Queman por tercera vez el coche del juez de paz Juan Gumbau

Suma y sigue. Al juez de paz de Burriana, Juan Gumbau, le han vuelto a quemar por tercera vez el coche en poco más de un año. Han pasado dos meses desde que le incendiaran el segundo en el cementerio, y trece meses desde el primer suceso de l’Escorredor. En esta ocasión el coche, un Renault Megane de color beige, se lo han quemado sobre las 10:30 de la mañana en la calle Juan Bautista Soler Martí, justo en la esquina con la calle Industria, enfrente del parking municipal del antiguo almacén de Calaix.

La noticia, una vez más, ha generado enorme desasosiego. Hasta el lugar de los hechos se ha trasladado el alcalde, José Ramón Calpe, y el Intendente Principal, Francisco Javier Catalán, para interesarse por lo sucedido y expresarle su solidaridad al juez de paz. También le han ofrecido la posibilidad de aparcar en un lugar cerrado de propiedad municipal. Ahora ya no cabe ninguna duda de que una persona con trastornos obsesivos está intentando causarle daño.

Cuando incendiaron el primer vehículo, un Renault Scenic azul, el 7 de junio de 2008, fue sobre la 1:30 de la madrugada, y se interpretó que podía ser un acto vandálico, ya que durante esos días habían sido arrancados varios retrovisores en la calle San Juan de la Cruz, y en la plaza de las Dominicas la estatua de Juan Varea había sido objeto de una gamberrada. Como consecuencia de aquel fuego quedó afectado otro coche, un cartel luminoso de un establecimiento y la fachada del edificio situado frente al lugar en el que estaba estacionado el automóvil.

En el caso de hace dos meses la ignición se produjo, como en el caso de hoy, a plena luz del día, y quien la realizó sabía perfectamente que Juan Gumbau visita a diario a primera hora de la mañana la tumba de su mujer, por lo que conocía sus hábitos y horarios. Durante los últimos meses también se habían producido otros hechos, que aún le habían dolido más al juez, como manchar con salfumán la lápida de su esposa, o robar sistemáticamente las flores que deposita en el cementerio.

El pasado 7 de mayo el juez de paz aparcó el segundo coche, un Peugeot 307 gris, frente a la puerta del cementerio, sobre las 9:12 minutos, y entró hasta lo que se conoce como el nuevo cementerio, en el que está la tumba de Jaime Chicharro. Tras permanecer allí por espacio de quince minutos, y cuando regresaba, tras pasar la ermita y enfilar la entrada principal donde se encuentran los panteones, ya pudo ver el humo y las llamas que salían de su coche.

Hoy apenas hacia una hora que había aparcado el vehículo en el lugar del suceso para ir al juzgado, en el camí d’Onda. De hecho, según nos relataba el propio juez, lo ha hecho sobre las 9:45. Tenía la intención de aparcar en el almacén de Calaix, pero como ya tiene la mosca detrás de la oreja desde hace meses ha decidido hacerlo en plena calle, porque siempre está más transitada y a la vista del vecindario.

Una explosión, probablemente del neumático, ha alertado a los vecinos, que inmediatamente han llamado a la Guardia Civil. Los agentes han conseguido sofocar el incendio, impidiendo que se propagara a la parte trasera, aunque al estar afectado todo el motor volverá a encontrar su destino en el desguace. Respecto al modo en el que lo han quemado es idéntico a las dos veces anteriores: colocan material candente junto a una de las ruedas delanteras, y poco a poco el fuego se propaga al neumático y al resto del vehículo. En los dos primeros incendios la difusión de las llamas fue mayor, ya que también alcanzó el depósito de gasoil. Como ocurriera la primera vez, la fachada de la vivienda frente a la cual se encontraba hoy el Renault Megane ha quedado dañada y tiznada por el fuego.

La Guardia Civil sigue indagando y no descarta ninguna vía de investigación: desde el ámbito personal del juez a posibles asuntos vinculados con su actividad judicial.

Juan Gumbau Palmer es juez de paz de Burriana desde septiembre de 2005. Es el tercer juez de paz de la ciudad, desde que Burriana pasara a finales de los ochenta de tener un juzgado de distrito a un juzgado de paz. Tras el suceso se encontraba completamente abatido y no descartaba, tras un periodo de reflexión, dejar el cargo de juez de paz.