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Cambio de hábitos en la nueva normalidad

Cambio de hábitos en la nueva normalidad
  • La nueva normalidad podría traer con ella nuevos hábitos de vida social y laboral

Tras tres meses de confinamiento nuestros hábitos sociales, laborales y de comportamiento podrían verse alterados. Los habituales saludos efusivos o los eventos multitudinarios podrían tener los días contados. O, en todo caso, podrían verse modificados durante un tiempo. En eleperiodic.com hacemos un repaso a hábitos que puede que se modifiquen en la nueva normalidad.

Método de pago

El dinero en efectivo podría tener los días contados. Las monedas y billetes pueden ser trasmisores de virus, por ello el uso de la tarjeta está empezando a comerle el terreno al pago en efectivo. Además, la aparición de sistemas como Bizum también conllevan a esa pérdida del hábito de llevar dinero suelto encima.

Adiós a los saludos efusivos

Esos abrazos eternos, esos saludos interminables, esos reencuentros fervorosos. Todo eso podría cambiar a partir de ahora. Puede que con el paso del tiempo estas costumbres sí se retomen, pero a corto plazo puede que esas muestras de afecto sean mucho más frías que antes.

El agua, de casa

De niños, todos hemos bebido de la fuente del parque mientras jugábamos incansablemente con los amigos. Ahora, a sabiendas de que los ojos y la boca son dos de los principales sitios por los que se puede contagiar el virus, su uso puede que esté descartado.

Libres de buffets

Los restaurantes de comida buffet puede que tengan complicada su supervivencia. Ofrecer un servicio en el que todo el mundo lo puede tocar todo no es lo más salubre. Por ello, es posible que los consumidores opten por un restaurante al uso que por los buffets.

Paso atrás para la tecnología

Los comercios poco a poco estaban modernizándose y adaptándose a los nuevos tiempos. Incluyendo experiencias virtuales o facilitando pantallas para consultar información. Ahora, con el miedo al contagio, todos esos avances podrían verse parados, al menos hasta que se recupere la antigua normalidad.

Los festivales, en entredicho

Si los jóvenes desean que llegue el verano es, en cierta medida, por las innumerables fiestas que se celebran, tanto locales como a nivel de festivales. Pues, sobre todo estos últimos, puede que tengan complicada su supervivencia si el riesgo de contagio sigue presente ya que las distancias y el aforo complicarán la rentabilidad del negocio.

El fin de las oficinas

Una gran parte de los trabajadores del país han experimentado estos meses lo que es trabajar desde casa. Para algunos, un lujo que no quieren perder. Poder hacer tu trabajo a la vez que concilias con la familia e, incluso, poder darte una vuelta por casa o bajar un segundo a la calle para despejarte. Son unos privilegios que muchos querrán mantener en la nueva normalidad.

El fin de las cabinas

Hace años que su uso quedó en el olvido. Pero todavía había gente que recurría a este servicio para hablar por teléfono. Ahora, con el riesgo de contagio del virus, el uso de teléfonos individuales puede que acabe de asestarle un golpe mortal a las cabinas telefónicas.

Ir al médico desde casa

Durante el confinamiento ha habido médicos que han optado por hacer teleconsultas. Este modelo puede que, durante un tiempo, se quede con nosotros. Acabarían así esas largas esperas en el pasillo del centro de salud y se priorizarían las consultas más graves, que sí serían presenciales.

Menos atascos, menos estrés

El incremento del teletrabajo podría conllevar una disminución del tráfico de vehículos. Esto supondría la reducción del número de atascos y, por consiguiente, del nivel de estrés. Esa reducción de estrés ayudaría también a que las personas llevasen un estilo de vida muy diferente.

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