La calidad de las aguas costeras de la Comunitat Valenciana mejora desde la implementación de la Directiva Marco del Agua
La calidad de las aguas costeras de la Comunitat Valenciana mejora progresivamente desde la implementación de la Directiva Marco del Agua (DMA), debido a las diferentes medidas y actuaciones realizadas por las administraciones para cumplir con las directrices de la normativa europea. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio desarrollado por personal de investigación de la Universitat Politècnica de València (UPV), pertenecientes al Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente, y publicado en la revista “Environmental Science and Pollution Research”
El objetivo de esta investigación era conocer la evolución del estado de las aguas costeras de la Comunitat Valenciana y comprobar si cumplen con los parámetros físico-químicos y biológicos estipulados en la normativa europea.
Para ello, el estudio ha analizado dichos indicadores a través de los datos de una red de muestreo, recogidos durante un periodo de 5 años, de todo el litoral de la Comunitat Valenciana.
“Durante 5 años y con una periodicidad mensual, se llevaron a cabo 64 campañas de muestreo y se recopilaron 6757 muestras de agua”, explica la investigadora María Pachés.
Con esta información se ha corroborado que la composición de la comunidad de fitoplancton es un buen indicador para determinar las presiones antropogénicas, ya que identifica los patrones estacionales y sus alteraciones como consecuencia de las actividades humanas.
“Esta investigación representa el primer intento de evaluar los 476 km de costa de la Comunitat Valenciana –divididas en 24 zonas- con el enfoque de la composición del fitoplancton. Las muestras de agua se tomaron para determinar la dinámica de la composición de fitoplancton y su relación con los factores de estrés antropogénicos, mediante una serie de gráficos y análisis estadísticos”, resalta la autora principal del estudio. Junto a Pachés, en el estudio han participado también Remedios Martínez, Daniel Aguado e Inmaculada Romero, todos ellos del IIAMA-UPV.
Norte de Castellón y Alicante, las mejores
Los resultados de la investigación determinan que la calidad de las aguas costeras en las zonas del norte de la provincia de Castellón y Alicante es muy buena, mientras que el estado en las demarcaciones cercanas a las zonas portuarias de Valencia y Alicante, la desembocadura del rio Júcar o el sur de la provincia Alicante es relativamente inferior.
“Estas últimas masas de agua tienen mayor presión antrópica por lo que se observan cambios en la composición del fitoplancton. Sin embargo, a nivel de nutrientes (nitrógeno y fósforo) todas cumplen los criterios establecidos por la DMA”, afirma Remedios Martínez.
De hecho, la mejora es consecuencia de toda una serie de actuaciones de gestión ambiental implementadas por las diferentes administraciones como la depuración y reutilización de las aguas, reducción de vertidos y mayores cumplimientos de los planes de cuenca.
“Desde que se promulgó la DMA se ha avanzado mucho en la conservación del medio ambiente. En nuestro caso, el siguiente paso es seguir monitorizando la calidad de las aguas e incrementar la red de muestreo, para analizar los efectos que pueda tener el cambio climático sobre las aguas costeras”, sostiene Inmaculada Romero.
La Directiva Marco del Agua
La Directiva Marco del Agua nace como respuesta a la necesidad de unificar las actuaciones en materia de gestión de agua en la Unión Europea. La DMA surge tras un largo periodo de gestación de más de cinco años, y que culminó con su entrada en vigor el 22 de diciembre de 2000.
La normativa fue fruto de un proceso extenso de discusión, debate y puesta en común de ideas entre un amplio abanico de expertos, usuarios del agua, medioambientalistas y políticos, que conjuntamente sentaron los principios fundamentales de la gestión de los recursos hídricos.
El reto de la DMA es proteger las aguas tanto en términos cualitativos como cuantitativos y garantizar así su sostenibilidad. Asimismo, busca establecer unos objetivos medioambientales homogéneos entre los Estados Miembros para las masas de agua y avanzar juntos en su consecución, compartiendo experiencias.
