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Cullera se solidariza con Costa de Marfil al donar balones y camisetas

Cullera se solidariza con Costa de Marfil al donar balones y camisetas
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    Cullera se solidariza con Costa de Marfil al donar balones y camisetas  - (foto 2)

    Cullera muestra su cara más solidaria realizando una donación de balones de fútbol y camisetas con el logo de la ciudad a niños del poblado de Klokakaha, situado en Costa de Marfil (África).

    El ayuntamiento, a través de la concejalía de Deportes que dirige Javier Cerveró, consiguió hacer llegar su ayuda desinteresada hasta tierras africanas gracias a contar con la intermediación de Paula Royo, una joven cullerense que ya ha realizado dos años como voluntaria ayudando en la educación de los niños costamarfileños.

    «No puedo explicar las caras de los niños, sus sonrisas, la felicidad que les provocaba recibir una camiseta nueva, felicidad que inevitablemente se me contagiaba», explica la joven originaria de Cullera sobre las donaciones del ayuntamiento.

    Cullera, ciudad solidaria

    Estas acciones solo son una pequeña muestra del espíritu solidario que vecinos de la ciudad costera como la joven Paula han puesto de manifiesto. Empezando por el propio colegio al que acudía, el San Vicente Ferrer H.H. Maristas, que lleva años colaborando con la ONG SED (Solidaridad, Educación y Desarrollo) en proyectos de voluntariado y distintas ayudas a poblados africanos.

    «Recuerdo una vez, que lo recaudado durante todo el año en bocadillos solidarios, claveles en San Valentín, festivales o fiestas escolares, fue destinado a la excavación de un pozo en África; ni por asomo me imaginé en ese momento que años más tarde yo misma bebería el agua de ese pozo», confiesa la cullerense.

    Tal y como indica, fue ella misma la que más tarde emprendió la aventura hacia Costa de Marfil de la mano de uno de sus antiguos profesores en Maristas, que realiza viajes voluntarios todos los veranos.

    En su primera experiencia en 2016, estuvo como voluntaria en el colegio Marcellin Champagnat, construido gracias a la financiación de la ONG SED. El centro acogía a unos 180 niños de entre 5 y 15 años y Paula, junto con sus compañeros, se dedicó a realizar actividades de animación, talleres y diferentes cursos.
    Este año, ya como su segundo año de voluntariado, Paula buscaba una manera de ayudar todavía más a los niños costamarfileños, una vez había conocido sus necesidades de primera mano.

    En este momento el Ayuntamiento de Cullera se sumó a la causa y contribuyó con la donación de balones y camisetas, que pudieron llegar a su destino satisfactoriamente y ayudaron a los niños africanos al mismo tiempo que expandían el nombre del municipio por una buena causa.

    «Mentiría si dijera que todo es bonito, también existe algún momento difícil, pero todo forma parte de la experiencia, y sin duda, queda camuflado con tantos y tantos momentos felices, y si algo nunca nos falta, es su cariño», sentencia Paula sobre su experiencia como voluntaria en Costa de Marfil.

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