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Candidiasis vaginal, una de las infecciones más habituales del verano

Candidiasis vaginal, una de las infecciones más habituales del verano
  • Esta infección fúngica puede ser originada por cambios en la flora vaginal, cambios de pH, alteraciones hormonales y por la humedad y el calor

  • Es fundamental acudir al médico en el momento que se empiecen a notar molestias para un diagnóstico certero y que se determine el tratamiento a seguir inmediatamente

En verano, las altas temperaturas sumadas a la humedad y al sudor, son los aliados perfectos para crear el hábitat ideal para las infecciones vaginales. El equilibrio normal entre los microorganismos de la vagina se rompe y aparecen las molestias típicas de la candidiasis vaginal.

Se trata de una infección de la vagina, producida por el hongo Candida albicans que produce picor y ardor vaginal, flujo anormal de color blanquecino que puede ser acuoso o más espeso, así como enrojecimiento en la zona vulvar, dolor al orinar y/o durante el acto sexual.

Tal como explica la doctora Sandra Ortega, ginecóloga de Vithas Castellón, “esta infección fúngica puede ser originada por cambios en la flora vaginal, cambios de pH, alteraciones hormonales y, por supuesto, por la humedad y el calor que caracterizan al verano. Factores que forman el tándem perfecto para la alteración del equilibrio de la flora íntima, compuesta por un conjunto de microorganismos, denominados lactobacilos, que contribuyen a mantener el equilibrio de la zona íntima y que combate los posibles microrganismos o bacterias que puedan causar infecciones”.

“Recalcar, -añade la profesional-, la diferencia con la vaginosis bacteriana, otro tipo de infección vaginal que a menudo se confunde con la candidiasis. Ambas infecciones son muy distintas y su tratamiento también, por ello es importante acudir al médico para saber qué tipo de infección se padece. Es importante saber identificar bien los primeros síntomas para iniciar el tratamiento lo antes posible viendo las características del flujo para reducir las molestias y antes de saber el resultado del cultivo”.

Los síntomas más comunes de este tipo de infecciones son picor, escozor, malestar, irritación o alteraciones en el flujo vaginal. Por esta razón, es muy importante la prevención. Según la especialista, “se debe mantener una higiene íntima adecuada utilizando jabones específicos, con un pH compatible con el pH vulvovaginal que respeten el equilibrio de la zona y que no contengan agentes irritantes, así como evitar estar con la ropa de baño mojada durante mucho tiempo”, y agrega “la elección de prendas de algodón para la ropa interior o de tejidos transpirables, ayudarán a evitar la humedad y permitirán la transpiración de la zona íntima y no hay que olvidar que tras cada deposición, se debe limpiar la zona anal de delante hacia atrás (nunca en dirección contraria), para evitar introducir en la vulva bacterias del recto”. Y añade “es importante fortalecer el sistema inmunitario aumentando el consumo de probióticos”.

Tratamiento

Para la doctora Ortega, es fundamental acudir al médico en el momento que se empiecen a notar molestias para un diagnóstico certero y que se determine el tratamiento a seguir inmediatamente. “Para ello normalmente es necesario hacer un estudio microbiológico que requerirá una toma de muestra de las secreciones, que se someterán a un proceso de cultivo para poder determinar cuál es el germen que está produciendo la infección y poder tratarla convenientemente. Cada tipo de infección tiene un tratamiento distinto, por lo que en ningún caso es conveniente automedicarse, y mucho menos con antibióticos”.

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