Mar Romera define la educación de los niños y niñas como una función “vital” para el futuro de la sociedad

Ni la lluvia ni el fútbol pudieron con ella. Con más de la mitad del auditorio de la Casa de Cultura lleno (“yo creí que íbamos a ser cuatro, porque nunca me enfrenté a la Selección Nacional de Fútbol”, dijo entre risas), la docente y pedagoga Mar Romera protagonizó ayer una interesante charla sobre la educación, uno de los factores que más influye en el avance y progreso de las personas y las sociedades de las que forman parte.

Antes de la conferencia, la experta mantuvo un encuentro con directivos de colegios de El Campello, con los que dialogó de tú a tú sobre aspectos del sistema educativo español.

Para la oradora, que fue presentada por la concejala de Educación Dorian Gomis (PP), la educación “nos dota de conocimientos, nos enriquece personal y colectivamente, alimenta nuestro espíritu, nos forma en valores y nos marca el camino para ser seres humanos”. Por eso, la educación es necesaria en todos los sentidos.

Fervorosa defensora de la figura del docente, Romera destaca por enfatizar las luces y las sombras del sistema educativo, así como el valor de las emociones en el proceso de aprendizaje.

Mar Romera preside la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci, y es asesora pedagógica en la implementación de programas de innovación en diferentes centros de nuestro país.

Autora y coordinadora del modelo pedagógico “Educar con tres Cs: capacidades, competencias y corazón”, y en esto precisamente centró su intervención, en la que señaló como “imprescindible” que las familias consigan ganar un tiempo libre en la educación de los hijos. “Por lo menos un día libre cada tres semanas es necesario”, dijo.

Con un público mayoritariamente integrado por maestras y maestros, la conferenciante les dijo que “no podemos exigir a las familias lo que los docentes no hacemos, porque ellas no son profesionales”.

De ahí las tres “c” que insiste en que intervienen en el proceso educativo: “colegio, casa y ciudad”, porque la sociedad también se debe responsabilizar de la educación de los pequeños.

Romera nos enseña a educar con amor, en valores y con respeto a la diferencia, considerando que el niño y la niña “son seres únicos, irrepetibles, frágiles, dignos del máximo de los respetos”.

Despertar sensibilidades y hacer partícipes a los pequeños de los sentimientos humanos es de vital importancia… Pero esa tarea no corresponde únicamente a los docentes. Desde siempre he mantenido que la escuela es vital, y complementa o compensa lo que de manera natural recae en núcleo más cercano: la familia.

Dicen quienes conocen bien a Mar Romera que “Educar con 3 ces” no es un método, sino una metodología, un modelo para el diseño del proyecto educativo de cualquier centro, a la vez que las orientaciones necesarias para el diseño de una programación completa para cualquier etapa del sistema educativo, para cualquier nivel y cualquier asignatura o constructo cultural objeto de aprendizaje.