En Sant Gregori hay censadas 185 edificaciones de las que alrededor del 27 % están ocupadas, pese a que están en marcha las labores de desbroce

Un total de 185 construcciones, entre alquerías y chalets, son las que hay censadas en todo el ámbito del PAI Sant Gregori – exceptuando la ermita –, de las que alrededor de cincuenta están habitadas, y unas veinticinco ilegalmente, en su mayoría por extranjeros de origen rumano y búlgaro. Estas personas que allí habitan mantienen una preocupación constante acerca de cuanto tiempo van a poder residir allí, puesto que en cuanto ven acercarse a alguien lo primero que preguntan es cuándo van a derribar las casas. En Sant Gregori, desde hace más de un lustro, y debido al abandono de campos y casas rurales, existe un gran número de precarias alquerías, cuyos moradores saben que más pronto o más tarde tendrán que marcharse.

De momento, no se ha desmantelado ninguna construcción, incluidos los quemadores de los huertos, porque las labores que se están realizando en la zona urbanizable son, única y exclusivamente, de desbroce, en el ámbito que corresponde a viales, aunque el agente urbanizador ya ha solicitado presupuestos para acometer los derribos y el ulterior tratamiento de algunos materiales como la uralita. En este sentido, solo se producirán desalojos en la medida en que la obra así lo requiera, dejando de momento las cosas como están, por evidentes razones humanitarias. Por lo que se ha podido deducir en el censo realizado, la mayoría de estas familias viven de recoger caracoles y materiales para su posterior reciclado.

Las labores de desbroce de Sant Gregori llevan dos semanas paradas a causa de la lluvia que impide que las máquinas entren en los huertos sazonados por el agua. Los terrenos que se están desbrozando, que representan el 48 % del PAI, de 2.555.486 m², son los que se corresponden con la red viaria –421.061 m²–, la reserva de tortugas situada junto al Clot –70.000 m²– y el campo de golf –732.838 m²–.

Tal y como ya adelantamos el agente urbanizador está metido ahora de lleno en la construcción del núcleo fundacional del galápago europeo porque se impuso como condición necesaria para que el proyecto de reparcelación, ya aprobado, cobrara plena eficacia, de acuerdo con la declaración de impacto ambiental decretada por la Consellería de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda. El proyecto prevé un hábitat específico para el desarrollo y proliferación de tortugas autóctonas, de 70.000 metros cuadrados, y un coste de 500.000 euros, dentro del parque de ribera de 345.000 metros, contemplado en el proyecto de Sant Gregori, entre el Clot de la Mare de Deu y el campo de golf.