Cullera saca a la luz la fachada original de la ermita del Brosquil
Los trabajos de rehabilitación de la ermita del Brosquil están permitiendo sacar a la luz la fachada original del siglo XIX, oculta hasta ahora bajo un encalado impropio del estilo ecléctico de esta construcción dedicada al culto a San Vicente Ferrer.
Pero no sólo eso. Los trabajos han deparado una sorpresa y han desvelado el misterio de la ampliación de la ermita, que originalmente era un oratorio y tras su cesión a la pedanÃa cullerense por parte de la familia Diego experimentó un ensanche cuyos detalles se desconocÃan hasta ahora, explica el arqueólogo municipal, Kike GandÃa.
El encalado y las sucesivas capas de pintura, que durante el siglo XX cubrieron la fachada original, habÃan generado problemas de humedad y le daban un aspecto al edificio que distaba mucho de la ermita originaria.
Al mismo tiempo, esas capas ocultaban una junta que delimita la construcción del oratorio primigenio y la posterior ampliación. Inicialmente, el uso que se daba era el de una capilla familiar pero al cederse a la pedanÃa se decidió convertirlo en una ermita para disfrute de los habitantes.
«DesconocÃamos los lÃmites del oratorio original y siempre habÃa sido un misterio. Parece evidente que la junta que ahora ha quedado a la vista no es de dilatación, sino el lÃmite de la construcción primitiva», detalla GandÃa.
Aunque no se tiene muy clara la fecha de construcción, el estilo ecléctico de la ermita apunta a que data de mediados del siglo XIX. De hecho, una placa conmemorativa del centenario de las fiestas patronales, colocada en 1993, ya habla de la existencia de la construcción, relata el arqueólogo.
Puesta en valor
La actuación, en marcha estos dÃas a cargo de la concejalÃa de Servicios Exteriores que dirige Salva Tortajada y coordinada por el departamento de Patrimonio del ayuntamiento, representa un paso más en la recuperación del rico patrimonio histórico del municipio, ha señalado la concejala delegada del área, Amparo Jover.
Jover comenta que la polÃtica de Patrimonio Histórico del consistorio intenta, a parte de acondicionar espacios degradados, «acercarse al máximo al aspecto original de las construcciones», lo que les añade «más valor y las hace más atractivas», defiende.
La ermita de Sant Vicent Ferrer se utiliza semanalmente para el culto por parte de los feligreses del Brosquil y durante las fiestas de la pedanÃa es el centro neurálgico de las celebraciones por lo que se erige en una de las construcciones religiosas más populares del municipio de Cullera.