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¿Castelló o Castellón? La justicia avala la normalización linguística

¿Castelló o Castellón? La justicia avala la normalización linguística
  • Hay divergencia de opinión entre los vecinos sobre la denominación exclusivamente en valenciano

El Tribunal Superior de Justicia avaló la pasada semana el decreto del Consell donde se establece el topónimo de Castelló de la Plana exclusivamente en la forma valenciana. Desestimaba así el recurso del Partido Popular, que pretendía tumbar esa medida.

El alto tribunal argumentaba en su sentencia que la ciudad se incluye en la zona de predominio valencianoparlante y que la denominación ‘Castelló’ es acorde con su tradición histórica y lingüística. De hecho, en la sentencia se recuerda que la denominación valenciana tiene su origen hace 600 años y es anterior a la denominación en castellano, que hizo su aparición 150 años más tarde.

Según el informe elaborado en su momento por la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), el primer documento donde aparece el topónimo, en su forma latina (Castellione), es en la Carta Pobla de 1239. De 1244 a 1339 en los escritos de la Cancilleria Real aparece ya el nombre Castelló de Borriana, en el siglo XV aparece la denominación Vila de Castelló y es en el siglo XVI cuando ya se hace habitual la denominación Castelló de la Plana, que aparece castellanizada en un censo del año 1609.

Hablan los vecinos

En cualquier caso, la decisión tomada en 2019 de normalizar el topónimo de la ciudad ha generado divergencias de opinión entre los castellonenses. Dos años después, con la denominación ya firme, elperiodic.com pregunta a varios vecinos su opinión al respecto.

En general, encontramos en las calles una sensación general de indiferencia, tanto entre los más jóvenes como entre los más mayores. Un grupo de jubilados, de hecho, nos muestra su oposición. “No sirve para nada, es una bobada”, exclama uno de ellos. “Es innecesario, en Castellón ha venido a vivir mucha gente de fuera y el nombre de la ciudad ya es también en castellano”, comenta otro.

Entre la gente joven encontramos también cierta apatía al respecto. Un grupo de adolescentes sentadas en la puerta del instituto Ribalta nos explica que en el día a día el cambio de nombre oficial no les ha afectado, al tiempo que aseguran que ellas no han modificado su forma de referirse a la ciudad, proscribiendo así la denominación exclusiva al ámbito institucional y oficial.

Otro joven recuerda, eso sí, un argumento que siempre se ha utilizado, apuntando a que ‘Castellón’ es una traducción incorrecta del valenciano ‘Castelló’, ya que mientras que una hace referencia a un castillo grande, la otra se refiere a un castillo pequeño.

Alguno incluso lo avala apuntando a que es una forma de simplificar la cartelería en ambos idiomas, haciendo más sencillos, por ejemplo, los rótulos de carretera y “si hay que elegir una forma, mejor que sea la original en valenciano”.

Eso sí, pese a la feroz batalla política en el foro público municipal, un manto de indiferencia reina en las calles, tanto para quienes se inclinan hacia la normalización como quienes la rechazan al defender el topónimo blilingüe.

Proteger la cultura valenciana

El regidor de Plurilingüisme i Foment del Valencià, Francesc Mezquita, a raíz de la sentencia que desestima el recurso presentado por el PP, ha explicado que "la derecha solo busca crear conflicto hacer ruido para dividir”, al tiempo que ha utilizado que “utilizar la lengua para generar conflicto político es muy recurrente en la derecha valenciana”.

“Nuestro topónimo es símbolo de orgullo e historia y hemos de proteger la lengua y los derechos lingüísticos y en esta cuestión tenemos una tarea fundamental las instituciones”, añade Mezquita, que destaca que “los tribunales nos vuelven a dar la razón frente al humo de aquellos que quieren ignorar la genealogía de Castelló”.

Y es que la Academia Valenciana de la Llengua ya recordó en su informe que la adaptación de los topónimos oficiales hacia sus formas históricas tradicionales es una manera de atender a la riqueza de las diferentes modalidades lingüísticas de España, que se deben respetar y proteger, tal y como figura en la Constitución Española.

El PP lo considera “imposiciones políticas”

Desde el PP, su portavoz, Begoña Carrasco, ha asegurado que “somos Castellón y Castelló” y ha calificado a la normalización de “imposiciones políticas”.

“Un decreto de alcaldía nunca puede ir en contra de una parte de los ciudadanos, porque Castellón es la suma de todos”, ha expresado, al tiempo que ha adelantado que, si su partido recupera el poder en 2023 recuperará la doble denominación.

“Lo único que ha hecho ha sido generar un caos monumental en la tramitación de solicitudes, por la confusión entre la capital de la Plana y el municipio de la provincia de Valencia con el mismo nombre, anteriormente conocido como Villanueva de Castellón y Castelló de la Ribera”, ha añadido.

 

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