Vuelven los incidentes en las alquerías rurales de Burriana tras siete meses en los que parecía que todo volvía a la normalidad

Tras siete meses de tranquilidad vuelven los incidentes en las alquerías del término municipal de Burriana. Hace casi un año hubo una oleada de robos en caseríos rurales, principalmente de animales de granja. Pero desde el pasado mes de marzo, en el que se registraron varias detenciones, como resultado de la puesta en marcha de un dispositivo policial, no habían vuelto a repetirse estos acontecimientos que incitaron a varios afectados a promover una amplia recogida de firmas para exigir mayor seguridad.

En la pasada madrugada ha vuelto a producirse un suceso en la alquería de Pepe Ramos, situada detrás de la gasolinera de la carretera de Almassora. El propietario, cuando se dirigía a primera hora de la mañana a dar de comer a los animales, ha comprobado que 13 de ellos estaban muertos y otros 29 habían desaparecido, contabilizando 42 pérdidas entre patos, ocas, gallinas y pollos. Todas las muertes de los animales que permanecían aún en la alquería, han sido consecuencia de mordeduras de perros. Los 29 animales desaparecidos se supone que han sido arrastrados por los canes hacia el interior de los campos colindantes, para poder seguir disfrutando de las capturas.

Esta es la versión más probable que baraja la Guardia Civil, que se ha personado en el lugar de los hechos, aunque el propietario afectado sugería varias incógnitas. Primero, no existe un boquete en la alambrada por el que hayan podido pasar con facilidad los canes, que por el tamañazo de las mordeduras debían ser de raza poderosa. Cabe la posibilidad de que se hayan deslizado por debajo de la alambrada, pero han tenido muy difícil sacar por ese mismo lugar a 29 animales, algunos de ellos ocas que pesaban cerca de diez kilos. Tampoco han aparecido animales muertos en los huertos de los alrededores de la alquería, y sí en cambio pisadas de zapatillas.

Para Pepe Ramos, propietario de los animales, los canes han estado acompañados de humanos. Es más, añadía, “creo que han sido ellos los que han metido a los perros dentro para que hicieran la faena y más tarde se han llevado lo que han podido para aprovechar la carne”.

Esta alquería ya ha sufrido infinidad de robos y desaparición de animales. La más sonada fue el pasado 11 de enero cuando allí mismo sacrificaron a varios, incluida una oveja, cuyo pellejo y vísceras, para llevarse al animal en canal, fueron seccionados con la habilidad de un matarife. La piel y la cabeza del carnero, limpia de carne, la dejaron los ladrones perfectamente colocada sobre una valla. Además, descuartizaron treinta y dos gallinas y pollos, de los que también sustrajeron la carne.

El 16 de febrero de este año se celebró una Junta de Seguridad, presidida por el subdelegado del Gobierno en Castellón, Antonio Lorenzo -acompañado por el alcalde de Burriana, José Ramón Calpe-; y en la que también participaron la concejal de Policía, Esther Pallardó; el teniente coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón, Ángel Cabello; el intendente principal de la Policía Local, Francisco Catalán; y el capitán de la Guardia Civil del puesto de Burriana, José Sánchez, para analizar el incremento de robos en alquerías del término municipal. Como consecuencia de aquella reunión se montó un dispositivo policial que dio como resultado siete meses de tranquilidad, hasta el suceso de hoy, cuyas circunstancias están aún por aclararse.