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Llega a Burriana el espectáculo que viaja a los juegos de la infancia a través de la danza

Llega a Burriana el espectáculo que viaja a los juegos de la infancia a través de la danza
  • ‘Tela, Catola…¡Danza Española!’ es el espectáculo coreográfico de vanguardia que aúna dos estilos totalmente diferentes

  • Una obra para todas las edades y que no solo entretiene ya que hace reflexionar al público sobre uno de los problemas sociales actuales

  • Tras bailar por toda España, el equipo de G9Danza estará este sábado 15 de octubre a las 19:30 en el Teatro Payà de Burriana en una única función

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Son ocho bailarinas. Ocho mujeres, compañeras de trabajo, amigas, amantes del mismo arte y también una pequeña gran familia. Así se definen las componentes de G9Danza, la compañía que llega este sábado a Burriana con su espectáculo ‘Tela, Catola…¡Danza Española!’. Es un espectáculo fresco, dinámico y, sobre todo, diferente ya que conjuga los juegos de la infancia como la comba o la rayuela con la danza española.

Elperiodic.com ha hablado con Ana Llopis, una de las bailarinas del equipo, para que nos cuente en qué consiste el espectáculo y qué cóctel se obtiene de una mezcla tan diferente de estilos. Ana Llopis es natural de Burriana aunque lleva consigo una mochila cargada de experiencias ya que ha bailado en medio mundo y vive ahora en Madrid aunque su sueño es poder volver algún día a la tierra que la vio nacer.

¿Qué es ‘Tela, Catola…¡Danza Española!’?

Es el segundo espectáculo de la compañía y se centra en recuperar los juegos populares a los que tantas y tantas generaciones hemos jugado. Y esto lo hacemos a través de las modalidades de la danza española como son el baile flamenco, la escuela bolera o la danza estilizada.

¿Y cómo se conjugan ambas modalidades tan diferentes?

Todo esto es obra de la imaginación y el talento del coreógrafo del espectáculo, Alejandro Molinero, ex bailarín del ballet nacional de España. Él ha tramado un argumento en el que un grupo de chicas va jugando a unos juegos populares. Pero claro una cosa es jugar y otra es bailar: Todo el mundo sabe saltar a la comba, jugar a la rayuela, al escondite inglés… Y manteniendo la norma del juego de la calle esto se representa a través de los distintos movimientos de la danza española.

¿Cómo recibe el público este nuevo estímulo?

Sí que es cierto que el público en un primer momento piensa que va a ver un juego pero luego se va gratamente sorprendido porque se da cuenta de que hemos conseguido darle una vuelta a estos juegos. Gusta muchísimo y a todas las edades porque son juegos populares que a los que tanto abuelos, padres, hijos y nieto han jugado.

Uno de vuestros lemas es que el noveno componente sea el público, ¿Qué quiere decir esto?

En esta obra el público es muy importante porque durante todo el espectáculo se van desarrollando diferentes juegos populares. Pero no es hasta el final cuando el espectador descubre lo importante y es el juego que durante todo el espectáculo se ha llevado con el público.

Un final sorprendente y que también hace que la gente se vaya a casa con un mensaje claro, ¿no?

Así es, el espectáculo tiene un mensaje social muy importante. Actualmente nos encontramos con situaciones de bullying diarias y que están, desgraciadamente, a la orden del día. A través de la obra queremos transmitir, sobre todo a las generaciones más infantiles, la importancia de la integración de todos los componentes de un grupo. Esto lo reforzamos a través del rol totalmente diferente que tiene cada una de las bailarinas en escena. Porque cada uno dentro de la sociedad tiene su papel y lo puede desarrollar independientemente de las trabas que se le vayan poniendo.

Hablamos ahora sobre ti, Ana, porque eres bailarina pero también periodista. Cuéntanos un poco tu trayectoria.

Yo empecé bailando cuando tenía cuatro añitos, primero en el Centro municipal Martí de Viciana y luego en la Escuela de danza de Luisa Piquer. Yo compaginaba el baile con las clases hasta que a los 16 años decidí que quería dedicarme al baile. Pero por desgracia en la provincia de Castellón no contamos con un conservatorio de danza, esta es una de las reivindicaciones de todos los bailarines que hemos tenido que “emigrar” para formarnos. Seguí compaginando la danza y estudié la carrera de periodismo.

¿Y por qué periodismo?

Me apasiona la comunicación y de hecho para mí la danza es una de las armas más potentes de comunicación que existe. Una vez acabé de estudiar el grado profesional decidí hacer las maletas y venirme a Madrid. Aquí seguí estudiando, bailando, dando clases de danza y colaborando con medios locales de Castellón.

Hasta que decidiste dedicarte en exclusiva a tu pasión…

Sí y llegó un momento en el que las compañeras decidimos presentar una coreografía para un certamen de danza y resultó ser la ganadora. Apoyadas por algunas profesoras decidimos continuar presentándola a otros concursos y siempre ganábamos. Así que con el montante económico fundamos la compañía y creamos el primer espectáculo.

¿Es complicado montar un proyecto de tales características?

Totalmente. Es necesario que la gente vea el esfuerzo que realizamos los artistas que nos movemos de forma privada porque la cultura en España es uno de los ámbitos más olvidados. La danza es la hermanita pobre de la cultura y la danza española ya ni te cuento. Requiere una inversión económica muy fuerte para empezar como por ejemplo tener una sede en la que ensayar. Pero en cualquier caso es un esfuerzo físico, anímico y motivacional para poder mostrar nuestro trabajo. Por eso digo que el bailarín se hace pero también se nace.

¿Cuándo nace G9Danza?

En febrero de 2013 y en verano ya presentamos el primer espectáculo que también pasó por Burriana. En la compañía somos un equipo de ocho bailarinas muy enérgicas. Todas somos diferentes pero nos complementamos, somos compañeras, amigas y también familia. En tres años hemos conseguido llevar el espectáculo dentro y fuera de España ya que pasamos también por Venecia.

De bailar en tablaos de otros países tienes precisamente bastante experiencia…

Sí, personalmente he bailado en Mongolia, en Francia, en Omán y en Shangai, de donde acabo de volver.

¿Y cómo recibe el público extranjero un baile tan español como es el flamenco?

La gente extranjera admira y respeta la danza española y lo hace al 200%. Aquí en España no somos conscientes del valor que tiene la danza española y no se respeta ni se difunde todo lo que se debería. De hecho, los cachés fuera de España multiplican el sueldo de un bailarín aquí.

Ana y con lo liada que vas siempre tendrás poco tiempo libre… ¿En tus horas de relax eres de las que se arranca un baile o prefieres desconectar y sentarte a leer un libro tranquilamente?

(Se ríe) Pues partimos de la base de que tengo muy poco tiempo libre porque por las mañanas ensayamos, por las tardes doy clase y el fin de semana tenemos las actuaciones. Pero en el poco tiempo libre que tengo no puedo estar sentada porque siento que estoy perdiendo el tiempo. Tengo amigos que se cuentan con los dedos de la mano y los cuido muchísimo, además también lo intento exprimir al máximo con mi pareja.

¿Cuál es el futuro profesional de Ana Llopis a corto y a largo plazo?

A corto plazo girar al máximo con este espectáculo y continuar desarrollando mi actividad pedagógica en la escuela donde actualmente doy clases. Y a largo plazo mi sueño sería poder regresar a la tierra que me vio nacer, donde está mi familia, mi gente y poder seguir aportando mi granito de arena para poder desarrollar la danza española a su máximo exponente.

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