Cullera inicia mañana sus fiestas patronales con el descenso de la Virgen del Castillo en procesión nocturna
El recorrido comenzará a las 21 horas
La localidad valenciana de Cullera iniciará mañana, sábado, las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora del Castillo con el traslado de la imagen desde el castillo hasta la parroquia de los Santos Juanes donde permanecerá hasta el domingo 22 de abril.
Durante el recorrido, que comenzará a las 21, horas la imagen de la Virgen de estilo gótico descansará junto a los jardines del mercado municipal en un altar de flores elaborado por tres vecinos de Cullera, los “tauleters” siguiendo una tradición que se remonta a 1631, según ha indicado hoy a la agencia AVAN el párroco Rafael Reig.
“Según la tradición el párroco efectuó el primer traslado de la patrona, llevándola en brazos y al llegar a la primera casa del pueblo el sacerdote recibió una pequeña mesa o “tauleta” sobre la que descansar a la patrona”, ha añadido.
La imagen, esculpida en alabastro, será venerada con el “himno a la tauleta”. Posteriormente, será trasladada en procesión acompañada por dos camareras a la parroquia de los Santos Juanes, donde se iniciará la novena en honor a la patrona canónica de Cullera desde el año 1919.
El próximo lunes, la Virgen saldrá a las 5 de la madrugada en la procesión del Rosario de la Aurora hasta el barrio del Raval donde se celebrará una misa de campaña. Por la noche, a las 21 horas, la imagen de la Virgen del Castillo junto a la de San Vicente Ferrer recorrerán en procesión el centro histórico de Cullera.
Asimismo, el domingo 22 de abril, a las 5 de la mañana, se celebrará la procesión de la Aurora en la que la imagen de la Virgen se adentrará en el mar acompañada por los pescadores que la custodiarán con sus barcas decoradas con bengalas, luces de colores y flores. Por la noche, a las 21 horas, tras una eucaristía en la parroquia de los Santos Juanes la imagen regresará al castillo.
La imagen de la patrona está vinculada a la orden militar de San Juan del Hospital, ya que el rey Jaime I donó el castillo de Cullera a esta orden como agradecimiento por su ayuda durante la reconquista. Debido a su origen, la Virgen viste una túnica y una correa que recuerdan el hábito de estos monjes.
