Un pesquero del puerto de Burriana atrapa el motor del barco "Pastora" naufragado en 1978
El patrón de “Pastora”, ya jubilado, Luis Anda Ferrer, trabajador de la mar desde 1934, cuando empezó con 9 años, se ha acercado hoy al Puerto para ver lo que quedaba de su embarcación. “No quería acercarme porque todavía sueño con aquel día”, cabeceaba. Eran las 9:15 de la mañana del 9 de febrero de 1978. Un día lluvioso y muy frío. Luis estaba faenando con José “el Curro”, un marinero de Peñiscola, y sus hijos Luis Anda Ribelles, de 17 años, y Ramón de 14. Vieron como se acercaba un barco de fanal tres veces mayor que el suyo (de unas 60 toneladas, frente a las 18,5 del “Pastora”, construido en 1942), “pero no le dimos importancia porque pasábamos unos al lado de los otros y nos saludábamos”, comentó Anda. Pero en esta ocasión no pasó de largo, sino que les envistió. Se trataba del “Gran Ángel de la Guarda” de Castellón, cuyos tripulantes no se dieron cuenta de lo sucedido hasta pasadas unas millas, puesto que iban durmiendo, con el piloto automático, de regreso a casa. El “Pastora” recibió un tremendo impacto que le arrancó toda la popa. “Yo estaba durmiendo en la litera, contaba Luis Anda Ribelles, y salí despedido, y al levantarme del suelo vi luz desde el interior del barco por el boquete que nos habían hecho. Rápidamente lanzaron al agua la balsa salvavidas ysubieron “Curro”, y los dos hijos del patrón"; sin embargo, éste, que reconocía sentirse aturdido, entre que no quería abandonar el barco, y la indecisión, se quedó sobre cubierta, mientras la balsa quedaba a la deriva. Gracias a la rápida intervención de otra barca de fanal de Castellón “Paloma Divina”, que envió el bote de luz que llevan este tipo de embarcaciones para la modalidad de cerco, Luis Anda Ferrer salvó la vida, puesto que su barco tardó siete minutos en ser engullido por la mar, a 8 millas del puerto de Burriana, y diez del de Sagunto, en aguas de 51 metros de profundidad. El “Paloma Divina” rescató también a los tres marineros subidos a la balsa. Luis Anda Ferrer volvió a comprarse otra barca, “Villalobos”, y tanto él como sus hijos se han enganchado varias veces con “Pastora”. Su hijo mayor, Luis, trabaja ahora en la piscifactoría, y sus dos hijos menores, Ramón y David, forman parte de la tripulación del “Orero”. Precisamente, David, el más pequeño, - único hermano que no iba en el “Pastora” -, se acercó este fin de semana para llevarse la tapa del registro del motor como recuerdo de aquel barco en el que estuvo a punto de perecer gran parte de su familia. “Es algo que siempre hemos recordado, manifestaba Luis. Mi hermano Ramón estuvo dos años que se levantaba de la cama con sobresaltos”.