1ª edición del RockFest. Viernes 28 octubre

Ansiosos estábamos con la primera edición del festival de Hard Rock melódico RockFest en la sala Rockitchen de Madrid, y después de dos intensos días podemos afirmar que no nos defraudó. Con una afluencia notable de público, pudimos disfrutar de bandas con una amplia carrera a sus espaldas como Bonfire y de otras que acaban justo de empezar ahora como Vega o Houston. No todo fueron buenas noticias, hubo alguna que otra sombra, pero, sin ninguna duda, este festival bien se merece una segunda edición, pues, exceptuando la puntualidad -en este país creo que ha dejado de ser una muestra de respeto-, que según los organizadores no fue debido a ellos, el evento rayó a muy buena altura. Animamos desde estas páginas a los organizadores a que sigan trabajando con las mismas energías y la misma ilusión para convertir este festival en una referencia dentro del mundo del Hard Rock en toda Europa.

Viernes 28 de octubre

HARD-WIRES

Abrieron fuego los hispano-argentinos Hard-Wires, que nos presentaron un material muy hardrockero típico de los 80 con algunos toques sleazy, sacado de sus dos únicos discos: 'The End' y 'Fear', junto con alguna que otra versión como 'Talk Dirty To Me' de Poison o 'Uncle Tom's Cabin' de Warrant. Sonaron muy potentes y cabe destacar el trabajo de Luismikiss a la guitarra.

LIZHARD

Con un álbum de 2008 y un mini LP a sus espaldas se presentaba la banda italiana Lizhard. Su sonido nos recordó en algunos momentos a bandas como los primeros Bon Jovi y ,sobre todo, Gotthard, destacando temas como su primer single 'Rock'n'Roll Is Back' y la balada 'I Cry For You'. Se les vio con tablas en el escenario después de haber teloneado a gente como Glenn Hugues o Eric Martin, pero aún les queda mucho camino por recorrer.

MITCH MALLOY

Después de haber pasado por el Firefest una semana antes, nos visitaba una de las mejores voces del Hard de los últimos tiempos, y como siempre hubo disparidad de opiniones. Vino a presentarnos su último álbum 'Mitch Malloy II', que, a pesar del nombre, era su quinto LP -sin contar su 'Malloy '88' de 2003-, y junto a su primer disco conformaron la mayoría del set list de esa noche. La lástima fue el grupo de músicos italianos que llevaba detrás, que, aunque no lo hicieron mal, no le dieron el empaque suficiente a los temas para que sonaran con garra.

De todos modos he de decir que a mí me encantó, quizá por que su primer disco fue y sigue siendo una de mis debilidades, pero también he de admitir que tuvo alguna que otra sombra. Tiene tal potencia de voz que en ocasiones le cuesta controlarla y así, en los estribillos más altos, las líneas melódicas suenan muy planas, demasiado agudas, y parece que desentone. Por lo demás estuvo enorme, simpático con el público y con un set list en el que solo faltó 'Nobody Wins In This War' para que fuera perfecto.

Sonaron de su primer disco 'Mission of Love', 'Stranded In The Middle Of nowhere', 'Take Me Over The Water' -según él mismo, su mejor tema-, 'Forever' -que intentó que el público cantara y fracasó-, 'Our Love Will Never Die' él solo con su guitarra, en plan semiacústico, y como no, su tema estrella 'Anything At All'. De su último álbum presentó 'I'm The One', 'Falling To Pieces', 'Love Song', 'I'll Love You Still' y 'Carry On' en honor del desaparecido Steve Lee, cantante de Gotthard, así como 'It's About Love' de 'Shine'.

