El confinamiento en un barco: la 'semilibertad' de estar aislado en el mar

Su nombre es Maracas y se ha convertido en el refugio de Elena y Paul, una pareja que se encuentra pasando la cuarentena propiciada por la crisis del coronavirus a bordo de un barco atracado en el Real Club de Regatas de Cartagena. Ambos se dedican al mundo náutico y se sienten afortunados de poder pasar el confinamiento en su peculiar hogar.

“Es nuestra residencia habitual desde octubre de 2018 cuando lo compramos para reformarlo nosotros mismos y adaptarlo a nuestras necesidades. La idea es navegar por todo el mundo y poder compartir la aventura por Youtube” cuentan a elperiodic.com ilusionados, aunque hayan visto frustrados temporalmente sus planes.

Puede resultar peculiar vivir estos días complicados sin las comodidades que da una casa, pero lo cierto es que en una pequeña conversación con la pareja nos hacen pensar lo contrario e incluso nos despiertan un poco de envidia: “Es como estar en la calle en una terraza todo el día. Estamos juntos, con un bonito proyecto y no necesitamos mucho más”.

Tres camarotes dobles, un baño y una cocina-salón, son las estancias con las que cuentan para estos días en los que sus rutinas se han ido adaptando poco a poco a las nuevas realidades. Eso se vive igual vivas donde vivas.

Elena nos explica que acuden al supermercado cada 10 días y siguen algunas recomendaciones como lavar la comida, cambiarse de ropa nada más llegar y por supuesto lavarse bien las manos: “La verdad es que esas cosas las vivimos como una persona normal en una casa, al fin y al cabo es una casa solo que es mas pequeña y flota” bromea.

Pero no están solos. Además de sus seguidores de instagram que siguen su día a día a través de su perfil (@sailingthelife) también tienen vecinos que se encuentran en la misma situación que ellos.

Al principio, explican, algunos de sus vecinos de barco quisieron aprovechar la situación para navegar o ir a pescar pero las restricciones de movilidad también llegan a los puertos. “La Guardia Civil los mandaba a puerto rápidamente. Pasan todos los días por aquí y siempre están muy pendientes”.

Además, como buena comunidad de vecinos, y siguiendo la tradición que cada tarde llega a todos los barrios de España puntualmente a las ocho de la tarde se rinde un pequeño homenaje a los sanitarios aplaudiéndoles desde sus improvisados balcones.

La siguiente pregunta es casi inevitable: “¿Y si se alarga demasiado la cuarentena pensaréis en abandonar el barco?”. La respuesta no tarda en llegar y lo hace sin titubeos: “No, no nos lo hemos planteado estamos muy contentos aquí. En el barco tenemos todas nuestras cosas, y para estar encerrados en cuatro paredes viendo la televisión…¡Estamos más entretenidos aquí!”.  

Entretenimiento no les falta, pues como decimos, se encuentran reformando el barco para convertirlo en su hogar soñado y poder recorrer el mundo sobre él. Un gran trabajo para el que estos días tendrán tiempo de sobra, algo que agradecen: “Al mal tiempo, buena cara”.

La experiencia de una joven pareja que pone de manifiesto como estos días de cuarentena pueden hacerse mucho más llevaderos siempre que los pasemos en buena compañía y con pequeños objetivos por cumplir.