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El escultor benisero Quico Torres expone su obra en Calp

El escultor benisero Quico Torres expone su obra en Calp
    La Casa de Cultura "Jaume Pastor i Fluixà" de Calp ofrece hasta el 25 de julio, una colección de obras del pintor y escultor benisero, Quico Torres. La exposición de Calp muestra obras de distintas etapas creativas del autor, tanto en madera como en piedra.

    Este artista, formado en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia ha expuesto a título personal sus trabajos en innumerables pueblos de la geografía valenciana en los últimos veinte años, entre otros espacios, en varios enclaves de interés en Benidorm, en diferentes salas públicas y privadas de Valencia, en la práctica totalidad de los municipios de la Marina Alta, así como en el Claustro San José del Escorial, en Madrid. Además ha participado en numerosas exposiciones colectivas, y ha sido finalista y ganador de importantes certámenes artísticos de la provincia de Alicante.

    Torres es autor de emblemáticas obras públicas de esculturas al aire libre como “Nou Mil.leni” de 480 x 250 cm., en la avenida de Europa. En Benissa, “Veles al vent” de 550 x 130 cm.en la plaza polideportivo de Jávea, “Cel i Mar”de 750 x 150 cm., en el ayuntamiento de Benidorm, “Mar” de 780 x 160 cm.en el Centre d´art l´estació de Dénia, y “Ángel” de 800 x 160 cm en el Centre d´art Taller d´Ivars de Benissa.

    El profesor de Bellas Artes Alfonso Sánchez Luna, apunta sobre la obra de este escultor que sus trabajos evidencian dos etapas bien diferenciadas; la primera que recorre durante la década de los ochenta y los noventa del pasado siglo, está fuertemente ligada a la naturaleza y a las sugerencias que en él despierta la madera tallada, donde el dibujo del hueco tiene tanta importancia que es incluso más consustancial a la pieza que la masa esculpida. La segunda etapa, en la que se encuentra ahora, se inicia con el nuevo siglo (momento propicio para el cambio) y en ella ha buscado servirse de materiales constructivos para primar la pureza de formas y la verticalidad propia del urbanita. Pero las diferencias son sólo superficiales, digamos que hay muchos más elementos de continuidad que de ruptura, y fundamentalmente persiste ese espíritu del que antes hablaba, manifestándose en las relaciones semánticas que se intuyen en el juego entre lo transformado y lo intacto. En todas sus piezas la forma se configura como materia que entra y sale en el espacio, que dibuja la luz y que teje el viento.

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