Educación fijará un calendario para estudiar el posible adelanto de los exámenes de septiembre
Se iniciarán a partir del mes de diciembre
La Comunitat cuenta ya con un precedente exitoso de esta medida como es el Plan Exit
En este sentido, Carbonell ha explicado que “vamos a establecer unos grupos de trabajo específicos con expertos en esta materia y con los sectores implicados como son profesores, equipos directivos, alumnos, madres y padres o las patronales de enseñanza de la concertada. Estas reuniones pretenden alcanzar un acuerdo amplio para poner en marcha esta iniciativa con el mayor consenso posible”.
Se trata pues de una iniciativa que está en estudio en la actualidad por todo el ámbito académico, ya que el Director General, también, ha destacado que “la comisión gestora de las PAU podría, en un futuro próximo, analizar la viabilidad de adelantar el selectivo de septiembre a julio. Esta medida, si se diera, nos afectaría en las pruebas de recuperación de materias pendientes de los alumnos de Bachillerato, al realizarse en el mes de septiembre y el acceso a la universidad quedaría resuelto en julio”.
Por otro lado, Carbonell ha señalado otro aspecto a plantear es “el análisis de que, con independencia de adelantar la prueba extraordinaria de septiembre al mes de junio, si procedería mantener una segunda convocatoria de este carácter en el mes de septiembre”.
“La Comunitat Valenciana cuenta ya con un precedente exitoso, en este sentido, como es el Plan de atención extraordinaria y refuerzo (Exit) que ha permitido que tres de cada cuatro alumnos superen las materias pendientes, según los datos del último curso académico. Se trataría así de exportar este planteamiento a las nuevas pruebas extraordinarias”, ha afirmado el Director General.
Objetivo de la medida
El objetivo de esta medida es lograr mejorar las tasas de éxito escolar, en cuanto a promoción y titulación y racionalizar el proceso de planificación educativa y el ahorro de recursos.
A diferencia de otras Comunidades Autónomas, la realización de estos exámenes estaría precedida de una fase de refuerzo y recuperación. Además, esta prueba no supondría necesariamente la eliminación de la convocatoria de septiembre.
Esto permitiría que la evaluación ordinaria tuviera lugar a mediados del mes de junio. A continuación, el alumnado con materias pendientes realizaría actividades de refuerzo y de preparación para la prueba extraordinaria de finales del mismo mes de junio, que correrían a cargo del propio profesorado de la materia y se realizaría en el mismo centro docente de referencia.
Ventajas de la medida
El adelanto de las pruebas extraordinarias al mes de junio podría permitir incrementar las posibilidades de éxito de los alumnos al mismo tiempo que contribuiría a aumentar su motivación, al ver que el objetivo a cumplir es a corto plazo y que cuentan, además, con el respaldo del propio profesorado que les va a examinar.
A su vez, la adopción de esta iniciativa podría mejorar la atención educativa al alumnado, mediante el apoyo ofrecido por sus profesores de forma gratuita y directa. Con ello se evitarían los perjuicios a las familias como consecuencia de la no superación de las materias por parte de sus hijos en junio.
Asimismo, podría repercutir en un mayor compromiso del profesorado con su alumnado, con el que ha trabajado durante todo un curso y al que conoce perfectamente.
