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Unas 400 personas han participado en el programa anti-tabaco del Hospital Provincial

Unas 400 personas han participado en el programa anti-tabaco del Hospital Provincial

    El programa de deshabituación tabáquica del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón ha atendido durante sus tres años de funcionamiento a unas 400 personas, según los datos facilitados por la psicóloga María José Gallego, quien precisa que de los pacientes que han seguido el programa, un 70 por ciento ha abandonado el hábito de fumar.

    En este programa participa un equipo multidisciplinar integrado por neumólogos, psicólogas y personal de enfermería que proporcionan al paciente toda la ayuda necesaria para dejar el tabaco.

    “La combinación del tratamiento farmacológico y la terapia psicológica facilita la deshabituación de esta sustancia”, señala la psicóloga, quien añade que “obviamente, uno puede conseguir dejar de fumar por sí mismo. Sin embargo, los estudios existentes concluyen que sólo entre un 5 y un 10 por ciento de las personas fumadoras que lo intentan por ellas mismas superan el hábito, por lo que es aconsejable recurrir a la ayuda de los especialistas”.

    Dependencia, culpa, rechazo, son algunos de los sentimientos que experimentan quienes deciden acudir a la consulta de los especialistas porque se consideran “esclavos del tabaco”.

    “Cuando siguen el tratamiento se sienten libres, su forma física mejora día a día y, sobre todo, se sienten satisfechos consigo mismos por conseguir su reto”, manifiesta la psicóloga a partir de las experiencias que los ex fumadores le transmiten.

    El programa tiene una perspectiva multidiscipliar y consiste en terapia psicológica y tratamiento farmacológico. Los dos tratamientos se complementan para lograr el objetivo de dejar de fumar.

    Respecto al tratamiento psicológico, se puede realizar vía Internet o de modo presencial mediante terapia de grupo. La ventaja del programa on line es que el paciente evita el desplazamiento al hospital, sigue el programa en el horario que le va bien y se marca su propio ritmo.

    Las dos modalidades utilizan las mismas técnicas para el apoyo al proceso de abandono.

    Terapia de grupo
    En las terapias de grupo los pacientes suelen coincidir en que dejar de fumar es más fácil de lo que ellos pensaban antes de sumarse a esta iniciativa, según Gallego, quien puntualiza que el hecho de que los ex fumadores compartan sus experiencias les motiva a la hora de seguir con el proceso de no fumar.

    “No obstante –añade la psicóloga- la clave del éxito es la motivación para dejar de fumar, ya que “cualquier persona puede dejar el tabaco si está plenamente convencido y tiene fuerza de voluntad”.

    En la primera de las sesiones se explica el tratamiento, se fomenta la motivación para dejar de fumar y el paciente se establece un día “D” para abandonar el tabaco. Además se les sugiere que compren el tabaco de cajetilla en cajetilla y no en cartones, que reduzcan el número de cigarrillos y que cambien de marca. Es importante animar a los fumadores a que digan a las personas que están a su alrededor que van a abandonar el tabaco.

    En las reuniones sucesivas se dan instrucciones al paciente sobre qué hacer la noche anterior al día “D” y los días posteriores. Así, es recomendable que la noche anterior se desprendan del tabaco y retiren los ceniceros que hay en el hogar.

    El día “D” y los posteriores, el paciente no se debe exigir demasiado y ha de intentar mantenerse activo y hacer actividades placenteras. Ayuda beber agua o comer caramelos sin azúcar para esos momentos puntuales en los que se tienen ganas de encender un cigarro.

    Los especialistas recomiendan que se planteen metas para no fumar a diario y cada día, al levantarse, deben decirse a sí mismos “hoy no voy a fumar” y no agobiarse pensando que no van a fumar nunca más.

    Ayuda tener a mano los motivos que previamente el paciente ha reflejado en un papel para dejar de fumar esos primeros días, así como guardar el dinero que se ahorra en tabaco y premiarse con algún regalo por haberlo conseguido.

    En las siguientes sesiones las psicólogas y los pacientes comentan cuáles son las dificultades que encuentran cada día que pasan sin fumar un pitillo y se les hacen recomendaciones para que puedan superarlas.

    Al final del tratamiento se realiza una prevención de recaídas y se planifican los seguimientos a los 3, 6 y 12 meses.

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