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Devoción por la Patrona

Devoción por la Patrona
  • Miles de castellonenses rinden homenaje a la patrona de la ciudad en una multitudinaria ofrenda de flores

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Devoción por la Patrona - (foto 2)
Devoción por la Patrona - (foto 3)
Más de 3000 fieles devotos realizan el trayecto de la plaza mayor a la basílica para orar ante la virgen. La procesión salía a las 16.00 horas de la tarde y dio fin a las 20.00 horas con la llegada de las Reinas y del Alcalde.

Una tarde caracterizada por una multitudinaria y larguísima ofrenda floral a la Mare de Déu del Lledó. La gente se dirigía hacia el templo en formación. Los primeros del peregrinaje son los miembros de la Gaiata 1 “Brancal de la Ciutat”, que son los encargados de elaborar el tapiz cada año, seguidos por las collas, colegios, centros regionales, festes de carrer, cofradías y otros colectivos participantes.

Tras ellos los miembros dels cavallers templers y els cavallers de la conquesta con les dones de companya y Na Violant. Seguidos por las gaiatas, los pueblos vecinos que han querido visitar la patrona, las falleras de Burriana y las Falleras de Valencia. Y para finalizar la comitiva la Reinas y Damas de la ciudad de la Magdalena 2008, los regidores de fiestas, y como no, Reinas y Damas de la ciudad de la Magdalena 2009 junto con el alcalde. La tardía llegada de las Reinas hace más emotivo el momento esperado.

Es que si algo caracteriza la ofrenda de flores a la Lledonera es que es la más antigua de todos los festejos similares que se celebran en la Comunidad Valenciana. Además en ella puede participar todo el mundo para decorar con sus ramos de flores el tapiz diseñado. Este año con la imagen de la Virgen en el centro rodeada de dibujos hechos con los distintos colores de los ramos, blancos, rojos, amarillos y rosas.

El trayecto desde la plaza Mayor hasta la basílica de la Lledonera desbordaba fe, emoción, religiosidad popular y sentimientos de amor a la patrona que culminaba con el canto de la salve popular al finalizar la ofrenda.

Unas Reinas muy emocionadas, Berta y María, con lágrimas en los ojos, dejaron sus ramos bajo los pies de la Virgen. Un momento muy esperado para ambas ya que es un momento único.
Las Damas de la ciudad muy emocionadas también miraban con amor a la Virgen al cantarle la salve.

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