Catarroja logra una reducción del 50% de los excrementos caninos en sus parques tras seis meses de campaña

La campaña anual de participación ciudadana emprendida por el Ayuntamiento para mantener limpias de excrementos caninos las calles y parques ha llegado a su ecuador. Tras seis meses desde el arranque de campaña, el Consistorio ha hecho balance de la situación de los parques y jardines de la localidad.

De esta manera, durante el pasado mes de diciembre, los servicios de limpieza contabilizaron un total de 47 excrementos caninos frente a los 104 contabilizados en junio del pasado año, antes de comenzar la campaña de concienciación. Esto supone una reducción de más del 50% de los excrementos encontrados en calles, parques y jardines.

Además, la cantidad de excrementos contabilizados ahora es similar a la cifra registrada en el mes de julio, un mes después del lanzamiento de la campaña municipal, con la particularidad de que en este último balance se han incluido cuatro nuevas zonas del municipio.

Estos datos confirman que, pese a que todavía hay propietarios que no cumplen con su obligación de recoger los excrementos, cada vez son menos los infractores y los parques y calles presentan un mejor aspecto.

Antes de iniciar la campaña, Catarroja padecía la impactante cifra de un excremento canino por metro cuadrado. Tras los primeros seis meses de esta iniciativa, todos los parques han visto reducida considerablemente la presencia de excrementos, si bien el más afectado por los excrementos sigue siendo el de Cristòfol Aguado, con 57 excrementos contabilizados antes de la campaña, que ahora se han reducido a once. Le sigue el parque de Paluzié y la avenida Diputación, en el que se registraron dieciséis y ahora se han contabilizado cinco, o el de Horteta, que de siete excrementos ha pasado a cuatro.

Otras zonas con excrementos son el jardín de les Moreres, con cinco excrementos contabilizados, la Ronda Este, con otros cinco o la plaza triangular de Blasco Ibánez, con nueve.

Pese a los buenos datos de la campaña, la alcaldesa de la localidad insiste en el objetivo final que es “aislar al infractor y evitar que haya excrementos en las calles y en los parques. Esto se conseguirá si colaboramos entre todos”, asegura Soledad Ramón.

Por su parte, el Ayuntamiento ya está poniendo más medios al alcance de todos para acabar con este problema, como el aumento de la instalación de pipicanes y dispensadores de bolsas para recoger los excrementos y la apertura de dos nuevos lugares para el ocio de las mascotas como el nuevo recinto canino de 400 metros cuadrados ubicado en el parque “8 de marzo” y la zona exclusiva para perros de 600 metros cuadrados del barrio de les Barraques.