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Compromis exige que la autorización del enfilat obedezca a criterios técnicos

    El diputado de Compromís Juan Ponce ha presentado una serie de iniciativas en Les Corts sobre la práctica de captura de aves llamada enfilat, para tratar de conseguir que la autorización de la Generalitat se haga “sobre la base del rigor técnico y científico, dando los permisos si sirven a los fines para los que se concede y no a otros, y si el estado real de las poblaciones lo permite”. El diputado muestra su preocupación ya que “si los cupos de captura permitidos no se basan en informes técnicos, se hará en función de la demanda de autorizaciones, o según el capricho de los técnicos”.

    Ponce ha señalado que “la Unión Europea no hace las leyes porque sí. Si prohíbe la práctica del enfilat no es para fastidiar a los silvestristas, sino para evitar que las poblaciones de aves cuya pervivencia no está clara corran peligro de desaparecer. Por eso, si la Generalitat insiste en permitir un año más esta modalidad de caza, lo deberá hacer garantizando que al final de la temporada seguirá habiendo en el campo un número de aves suficiente para que la población pueda recuperarse y garantizar así la biodiversidad”.

    Para Ponce, portavoz de Medio Ambiente de la coalición, ocurre todo lo contrario “la orden de vedas de la Generalitat dista mucho de ofrecer esa garantía tal y como queda regulada”.

    El enfilat es la captura mediante unas redes abatibles y utilizando reclamos vivos, de aves silvestres apreciadas por su canto. Con ellas, los miembros de asociaciones silvestristas participan en concursos de exhibición y nutren un mercado teóricamente modesto que sirve para atender una afición más o menos inofensiva.

    Sin embargo, según las denuncias de grupos ecologistas, con esta coartada se abre una puerta que fomenta el tráfico de pajaritos para su consumo gastronómico, ilegal y descontrolado. Los ecologistas señalan que cada año se cazan cientos de miles de aves con destino a las parrillas. Las denuncias son frecuentes y todos los años se decomisan aves a cazadores que incumplen el primer precepto de esta caza, que es el de captura de ejemplares vivos, y el segundo, que es el hacerlo en pequeñas cantidades.

    Además, los permisos que se conceden -4.000 en la Comunidad Valenciana, para un total de capturas de 104.000 aves- no especifican lugares concretos de captura como sería lo lógico, sino que uno puede cazar en cualquier punto de la provincia en la que se autoriza.

    Por otra parte, estudios de la Sociedad Española de Ornitología han detectado en los dos últimos años un declive importante en la población de pardillo, una de las especies cuya captura se autoriza, “y pese a esta situación la conselleria de Medio Ambiente ha elevado el cupo de capturas de 4.000 a 12.000 ejemplares”.

     

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