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¿Por qué las compañías aéreas nunca intentan acuerdos extrajudiciales con los pasajeros que reclaman?

¿Por qué las compañías aéreas nunca intentan acuerdos extrajudiciales con los pasajeros que reclaman?
  • Esta peculiaridad ha provocado un atasco considerable en los juzgados españoles de este tipo de reclamaciones

El estallido de la pandemia en marzo de 2020 provocó la cancelación de golpe y porrazo de infinidad de vuelos alrededor del mundo. Pasajeros de todas las nacionalidades sufrieron alteraciones en alguno de sus trayectos y, ante la escasez de facilidades otorgadas por determinadas compañías aéreas y las dificultades para recuperar el dinero íntegro del billete, estas personas se vieron obligadas a reclamar. Ahora sus demandas se apilan en los juzgados a la espera de ser resueltas de forma favorable.

Y es que, es en este último punto donde está la clave: de forma favorable. Los abogados especialistas en reclamaciones aéreas son plenamente conscientes de cuándo van a lograr o no una indemnización. Y lo más importante, las compañías también lo son. Ellas saben en qué situaciones sus pasajeros tienen razón y sin embargo se empeñan en acudir de forma sistemática a la fase judicial, sin tratar de buscar acuerdos previos que pudieran ser más favorables para sus intereses. 

¿A qué se debe esta forma de obrar?

Puede resultar sorprendente comprobar cómo las aerolíneas nunca optan por el acuerdo extrajudicial a pesar de saber que más adelante el coste que genere una condena judicial va a ser mayor que el que se pueda lograr en un hipotético acuerdo. Esta peculiaridad da para un análisis en profundidad. Iván Metola, abogado especialista en reclamaciones aéreas para el despacho indemniza.me, se encarga de explicarlo.

Él inicia su exposición hablando de las estadísticas de reclamaciones aéreas, que es donde considera que está la raíz del problema. Bajo su punto de vista, estas estadísticas “hablan de que aún hoy en día el número de afectados que reclama por un problema en su vuelo sigue siendo pequeño en comparación con aquellos viajeros que no lo hacen”. Es decir, pocos viajeros reclaman.

A todo esto hay que añadir otra variable, como es que “dentro de los que sí reclaman se produce una segunda criba de afectados que no llegan al Juzgado, bien por desconocimiento de sus derechos y del funcionamiento de los procesos judiciales, sus costes y sus riesgos, o bien por no considerar su problema ‘tan grave’ como para buscar un abogado”. 

El tiempo de espera hasta la resolución judicial, un hándicap

Todo esto provoca que en cierto modo a las aerolíneas les compense desestimar las reclamaciones legítimas que se realizan fuera del Juzgado, ya que con ello evitan tener que responder a un buen número de incidentes. Además a esta conclusión añade que “por otro lado es evidente que en España la estructura de la Administración de Justicia es insuficiente para absorber la demanda de solución a los conflictos planteados por los ciudadanos”.

Esto es debido a “una evidente escasez de medios materiales y humanos que provocan retrasos importantes en la resolución judicial de estas reclamaciones”. Todo esto genera una impresión negativa en el ciudadano, ya que esto supone un medio disuasorio para el reclamante pues ve la solución a su problema en un horizonte demasiado lejano y difícil de alcanzar. Algo que evidentemente echa para atrás a aquellos pasajeros cuyos vuelos sufrieron retrasos o cancelaciones.

Además, de forma paralela, Iván Metola explica que “las aerolíneas están encontrando en esta fórmula un método de financiación”. Por ejemplo, si una aerolínea va a tener que pagar a un pasajero 1.500 euros en concepto de indemnización, pero sabe que por vía judicial va a tardar dos o tres años en tener que pagarlo, aunque luego tenga que pagar también las costas e intereses, prefiere retrasar dos años ese pago y ese coste extra que asume es el coste de financiarse

El atasco judicial varía en función del tráfico aéreo que esas ciudades generan

Como se puede intuir, no en todas las ciudades la situación de atasco judicial respecto a estas reclamaciones es la misma. Evidentemente el tiempo de resolución varía en función de la provincia donde se desarrolla el procedimiento, siendo aquellas ciudades con aeropuertos importantes o mayor volumen de tráfico aéreo las que mayor demora acumulan.

En Madrid, Barcelona o Sevilla se puede superar fácilmente el año de tramitación de este tipo de reclamaciones, mientras que en otras como Vizcaya o Valencia se puede resolver la reclamación en tres o cuatro meses”, concluye el especialista.

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