La consulta del dolor del Hospital Provincial de Castellón ha registrado 750 visitas
La consulta del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón dedicada al tratamiento de pacientes que presentan dolor crónico o agudo y que no responden a las modalidades terapéuticas aplicadas por otros profesionales registró durante el pasado año un total de 750 visitas.
A esta consulta acuden pacientes que presentan dolor crónico como neuralgia post herpética o dolor visceral, así como dolor agudo postoperatorio.
El Consorcio es referente provincial en el tratamiento del cáncer, por lo que muchos de los pacientes atendidos en la consulta son oncológicos porque el dolor es el síntoma más frecuente del cáncer.
En este sentido, el jefe de Anestesiología del Consorcio y responsable de la consulta, José López, aseguró que se estima que en un 20 por ciento de los pacientes de cáncer no se puede controlar el dolor con fármacos por vía oral, por lo que es necesario recurrir a otras técnicas para proporcionar alivio y aumentar la calidad de vida de los enfermos.
Los especialistas del Consorcio realizaron el pasado año un total de 147 intervenciones quirúrgicas para la aplicación de técnicas con el fin de combatir este tipo de dolor.
Entre estas técnicas se encuentran las infusiones de opioides, los bloqueos nerviosos, la neuroestimulación subcutánea, los implantes de reservorios epidurales y subdurales, los implantes de bomba espinal de opioides y los bloqueos facetarios ganglionares y de raíz con radiofrecuencia.
Según las estimaciones de los especialistas, unos 3.000 castellonenses padecen dolor crónico y deberían ser tratados en consultas y unidades de este tipo en las que se diagnostica y trata el dolor tanto desde el aspecto físico como psíquico.
El dolor
El dolor, reconocido como enfermedad desde el año 2000, es una experiencia sensorial y emocional no placentera relacionada con un daño potencial o real.
Según los datos de la Sociedad Española de Dolor (SED), en España hay 4,5 millones de pacientes que sufren dolor. De ellos, el 68 por ciento considera que su dolencia perjudica su calidad de vida; el 43 por ciento sufre trastornos del sueño; el 36 por ciento padece depresión y el 58 por ciento considera que este dolor ha afectado sus relaciones familiares.
