Reponen y mejoran los lavapiés de las playas calpinas

En Calp se trabaja a conciencia para brindar a residentes y turistas el mejor servicio en sus playas. En las últimas semanas se han revisado las instalaciones a lo largo del litoral, y este martes, a instancias de la Concejalía de Playas, la Agencia Valenciana de Turismo que es responsable del mantenimiento de los equipos y mecanismos de agua en las playas, ha destacado un equipo de operarios para acometer reparaciones en la zona.

Los trabajos han comenzado por la reposición del lavapiés que faltaba en la playa de la Fossa. El Departamento de Playas y Medio Ambiente, por su parte, estudia regenerar con hojarasca seca de posidonia oceánica la arena que las lluvias han retirado de entre las rocas del extremo norte de la playa de la Fossa. En las últimas semanas se intentó utilizar arena de la playa, pero no dio resultados aceptables, por lo que se ha decidido repetir la fórmula que ya se ha llevado a cabo con éxito en otras calas, para ganar playa al mar.

Lavapiés

Las bases de piedra de los aproximadamente cuarenta lavapiés que se reparten por el litoral calpino están ya empezando a ser renovadas. Asimismo se van a sustituir los grifos que estén deteriorados. Además en breve el sistema de bombeo de agua a los lavapiés estará funcionando a pleno rendimiento, si bien el arreglo provisional llevado a cabo por el Ayuntamiento ha permitido a los bañistas hasta ahora disponer de agua con normalidad.

Un informe del pasado 23 de junio del Departamento de Playas, y firmado por el edil del área, Antonio Romera, da cuenta de estas acciones a un grupo de usuarios de la playa de la Fossa que presentaron una instancia el día anterior. Éstos reclamaban la puesta en funcionamiento del lavapiés situado en el extremo norte de la playa así como el recubrimiento de las rocas del entorno.

Aunque las rocas del área forman parte del paisaje tradicional de la playa, y constituyen una seña de respeto a la naturaleza, los departamentos de Playa y Medio Ambiente intentarán propiciar la acumulación de mayor volumen de arena entre las rocas de un modo natural, a través de depósitos de algas que se reservan en el jardín botánico.