BONFIRE

Uff, qué duro se me va hacer criticar este concierto. Y digo esto porque Bonfire fue uno de mis pilares dentro del Hard Rock cuando empecé en este mundillo, aunque desde su 'Knock Out' -qué malo es este disco- les había perdido el rastro. Recuerdo haberlos visto en la gira del 'Point Blank' en Barcelona, a principios de los 90, y disfruté como nunca, tanto es así, que es uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida. Además de todo esto, esperando fuera de la sala a que comenzara el concierto de Mitch Malloy,  vimos A Claus Lessmann, vocalista de la banda, tomando unas cervezas en un bar. Me acerqué para pedirle una foto y que me firmara una camiseta de aquel concierto y lo hizo gustosamente, con muchísima amabilidad. Al poco rato salió a la calle y se puso a hablar con nosotros sobre los viejos tiempos, sobre una gira que iban a empezar con temas no tan conocidos y que nunca tocaban, y también nos aseguró que estaba muy nervioso pues iba a cantar 'Rock'n'Roll Cowboy' en castellano. Tras unos minutos nos despedimos hasta la hora del concierto. Sin haber empezado el show ya me tenía ganado, aunque esa ya es otra historia.

Cuando sonaron los primeros acordes de 'Tony's Roulette' empecé a saltar como un poseso, y me vinieron recuerdos de aquella noche en Barcelona hace más de 20 años. Pero solo fueron eso, pues cuando empezó a cantar desperté. Claus derrocha simpatía por los cuatro costados en un escenario y se le nota que a sus 51 años ama este oficio, es de esos que sabes que morirá haciendo música, pero vocalmente no está para muchos trotes y, en vez de bajar las canciones algún tono para que se le acoplen mejor, baja él las partes vocales, con lo que el desconcierto es total. Puede que para muchos los temas no suenen tan mal porque sus estribillos son muy hímnicos y la gente los corea con la banda, pero si lo oyes solo a él, te das cuenta que ni tan siquiera intenta forzar la voz para llegar a las notas del disco.

Otro punto que me desilusionó, -igual es que yo también me hago mayor- es que considero a Bonfire como un grupo de Hard Rock, al menos en sus primeros discos, y en directo, con las dos guitarras ritmeando a la vez, suenan demasiado cañeros, incluso en algunos momentos, 'sucios', como si fueran un grupo de Heavy Metal. Crean una barrera de sonido tal que se te hace muy complicado distinguir los diferentes instrumentos, y además hace que las melodías de los temas se diluyan.

A pesar de todos las desilusiones que me llevé, pude disfrutar de buenos momentos como con la fantástica 'Sword And Stone', compuesta junto a Desmond Child; con los temas de sus dos álbumes míticos 'Fireworks' y 'Point Blank' como 'Ready 4 Reaction', 'Never Mind', 'Sleeping All Alone', 'Sweet Obsesion' y 'American Nights' del primero, y 'Bang Down The Door' y 'Tony's Roulette' del segundo. Repasaron su primer disco 'Don't Touch The Light' con su balada 'You Make Me Feel' y el himno rockero 'Hot To Rock'. Cabe mencionar también la interpretación de su 'Proud Of My Country' tras una crítica airada hacia los banqueros y políticos como culpables de la crisis económica que estamos sufriendo e intercalando en algún estribillo la palabra 'Spain' en vez de 'Germany'. Se le notó que quiere a este país, que está feliz aquí, además de que conoce muchas palabras en castellano que no se cansó de repetir entre tema y tema.

Nadie puede dudar de su profesionalidad y de que todos sus componentes lo dieron todo en el escenario, pero en muchos momentos no fue suficiente. No entiendo como una banda con su experiencia y su extensa carrera pueda tener a un guitarra solista, Hans Ziller, que demostró muy poca técnica, aunque sea, junto a Claus, el único componente que queda de la banda originaria. Su solo de guitarra fue, en una palabra, patético. Pero, bueno, estos son los Bonfire del presente, con sus virtudes y sus defectos y que venían a presentar su último disco 'Branded', un álbum con muchos altibajos y con temas como 'Just Follow The Rainbow' que no están a la altura de sus obras maestras de finales de los 80.