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El Consell apoya la creación del primer banco de pruebas de la Comunitat para evaluar el potencial energético de los subproductos alimentarios

  • Liderado por AINIA es un referente a nivel internacional

El Consell, a través del Instituto de la Pequeña y Mediana Industria Valenciana, ha apoyado la creación del primer banco de pruebas de la Comunitat Valenciana para evaluar el potencial energético de subproductos alimentarios.

La iniciativa, liderada por el Centro Tecnológico Agroalimentario (AINIA) ha sido respaldado por el IMPIVA con más de 400.000 euros, el 100% de la ayuda, a través del programa de investigación y desarrollo tecnológico para institutos tecnológicos.

Para Rafa Miró, director general del IMPIVA, iniciativas como esta ponen de manifiesto “el enorme potencial investigador de los institutos tecnológicos y su capacidad de servicio a las empresas de la Comunitat”.

“Tenemos en la Comunitat- ha añadido Miró- un red de Institutos Tecnológicos estructurada, vertebrada y reconocida a nivel nacional e internacional cuya labor va ser punto de referencia de la Consellería de Economía, Industria y Comercio”.

El objetivo de esta investigación es obtener biogás industrial, una energía renovable que suena cada vez con más fuerza en España, a partir de la conversión en materia prima útil de un gran número de residuos que en estos momentos generan problemas de gestión y medioambientales a las industrias agroalimentarias.

Estas toneladas de residuos pueden convertirse en biogás del que se obtiene calor y electricidad. A tal fin, el Instituto de la Red IMPIVA, ha desarrollado diferentes metodologías para el diseño y puesta en marcha de ensayos de fermentación anaerobia que permitan conocer el potencial de producción de biogás de los distintos sustratos.

El banco de pruebas de AINIA cuenta con 87 digestores piloto, lo que lo convierte en referente en el ámbito internacional.

En una misma prueba de valorización AINIA puede analizar más de 20 subproductos agroalimentarios a la vez y testear al año más de un centenar de residuos procedentes de las industrias alimentarias (entre ellos restos de cebollas, destríos de patata, aceites usados de fritura, bagazo de cerveza, restos de elaboración de frutas y verduras IV Gama, deshechos de matadero, grasas vegetales, restos de huevo, vísceras de pescado, lactosuero, lodos de depuración, microalgas, fangos de flotación, cultivos energéticos…), indicándole a las empresas interesadas el potencial de generación de biogás de los mismos.

Con los datos obtenidos, las empresas generadoras de estos sustratos orgánicos pueden realizar estimaciones de viabilidad más seguras a la hora de decidir la instalación o no de una planta de biogás para tratar sus subproductos.

Potencial del biogás agroindustrial
La necesidad de reducir las emisiones de CO2 en España para alcanzar los compromisos internacionales en materia de cambio climático hace todavía más necesaria el desarrollo de energías como el biogás agroindustrial. La proliferación de plantas para la producción de este tipo de fuente energética permite dar un adecuado tratamiento a los residuos ganaderos, entre otros, responsable de buena parte de la emisión de metano a la atmósfera, un gas que tiene un efecto invernadero 21 veces mayor que el CO2.

Sin embargo, a diferencia de países como Alemania, Austria, Dinamarca o Suecia, donde el biogás agroindustrial es ya una de las alternativas más empleadas para valorizar los subproductos agroalimentarios, en España tan sólo existen unas pocas plantas en funcionamiento.

El RD 661/2007 sobre energías renovables ha hecho despertar el interés por el biogás gracias a una tarifa regulada mucho mayor que la existente anteriormente. Se han creado nuevas empresas y asociaciones relacionadas con el biogás agroindustrial y existen proyectos de nuevas plantas de biogás por toda España.

Una de las principales plantas de biogás existentes en España, ejemplo referente para otras empresas, está ubicada en la Granja San Ramón de Requena. En el desarrollo de esta planta, que responde a la concienciación y deseo de los propietarios de Granja San Ramón por apostar por un proyecto de granja sostenible, innovador y de futuro, se ha contado con la colaboración de ainia centro tecnológico y del IMPIVA.

 

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