancelaron días antes. Una verdadera pena…; lo que no entendemos muchos es cómo algunos conciertos se tiraron para atrás y otros sí podían hacerse en las mismas condiciones de seguridad. Lo que ha dejado patente el virus es que por desgracia no todos somos iguales, aunque algunos tristemente estamos acostumbrados a esa desigualdad a la hora de poder acceder a ciertas salas o eventos. Poderoso caballero es Don Dinero…

    Hemos hablado de amistad, de amigos. Pero alguien que suelta las cosas claras siempre como tú, ha de tener enemigos. (A lo mejor, también, imaginarios.) Cuéntame sobre eso.

    Ya lo creo que tengo enemigos. Algunos los mantengo cerca, pero a ciertas edades no es difícil decodificar a los lobos. Es cierto que siempre he hablado claro, de hecho siempre me han aconsejado que debo de ser más discreto, más inteligente y menos visceral, sobre todo cuando denuncio cosas que pueden afectar a mi grupo, pero bueno… al final también es cierto que hay que aprender a ser inteligente y aprender a callar, sobre todo si ves que en la valentía hay un seguro suicidio, aunque es algo que no va conmigo y me cuesta controlar. Me gusta la gente que va de cara y sobre todo gente con la cual poder dialogar y a poder ser que piense diferente a mí, ya que quizás puedan darme amplitud de miras. La educación y el respeto siempre tiene que estar por encima del ego y el orgullo propio.

    Lecturas

    Pues soy de leer sobre todo historia, biografías, artículos de ciencia, actualidad y sobre todo, soy un amante del cómic. El cómic es algo que me atrapa desde muy pequeño. Algo que antes de descubrir la música para evadirme y viajar a otros tiempos o alterar mi conciencia inconscientemente siendo un niño ya estaba ahí. También el género fantástico me apasiona en todas sus vertientes al igual que temas relacionados con teorías físicas o el tiempo. Y sí, evidentemente poesía y narrativa también. 

    ¿Duermes bien? ¿Cuántas horas, de normal? ¿Recuerdas en general los sueños? ¿Tienes sueños recurrentes?

    Nunca me ha gustado dormir. Lo odio. De hecho, me encanta acostarme tarde y levantarme súper temprano. Siempre me ha gustado trabajar en mis cosas de noche, sobre todo pintar y el acostarme siempre lo ví como una manera de perder el tiempo. Siendo una persona creativa compulsiva el descanso se convierte para mí en una obligación. No recuerdo la última vez que disfruté durmiendo o me fui a la cama con sueño. Aun así en ocasiones tengo sueños artísticos que nacidos en ese plano onírico me son de utilidad en este plano físico. Lo sobrenatural y los viajes al pasado me apasionan y quedan reflejados en mis obras en multitud de ocasiones y los sueños son ese espacio atemporal donde vivirlos y donde el tiempo se altera con la percepción real de nuestros sentidos en algún lugar de nuestro subconsciente.

    En plena pandemia mundial por el covid19, y a un año de pesadilla pasado ya, ¿qué pronóstico darías, si lo darías, a lo que está pasando? ¿Cómo ves la solución a esto?

    Es un tema muy delicado.. está claro que la gestión del gobierno ha sido pésima, pero creo que como el resto del planeta. Es una pandemia mundial e imagino que no es fácil llevar adelante protocolos de actuación perfectos. Lo único que sé es que la gente muere. Por desgracia he tenido personas a mi alrededor que han fallecido por el virus y otros que lo han pasado horrible. Negar la existencia del mismo es algo que no me entra en la cabeza. Podemos criticar y dudar de muchas cosas, pero no podemos negar el peligro, porque la libertad de quien no quiere tomar medidas sanitarias acaba donde empieza la salud de otra persona a contagiarse y morir. Por desgracia no le veo fin a esto y cada vez los ánimos están más mermados. Hace un año que no actuamos, no podemos ensayar, hace meses que no vemos a nuestros amigos, que no vemos apenas a nuestros mayores y psicológicamente cada vez estamos más tocados. Yo no tengo la solución a esto, porque o te cargas la economía o salvas la sanidad. Lo ideal sería pagar a los negocios y no cobrarles impuestos mientras dure el cierre, pero ¿el país puede soportar ese gasto? No lo sé… no soy economista, ni virólogo ni político. Me gusta saber mis límites a la hora de hablar. Lo mas peligroso es que hay movimientos oscuros presumiblemente de la extrema derecha a nivel mundial que utilizando el descontento general están manipulando a gente con buena voluntad para confundir entre una alerta sanitaria y un control totalitario global. ¿Control? Si desde que nacemos estamos controlados por un DNI, luego la Seguridad Social, el móvil que rastrea todos tus movimientos, la hipoteca, las redes sociales, etc… Sinceramente, querer ser libre totalmente dentro del sistema es como querer respirar aire en el espacio.

