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"Tris Tras, llonganissa menjaràs, Tris Tras en la espasa moriràs"

"Tris Tras, llonganissa menjaràs, Tris Tras en la espasa moriràs"
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    Centenares de niños de Burriana han celebrado en los colegios y en las guarderías la tradicional fiesta de Sant Nicolau, que particulares y familias celebrarán el lunes, día de la festividad. Ha sido el caso de la guardería Los Ángeles – La Lluna, que se ha desplazado hasta el núcleo rural de les Alqueries de Ferrer para asar las longanizas, mientras niños y niñas blandían la espada y entonaban el canto dedicado al santo.

    La tradición marca que el día de Sant Nicolau los niños y niñas deben ir provistos de una espada de madera o cartón, un lazo, que las niñas suelen llevar en el pelo y los niños de pajarita; hay que comer longaniza, y cantar la canción popular que mezcla frases en castellano y valenciano que dice: “Sant Nicolau, santo bendito, confesor de Jesucristo, viva el rey, muera el gallo, cuatrocientos a caballo. Tris Tras, llonganissa menjaràs, Tris Tras en la espasa moriràs”.

    La longaniza, sin duda, es parte fundamental en esta fiesta popular, y en las carnicerías tradicionales de Burriana llevan generaciones elaborando les llonganisses de Sant Nicolau. La única diferencia que tienen respecto a las normales son el tamaño. Son más gruesas, y ello obliga a utilizar tripa de cerdo y de ternera, en vez de la habitual, de cordero inglés. En cuanto a su longitud, las hay de todos los tamaños, a gusto del cliente.

    Las espadas actuales suelen ser en su mayoría de cartón, para evitar accidentes. Pero las auténticas son de madera y ocupaban durante una buena temporada a los carpinteros de la ciudad, elaborando suntuosas espadas, algunas de ellas cimitarras y puñales moros, muy apreciados por su rareza y exotismo. Muchos profesionales de la madera todavía siguen con la tradición. Es el caso de Ramón Aragón, en la calle Manuel Peris Fuentes, que ha elevado a la condición de arte la elaboración de estas espadas. Posee más de sesenta diseños distintos, todos ellos concebidos para amigos y familiares de su entorno, especialmente para el grupo de adultos que cada 6 de diciembre rememoran su niñez en el bar La Panderola. Para ese privilegiado cenáculo, Ramón va realizando, año a año, diseños personalizados, inspirados en la singularidad o sobrenombre del futuro propietario. Es el caso, por ejemplo, de Joan Ninot “el Xufa”, al que Ramón ha dedicado una espada cuyo filo se distingue por una cabeza de cerdo, por aquello de su orgullo burrianero. Para el “Bruixo” la empuñadura es de un hechicero; para el “Punxa” tiene forma de alfiler; y así, hasta completar un enorme surtido de tizonas, cargadas de mucha ironía.

    La presencia de las espadas de madera se entiende como uno de los juguetes preferidos por la infancia de antaño, que simulaba batallas épicas. La cantinela popular, en sus últimas estrofas, alude a batallas entre cristianos y moros, a los que obligar a comer longaniza de cerdo era poco menos que una tortura.

    Sin entrar en el fondo de sus orígenes, todos los colegios lo celebran comiendo la tradicional llonganissa, sin mayor problema, ya que ahora no sólo las hay de cerdo, sino también de pollo y otras carnes.

    De la canción popular de Sant Nicolau, tradicionalmente sólo se ha entendido lo de confesor de Jesucristo, y lo de torturar al enemigo, haciéndole comer longaniza, sin embargo, ¿qué quiere decir el resto? Del origen de la fiesta en Burriana nada se sabe, sólo que se celebra desde hace siglos, y que su llegada pudo tener algo que ver con la llegada de nuevos pobladores, pues hay celebraciones de San Nicolás, por ejemplo en Biel, al norte de Zaragoza, en la que cantan: “San Nicolás coronado / cuatro gallinas y un gallo / una mano, cinco dedos / en la otra, tres y dos. / Ángeles “semos“, / del cielo venimos, / cestas traemos, chullas pedimos. / Aquí estamos, en la puerta / aguardando la respuesta. / Si nos dan “u“ no nos dan, / las gallinas pagarán. / Las gallinas que encontremos / manda el rey que las matemos. / Viva el rey y muera el gallo / cuatrocientos a caballo. / Gallo de San Nicolás,/ has tenido buena dueña / y ahora vas a morir, / por los niños de la escuela. / ¡Viva San Nicolás!. ¡Viva!”. En varias poblaciones de Navarra también canturrean: “San Nicolás coronado / obispo fue muy honrado / alé, alé, aleluya / Todos por Santa María / viva el obispo, muera el gallo / cuatrocientos y un caballos / Aquí venimos cuatro / cantaremos dos / una limosnita / por amor de Dios / Si nos dan o no nos dan / las gallinicas cantarán tris, tras.

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