Una asociación de afectados de Sant Gregori está a punto de nacer

Desde el germen de un minúsculo grupo de personas reunidas ayer jueves en lo que fue el Círculo Frutero, la Asociación de Propietarios Afectados por S. Gregori está en el camino de iniciar su andadura.

Atrás quedan los años de la fiebre del oro desatada por la locura colectiva nacida al calor de la burbuja inmobiliaria. Atrás quedan quienes creyeron de buena fe en el desarrollo turístico de una ciudad anclada en el monocultivo agrícola. Atrás quedan quienes invirtieron o jugaron a la ruleta y ganaron o perdieron. Atrás quedan los pequeños propietarios que decidieron quedarse en lo que fue suyo. Nada importa de todo aquello. Tampoco importa cómo actuaron quienes desde el Ayuntamiento se prestaron a un juego que no era el suyo ni importan las pegas, reales o no, que se opusieron al PAI desde los poderes políticos ni las dilaciones, interesadas o no, que se fueron sucediendo.

Atrás deben quedar también si son adecuadas o no las últimas decisiones tomadas por Ayuntamiento. Se está donde se está y el hecho real es que nadie sabe realmente donde se está, cuál es el camino a recorrer y cuáles van a ser las consecuencias de las futuras decisiones que pudieran tomarse por los particulares (mediantes demandas) o por parte del Ayuntamiento con inacción o tomando decisiones.

A partir de ahí, los propietarios, agrupados, deberán intentar analizar de la mano de quienes saben de leyes y de urbanismo, y hablando con el Ayuntamiento, cuáles van a ser las consecuencias de cada decisión que se tome. Si es que alguien va a tomar alguna decisión.

Lo primero que habría que saber -y con toda claridad- es qué puede suceder si S. Gregori sigue en el limbo. Lo segundo si es posible revertir la parcelación y su coste. Lo tercero es ver las opciones de seguir adelante con el mismo proyecto o con otro más reducido de la mano de algún posible inversor que, en el supuesto nada fácil de que se presente, va a exigir luz de cómo están realmente las cosas. Una luz que brilla por su ausencia en el Ayuntamiento y en quienes siguen anclados a ese suelo.

Hace unos meses, en la asamblea celebrada en la Mercé patrocinada por el Ayuntamiento, se habló de transparencia, se promovió una encuesta y se pidió un análisis racional y esquemático del proyecto.

- ¿Qué conclusiones se han extraído de la encuesta?

- ¿Quién las conoce?

- ¿Dónde está el esquema de los posibles pasos a dar y sus consecuencias que la alcaldesa se comprometió a enviar a todos los propietarios?

- ¿Son contrapuestos, ahora mismo, los intereses de los afectados y los del Ayuntamiento?

- ¿Está la Corporación preocupada por las demandas que le pudieran caer?

- ¿Es realmente viable el proyecto?

- ¿Qué consecuencias tiene para el urbanizador destituido, para el Ayuntamiento y para los afectados la anulación del PAI?

- ¿Es tan complicado darlo por cerrado y reiniciarlo con la nueva legalidad?

- ¿Puede continuar el PAI tal como está ahora mismo?

- ¿Cómo está realmente ahora mismo?

- ¿Qué consecuencias concretas conlleva cada decisión que se tome? ¿Para quién?

- ¿Puede reconvertirse en un proyecto más reducido? ¿Qué pasa entonces?

-¿Cómo afectaría a quienes no participen?

- ¿Solo es cuestión de perder otros 5-10 años?

- ¿Cuántos socios están dispuestos a pagar sus cuotas?

- ¿Cuántos particulares y sociedades están en concurso de acreedores?

- ¿Cuántos bancos enganchados con suelo estarían en disposición de pagar sus cuotas urbanísticas?

Demasiadas son las preguntas que se suscitan en un tema demasiado complejo. Trabajo tiene la Asociación, promovida por Enrique Daudí y un grupo de propietarios que está a punto de nacer, pero bueno es que nazca y que intente ver la luz.