    Frases. ¿Hay alguien, profesor, personaje de novela, de película, que haya dicho alguna frase que te haya marcado? Por ejemplo, una profesora mía de religión -no me gustó nunca esa asignatura- dijo una vez, y no sé por qué se me marcó para siempre: "Nunca os arrepintáis de lo que es bueno".

    Tengo siempre presente una que me decía mi abuelo que fue quien me enseño musicalmente todo lo que sé. Me decía: “si tienes un don y no lo puedes usar para hacer algo bueno no vale de nada”. Este tipo de frases junto al triste hecho de que mi tía Amparo, que era como mi hermana mayor, falleciera muy joven de leucemia, fueron las causas por las que siempre me motivé a hacer eventos solidarios y a ayudar en la medida que puedo en conciertos benéficos, causas sociales, animalistas, etc... De hecho estoy inscrito en algunas plataformas de ayuda y en mi blog tengo un espacio personal especial en donde quien quiera me puede contactar por si cree que puedo ayudarle en alguna causa benéfica, sin ningún tipo de interés.

    Si pudieras decir algo en un momento en que te escuchase toda la humanidad, un micrófono desde el que todos te escucháramos, ¿qué sería? O crees que evitarías esto porque no crees en las mayorías y sólo en las minorías?

    Realmente siempre he dicho que la revolución tiene que venir de dentro de uno mismo hacia fuera, pero al mismo tiempo tener una conexión y vibrar en la misma frecuencia que el resto. Debería de ser algo simbiótico donde la retroalimentación sirviera para crecer personalmente y al mismo tiempo colectivamente. De todas maneras, estamos inmersos en un sistema capitalista consumista atroz, sobresaturado de información, donde cada vez los valores emocionales son más escasos y donde la juventud está siendo deshumanizada y descafeinada tras pantallas inertes al tiempo que los adultos somos bombardeados con una saturación informativa contradictoria y nociva que hace que al final gente inteligente acabe siendo marioneta de oscuros fines creyendo que hace lo correcto. No creo que me escucharan, o harían lo que hacen siempre con aquellos que molestamos, porque no hay nada que le moleste más al sistema que tengas el poder para remover conciencias, no vaya a ser que se despierten, pero las palabras: amor, empatía, tolerancia y respeto estarían en ese discurso en mayúsculas.

    Hemos hablado de la merma anímica que genera el marco pandémico. Confiesas que, como a todos, ya te pasa factura. ¿Cómo te levantas de ello?

    Cuando la pandemia empezó y nos confinaron lo enfoqué como una manera creativa de tener más tiempo para invertirlo en mis proyectos. Estaba a tope con un cómic relacionado con nuestro último disco “Phantom Republican State” (y que seguramente este año se venda en una edición especial con el disco) y la verdad que al final saturé y está por acabar, aunque lo retomaré cuanto antes. También en pandemia grabe un par de temas en casa con mi chica Carolina e hicimos dos videoclips de las canciones con un Croma, todo digital y me pegué un currazo muy a gusto, la verdad. El caso es que tras salir de aquello se veía venir lo que estamos viviendo. Hay muchos sinsentidos en esto del virus y muchas cosas extrañas, pero el caso es que llevamos un año sin poder actuar, meses sin poder ensayar, la gente muere, los negocios cierran… realmente no ver el final es lo que quizás más nos quema, por no hablar de que emocionalmente representa no poder ver a tus amigos, tomarte unas cervezas o incluso ver a tu familia poco por miedo a contagiarlos, es horrible. Lo único que intento es mantenerme ocupado pintando, en proyectos o componiendo. La verdad es que tener a Carolina al lado en estos tiempos tan difíciles es una bendición, ya que no es fácil emocionalmente y psicológicamente estar casi todo el día en casa sin tener relación con nadie más. Como ella dice: “Encima, mira que sois raritos los artistas”…y no se equivoca

    ¿Querrías decir algo, para finalizar esta entrevista, a quienes nos leen, Txus?

    Vivid cada momento como si fuera el último lo mejor posible. Sed vosotros mismos siempre indiferentes a esta sociedad donde para ser aceptado hay que ser un borrego más. Cread criaturas artísticas propias y desechad los clones vacíos de alma. Celebrad la vida en cualquier momento sin fijarse en fechas o acontecimientos. Disfrutad del tiempo que tenéis y tributad lo justo al sistema para sobrevivir en él. Respetad y seréis respetados. Abstraeros de la negatividad y de los tóxicos y huid de los vampiros emocionales. Quered mucho a los vuestros, nunca es suficiente porque nunca sabréis cuánto les queda u os queda a vosotros mismos. Tened cuidado con los embaucadores y con los adalides del conocimiento, la verdad en un mundo manipulado nunca es impoluta. Y sobre todo no perdáis vuestras raíces, ya que son indestructibles y siempre harán que nada os pueda tumbar, vencer o confundiros en vuestro camino. Nadie es más que nadie. Poder para el pueblo. Salud y República.

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