El PSPV denuncia que la concejala Beatriz Gascó sólo ha asistido a 9 de las últimas 32 comisiones municipales
El concejal Juli Domingo dice que “si los populares tuvieran que fichar para demostrar que trabajan por Castellón deberían devolver a final de mes el dinero cobrado de más”
La concejala Beatriz Gascó sólo ha asistido a 9 de las últimas 32 comisiones municipales, según informa el grupo municipal socialista. “Desde que fue elegida vicesecretaria regional del Partido Popular, en octubre, Gascó ha preferido acudir al comité de dirección del PP, que se desarrolla los lunes en Valencia, en lugar de participar en la Comisión de Servicios a la Ciudadanía de la que forma parte como titular”, afirma el edil socialista Juli Domingo.
“La tenienta de alcalde Marta Gallén debería barrer su casa antes de la de los vecinos, porque si hay concejales improductivos en el Ayuntamiento de Castellón son los del PP, que durante el ejercicio del cargo se dedican a vender fitosanitarios chinos o se van a Valencia en coche oficial a repetir como loros que Zapatero odia a la Comunitat Valenciana”, añade.
Domingo responde así a la “ocurrencia” de Gallén de que los concejales fichen para demostrar su dedicación a los asuntos municipales. “Si la concejala Gascó hubiera tenido que fichar en los últimos ocho meses, resulta que igual no se ganaba el sueldo que le pagamos entre todos con nuestros impuestos y ahora tendría que devolver el dinero cobrado de más”, señala.
“Hay concejales del PP que durante las horas que en teoría están trabajando se dedican a escribir contra los dirigentes del PSOE en blogs con pseudónimo, otras se van de compras a Zara y los que más y los que menos están todo el día paseándose por los pasillos del Ayuntamiento haciendo como que hacen algo para cubrir el expediente”, explica Domingo.
“Marta Gallén podría empezar a aplicarse ella misma las exigencias que trata de imponer a los demás. En primer lugar, debería explicar si hizo valer su condición de concejala del PP para beneficiarse en la concesión de una ayuda de la Generalitat de casi 6.000 euros para reformarse una panadería que, por cierto, no tenía licencia de actividad”, afirma.“¿Qué se puede esperar de alguien capaz de ver la aguja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio?”.
