Calles afirma que con los 31 millones de euros de impuestos que el PP no cobra se puede comprar la Fábrica Dávalos

El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Castellón, Juan María Calles, afirma que la “incapacidad del área económica del Gobierno local está causando grandes perjuicios a la ciudadanía". Calles lamenta la “bravuconería de los responsables del Partido Popular que gestionan la hacienda municipal, que se ufanan en reconocer que el Ayuntamiento arrastra más de 31 millones de euros sin cobrar del ejercicio 2007". “Con ese dinero, que les parece tan poco, se podría comprar la Fábrica Dávalos”, apunta.

Calles insta al equipo de gobierno a buscar “fórmulas novedosas de financiación para conseguir un espacio singular tan relevante para el patrimonio municipal". La antigua fábrica textil de Ezequiel Dávalos, situada en la manzana comprendida por las calles Herrero, Sagasta, Ramón y Cajal, y Ramón Llull, “tiene condiciones para convertirse en un espacio socioeducativo estratégico que satisfaga la necesidad de dotaciones públicas en el centro”.

El líder socialista recuerda que la adquisición del inmueble es una de las promesas electorales que el alcalde, Alberto Fabra, firmó ante un notario. Sin embargo, “corremos es riesgo de que acabe convertida en una falsa promesa, en palabrería barata”. “Los compromisos electorales del PP tienen fecha de caducidad, sólo sirven para intentar camelar al electorado cada cuatro años”, agrega.

La adquisición de la Fábrica Dávalos se incluye en lo que el PP denomina Plan de Mandato, por lo que la compra del inmueble debería cerrarse antes de 2011. Hasta la fecha, el equipo de gobierno no ha planteado ninguna iniciativa formal para acometer la compra-venta, pese a que la Fundación Dávalos-Fletcher, titular de la vieja fábrica, ha manifestado estar abierta a las negociaciones.

Calles reclama al alcalde que defina el proyecto. "Al poco de llegar a la alcadía, Fabra propugnaba la construcción de un aparcamiento subterráneo y la creación de un espacio verde en la zona". "Un año después, antes de las elecciones, planteaba transformarlo en una especie de discoteca light para adolescentes". “Castellón agradecería que, por una vez, Fabra pasara de las palabras a los hechos y empezara a gobernar”, concluye Calles.