Pedregosa pide que el ayuntamiento busque con las empresas de la construcción hacer huertos urbanos en los solares vacíos

El portavoz de Iniciativa en la ciudad de Castelló, Jose Pedregosa, ha expuesto hoy que mientras por toda la ciudad y término proliferan solares vacíos, y campos completamente abandonados después del estallido de la burbuja inmobiliaria, que se convierten en un foco de insalubridad y plagas, que ponen en riesgo la propia pervivencia de las explotaciones agrícolas en uso, o incluso comportan un alto riesgo de incendio, hace falta una solución que pueda satisfacer tanto a las empresas o propietarios que disponen de este suelo abandonado, y esta tiene que ser dar una salida social al terreno para ayudar a las familias ahora que lo están pasando peor.

Para Pedregosa , ya hay muchas ciudades que están dando respuesta a esta problemática, creando parcelas por cederlas como huertos urbanos, en solares y zonas abandonadas, donde incluiso se podrían aplicar incentivos fiscales para que los propietarios del suelo lo cedieron durante un tiempo concreto al ayuntamiento, que sería quien gestionaría esta bolsa de huerto.

Los ecosocialistas dicen que en otros municipios, estas iniciativas han conseguido fomentar espacios verdes singulares, promover la agricultura ecológica y de proximidad, donde las funciones pueden ser múltiples, dar calidad de vida y distracción a los jubilados y fomentar la vida saludable. Puede ser también una fuente de producción de alimentos y de ganancia por la venta de los productos a las personas paradas o con rentas bajas.

Para Pedregosa, la apuesta por estos huertos tendrían que acompañarse de cursillos de agricultura sostenibles y/o ecológica, de la potenciación de redes de distribución de estos productos, con la implantación del riego a goteo. “El ayuntamiento tiene espacios grandes sin ningún uso de momento, y la proliferación de solares y huertos abandonados en las zonas antes previstas urbanizarse y ahora sin ninguna posibilidad de actuar a corto ni medio plazo , son lugares ideales para transformarlos temporalmente en huertos urbanos.

Pequeñas cosas como estas ayudan a tener una ciudad mejor, que la gente pueda tener una cierta autonómica alimenticia, ser autoproductor, ayuda a valorar más el esfuerzo de los agricultores, el valor de los alimentos”. Y al mismo tiempo, suponer un alivio a las obligaciones de las empresas de la construcción que lo están pasado ahora mal, si a cambio de ceder estos espacios tuvieron incentivos fiscales.”