Eloisa Nos describe la obra de Max Aub como literatura testimonial del exilio concentracionario
Eloisa Nos, profesora de publicidad, ha inugurado el curso de verano organizado por la Universitat Jaume I “Max Aub. La literatura del exilio” con la ponencia “Enseñanzas de la escritura de Max Aub: comprensión y memoria”.
Nos, precisamente por el hecho de ejercer su profesión en ámbitos que no están directamente relacionados con la literatura, ha destacado la multidisciplinariedad de la obra del escritor en el exilio, aplicable en áreas de conocimiento tan diversas como la publicidad o los estudios por la paz.
La profesora ha definido la obra de Max Aub como literatura testimonial del exilio concentracionario. Como ha explicado la ponente, su obra, pese a ser ficción, permite conocer una experiencia testimonial de su estancia en los campos de concentración franceses de Vernet y Djelfa, donde llegaron muchos exiliados españoles después de la guerra civil.
La ponentes ha destacado la importancia de Max Aub como precursor de una nueva tendencia en historiografía, que consiste en tener en cuenta las obras literarias y, especialmente, los testimonios directos y orales que permiten”humanizar” el momento histórico de estudio. Según Nos, Max Aub “se iba hacía los límites de la imaginación, pero estaba cada vez más pegado a la realidad”.
La experta, que realizó su tesis sobre este autor, no ha dudado en afirmar que “sus escritos son honestos y verídicos”, según un buen número de rasgos definidos por algunos estudiosos, como el reconocimiento de los defectos de ambos bandos o la narración de historias humanas que no se basan en figuras heróicas, entre otras marcas de estilo.
Una visión privilegiada de la modernidad
La segunda de las ponentes del curso, Mari Paz Balibrea, del Birkbeck College, University of London, ha centrado su discurso en la importancia de Max Aub dentro de la literatura del exilio. Su ponencia “Escribir contra la historia” le ha permitido afirmar que esta literatura proporciona “una visión privilegiada de la modernidad”.
Balibrea ha explicado que Aub trataba de desmontar el discurso histórico hegemónico construido desde el poder con una actitud combativa e inconformista que “ pretende subvertir los mecanismos que aseguran la implantación de la historia de los vencedores”.
Según la experta se trataba de un pensador con “perspectiva global” que nunca perdió la conciencia de que “él y los republicanos tenían la razón histórica” y que “sin caer en posicionamientos manieristas, distinguía entre los buenos y los malos”.
Pese a todo,Max Aub, explica la profesora, era un pensador optismista que creía que la modernidad se podía enderezar mediante la defensa de la razón. Aub consideraba que la verdad existía y que era posible representarla y confiaba en la democracia y en el humanismo como demuestra un estudio detallado de todos sus discursos.
