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Miranda asegura que una cuarta parte de la población dice tener alergias alimentarias pero que sólo se confirma entre un 4-8% de los casos

Miranda asegura que una cuarta parte de la población dice tener alergias alimentarias pero que sólo se confirma entre un 4-8% de los casos

    “El 25% de la población dice tener alergias alimentarias, pero sólo es cierto en un 4-8% de los casos”, ha indicado Ernesto Enrique Miranda, especialista en Alergología del Hospital de Sagunto, durante el Club de Debate celebrado en la Llotja del Cànem bajo el título “Alergias alimentarias: ¿la epidemia del siglo XXI?”

    Los especialistas destacaron la especial consideración que merecen este tipo de alergias, ya que influyen en gran medida en la calidad de vida de las personas que las padecen y también en la de sus familias, debido a las limitaciones a la hora de preparar los menús, y la carga psicológica y económica que se deriva de ellas.

    Miranda explicó la diferencia entre conceptos como hipersensibilidad, alergia, y atopia, resaltando que la alergia se debe a una reacción inmunológica de nuestro organismo. El alergólogo explicó los síntomas alérgicos, las respuestas alérgicas y cómo se realiza un correcto diagnóstico alergológico, para resaltar la importancia que tiene el estudio de las sustancias que causan las alergias, es decir, los alérgenos.

    Tras explicar las características, los factores protectores y predisponentes, y los tipos de alérgenos concluyó que el tratamiento es factible y señaló el factor ambiental como uno de las razones de la división de los estudios por zonas, poniendo como ejemplo “que no existe la misma proporción de alergia al cacahuete entre la población española que entre la estadounidense”.

    En el debate moderado por la periodista de Ràdio 9, Loles García, también participaron la dietista nutricionista, Carolina Beltrán Cortés, y la profesora asociada de Enfermería de la UJI, Aurora Esteve Clavero.

    Beltrán inició su intervención con la diferenciación entre alergia e intolerancia, y tras enumerar los alimentos de origen animal y vegetal que más producen este tipo de reacciones destacó el riesgo que supone no llevar una dieta adecuada nutricionalmente por evitar los alimentos conflictivos. La dietista recomendó el asesoramiento para buscar equivalentes nutricionales y alertó de la importancia del etiquetado.

    Por su parte, Esteve centró su ponencia en las alergias alimentarias en los niños, colectivo afectado más numeroso. Destacó la leche de vaca y el huevo como los productos más alérgicos en las cortas edades, señalando que en el caso de la alergia a la leche su tendencia a remitir a partir de los 6 años es de un 80%, y en el caso del huevo sólo un 55%. Además, citó las alternativas de la vacunación y la novedosa inmunoterapia oral (ITO). Durante su charla trató temas como el impacto socioeconómico de este problema, ya que la dieta es una inversión en tiempo y dinero, y el manejo de los alimentos en la escuela, donde recomendó un consenso entre padres y profesorado, una formación adecuada, un menú individualizado y un plan de emergencia basado en un informe médico.

    Todas las ponentes coincidieron en la necesidad de conformar un marco legal entorno a las alergias alimentarias, y, por lo tanto, mantener un etiquetado preciso en los alimentos para poder prevenir posibles reacciones.

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