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Varias rotondas de acceso a Burriana por la CV-18 presentan un pésimo estado

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    Gran parte de las glorietas que dan acceso a Burriana, y que interseccionan con la ronda de la CV-18 se encuentran en un pésimo estado, contrastando con lo que puede verse en poblaciones vecinas.

    Desde que las rotondas aparecieran de forma masiva en nuestro país a mediados de los noventa – en Europa se usaban desde hacia años – se han convertido en una tarjeta de visita; estos espacios ajardinados aspiran a ser la antesala de lo que está dispuesta a ofrecer una ciudad. Si lo que Burriana pretende es lanzar el mensaje de que es una población agrícola en decadencia, con la mitad de los huertos abandonados, la metáfora es perfecta, pues quitando las rotondas de las carreteras de Alqueries y Almassora, las demás presentan un estado ciertamente lamentable. Si a lo que aspira es a ser una ciudad de servicios con pretensiones turísticas la imagen es ciertamente inapropiada.

    Quizá, entre todas, la que más llama la atención es la rotonda de la carretera de Vila-real, por la que llegan un número importante de vehículos procedentes de la ciudad vecina y la N-340. Esta rotonda, desde que se inaugurara la variante de Burriana el 29 de enero de 2002, apenas se ha tocado. De vez en cuando, a cargo del Ayuntamiento, se desbroza para evitar que las malas hierbas cubran los árboles. Por dentro de esta glorieta todavía se puede ver el asfalto de la carretera de Vila-real, cuando iba en línea recta. En 2003 un armador cedió al Ayuntamiento una barca de pesca, que iba a ser desguazada, pues la administración local tenía la pretensión de decorar la rotonda con motivos marineros por aquello de “Burriana la teua mar”; pero ahí quedó la cosa. El mal estado de esta rotonda contrasta aún más, si cabe, porque en el otro extremo de la CV-185, a la entrada de Vila-real, junto al Hospital de la Plana, existe una de las glorietas más cuidadas de toda la provincia, antítesis, en todos los aspectos, de la que hay a la entrada de Burriana.

    Hay otra rotonda que su estado de abandono es aún mayor, pero que además constituye un riesgo real de incendio por la cantidad de matorral que allí se concentra. Nos referimos a la entrada de Burriana por la carretera de Nules, junto el acceso al polígono industrial de Carabona. Recientemente se han segado unos dos metros a partir del bordillo, para mejorar la visibilidad y como cortafuegos para impedir, si arde, que las llamas invadan la calzada.

    Todas las rotondas de la variante de Burriana forman parte de la CV-18 y por lo tanto su mantenimiento corresponde a la Generalitat Valenciana. No obstante, el Ayuntamiento, cuando ha tenido interés, y medios económicos, como sucedió con la escultura de Melchor Zapata que decora la entrada por Almassora, ha suplantado a la administración autonómica para mejorar el aspecto de los accesos a la localidad. En estos momentos, por falta de recursos, ni unos ni otros se hacen cargo de este asunto, que incluso afecta a la mediana de toda la variante, donde las malas hierbas llegan a cubrir los baladres que separan los carriles en ambos sentidos.

    En ocasiones se ha justificado la falta de actuación en estas rotondas en que hay que esperar a los proyectos de la línea del AVE, en el caso de la rotonda de la carretera de Nules, y el desdoblamiento de la CV-185 en el de la carretera de Vila-real. Mientras, la sensación de abandono va minando el amor propio de una ciudad que hacia gala, ya hace muchos años, de hacer bien las cosas.

    comentarios 15 comentarios
    Vicentico
    Vicentico
    14/07/2009 08:07
    ...

    Solo un pequeño comentrio al artículo de Guillem. La rotonde de la entrada por Nules a la altura de la entrada al parque Carabona, además de que está como está es un peligro grande. Yo no iba al lado de ningún Fitipaldi y sin embargo hice el vuelo del Fénix. Cuando te ocurre una cosa es cuando te enteras bien de lo que ahí ha pasado. Ya han habido otros "vuelos". La entrada a la rotonda empieza por estar mal diseñada y si por mala pata además de que han caído unas gotas, a la entrada a ella hay unas gotas de aceite (muy fácil que ocurra, pues muchos coches "se mean" y al parar, algo dejan) pues ya tenemos el accidente y si la rotonda tiene un hoyo como ésta tiene pues bastante suerte se tendrá si no te rompes la crisma. Pero claro, hasta que llegue el AVE, pues no hay arreglo. Y ¿cuando llegará el susodicho? Los que no lo arreglan, están esperando a ver si mientras tanto los que protestamos, nos vamos a "vivir" al norte, en los aledaños de la otra rotonda: la del árbol muerto...

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