El refugio antiaéreo de la plaza Tetuán abre este viernes sus puertas en forma de museo

El número de refugios antiaéreos nos dan una idea de la huella que la Guerra Civil dejó en Castellón, como en tantas otras ciudades españolas. Se calcula que hay cerca de 300 refugios subterráneos por los que cada día pasan vecinos y visitantes sin ser conscientes de la historia que se esconde bajo el suelo que están pisando.

Entre los más grandes destacan los de la plaza Santa Clara -donde llegó a haber una enfermería-, plaza de la Independencia, calles Navarra y San Roque y el de la plaza Tetuán. Precisamente este último abrirá al público este viernes tras un proyecto de adecuación constructiva y museística, de la mano del MUCC (Museu de la Ciutat de Castelló), cuyo objetivo es mostrar la Castellón de la Guerra Civil.

Las obras de adecuación ya terminaron a finales del año pasado y desde entonces se ha trabajado para convertirlo en un museo en el que se muestre no solo la parte histórica sino también el modo de vida y las condiciones que se encontraban los cientos de refugiados que allí se escondían.

Este viernes tiene lugar la inauguración a las 13:00 y va a permitir hacer visitas, recorrer los túneles, descender hasta los más de 13 metros que nos llevan hasta la profundidad del búnker y descubrir sus secretos. Por ejemplo, ¿Sabías que tiene forma de zigzag para evitar que la onda expansiva de las bombas llegara al fondo de la construcción?

Todas estas curiosidades y muchos más datos históricos son los que ha querido poner en valor el Ayuntamiento de Castellón, a través de la concejalía de Cultura: "La intención es poner en uso, visitable en forma de museo y dar valor histórico a esta construcción del año 1937 motivada por la necesidad de la población de los ataques aéreos del ejército franquista", se desprende del proyecto que el Ayuntamiento de Castellón ha llevado a cabo.

Esta construcción antiaérea de la plaza de Tetuán se reparó, reconstruyó y reforzó en el 1952 (fue construida en 1937), con materiales propios de la época. Fue rehabilitada por una compañía de mineros o de presos políticos pero, en cualquier caso, por gente obligada a trabajar en ello.