La Residencia de la Tercera Edad de Cullera, del cierre a la rehabilitación
El Ayuntamiento de Cullera ha salvado uno de los principales escollos que se le plantearon al inicio de la legislatura: mantener abierta la Residencia Municipal de la Tercera Edad ante la amenaza de cierre que se cernía sobre este servicio por no cumplir la normativa.
Tres años y medio después la situación es diametralmente opuesta. Las instalaciones se han renovado, el servicio está garantizado y además ahora los usuarios ya no deben pagar la tasa confiscatoria de 1050 que impedía a las personas con pensiones bajas acceder al mismo.
El Ayuntamiento de Cullera ha finalizado ya las obras de la tercera fase del proyecto de rehabilitación del centro geriátrico. Cumple así con el compromiso adquirido con la Generalitat para evitar el cierre.
Los trabajos de esta fase han comprendido la rehabilitación las habitaciones de la segunda planta además de la habilitación de una zona nueva de vestuarios y un almacén.
La inversión asciende a 195.000 euros, que se suman a las cuantías ya inyectadas en las obras de la primera y la segunda fase. En total, más de 600.000 euros para dignificar la residencia que presentaba un estado lamentable de conservación.
El alcalde de Cullera, Jordi Mayor y la concejala de la Residencia de la Tercera Edad, Francesca Ortiz y el propio Armengot han visitado hoy el centro con motivo de la jornada de puertas abiertas y han podido comprobar en primera persona el estado en el que han quedado las zonas rehabilitadas.
Los residentes que hasta ahora ocupaban otras habitaciones serán trasladados a las nuevas, donde disfrutarán de más comodidades en unas instalaciones modernas.
«Nos encontramos con una residencia que asustaba por el estado en el que había quedado. Era un centro indigno para nuestras personas mayores y ahora eso ha cambiado», ha dicho Mayor. «En estos momentos la residencia de Cullera es de las mejores de la zona en cuanto a atención y ahora también en instalaciones», ha añadido.
El primer edil ha destacado que actuaciones de este calado son «justicia social con las personas mayores que han trabajado para que hoy todos disfrutemos del Estado de bienestar y no merecían estar como estaban ni pagar una tasa confiscatoria que hacía que un servicio público se convirtiera en un lujo».
Primera y segunda fase
La primera fase de las obras de rehabilitación que tuvo que abordar el consistorio consistió básicamente en la reparación de la cubierta —afectada por filtraciones—, la mejora y reparación de instalaciones eléctricas y la renovación de instalaciones de agua caliente sanitaria.
Por otro lado, los trabajos de la segunda fase representaron el acondicionamiento de una de las alas de habitaciones de la segunda planta, hasta ese momento inutilizada por el estado de degradación en el cual se encontraba. Las habitaciones se hicieron complemente nuevas y se dotaron de modernos sistemas de comunicación con el personal de la residencia y más baños para los residentes. Antes, sólo había uno para ocho personas. Además, se efectuaron mejoras en la cocina y se puso suelo radiante en la segunda planta.
En estas dos primeras fases el consistorio invirtió más de 300.000 euros procedentes del plan de inversiones sostenibles de la Diputación de Valencia.
