El Plan Acústico recomienda medidas correctoras para alcanzar los niveles sonoros que marca la legislación

El Ayuntamiento de Burriana someterá a información pública por el plazo de un mes el Plan Acústico Municipal redactado por el laboratorio de Ingeniería Acústica del Departamento de Física Aplicada de la Universidad Politécnica de Valencia, bajo la dirección del catedrático Esteban Gaja. Según este estudio, los niveles sonoros se incumplen en casi toda la red viaria de mayor tráfico, así como en las inmediaciones de colegios y centro sanitario. Es por ello, que recomienda una serie de medidas correctoras, algunas de ellas ya en aplicación, como los controles sobre los vehículos más ruidosos, especialmente los ciclomotores, y reasfaltar calles para sustituir el adoquinado.

El principal causante del ruido en Burriana, entendido desde un punto de vista técnico “como cualquier sonido que moleste o incomode a los seres humanos, o que produce o tiene el efecto de producir un resultado psicológico y fisiológico adverso”, es el tráfico.

Se da la circunstancia de que en la avenida del Mediterráneo, lugar de especial control por la presencia cercana de los Chiringuitos, la medición nocturna más elevada tomada el verano pasado, después de que se instalará un apantallamiento acústico, fue de 72 decibelios. Sin embargo, hay una medición realizada en esta misma avenida en horario diurno que se eleva a 79.3, teniendo su origen en el tráfico rodado.

Los niveles sonoros establecidos en la Ley 7/2002 en el exterior establecen que junto a un centro sanitario o docente no se podrá sobrepasar los 45 decibelios, y de noche los 35. En este sentido, en el exterior del centro de salud la muestra de nivel sonoro continuo equivalente, calculado en la presión de decibelios en ponderación al tiempo, establece 62.4. Respecto a los colegios, los expuestos a un nivel sonoro mayor son el Illes Columbretes con 67.5; Consolación 65.4; Villalonga 65.4; Iturbi, 64.1; y Villafátima 64. El que menos es el Roca i Alcaide con 55.9.

Respecto a los viales residenciales con mayor nivel sonoro están la calle Encarnación con 70.8 de día y 61.9 de noche; la Avenida Jaime Chicharro con 70.8 y 64.4; la avenida Jaume I con 70.4 y 58.2; la Ronda Pere IV con 67.9 y 58.7; la calle Mayor con 67.3 y 54.7; el Escorredor con 66.8 y 62.1; la plaza de la Mercè con 62.8 y 58.7; y la plaza de la Estacioneta con 59.6 y 55.4.

En cuanto a la zona marítima, donde suele haber muchas quejas en verano, en general, los niveles sonoros son inferiores a los del casco urbano, a diferencia de que la gran mayoría habita con las ventanas abiertas. Los niveles sonoros que marca la Ley para las zonas residenciales es de 55 decibelios de día y 45 por la noche.

El plan advierte en sus conclusiones que los mapas de conflictos correspondientes al casco urbano más la zona del puerto “nos muestran una superación de los objetivos de calidad determinados en nuestra legislación”.

Como medidas correctoras, en las que ya trabaja el departamento de Medio Ambiente que dirige Juan Granell, recomiendan que “deberían efectuarse más controles sobre los vehículos ruidosos, especialmente los ciclomotores, acción que ya se está efectuando con buenos resultados – recoge el informe –. Por otra, y por aplicación del plan de movilidad, debería plantearse la posibilidad de restringir el tráfico a ciertas horas, especialmente por la noche, excepto residentes de la zona, en las calles de más nivel sonoro. Incluso la peatonalización de más zonas del casco antiguo. También debería plantearse la sustitución del adoquinado de algunas calles céntricas por asfaltos absorbentes”.

El Plan, asimismo, recomienda que se efectúe una campaña de sensibilización contra el ruido; otra de información pública en la web oficial del Ayuntamiento publicando los niveles sonoros medidos en los 111 puntos de control establecidos en este estudio; que el Ayuntamiento dé ejemplo y evite la adquisición de aparatos de aire acondicionado o vehículos oficiales que no justifiquen niveles adecuados de emisión sonora; que se exija en el momento de la concesión de licencias la verificación del aislamiento efectivo de los edificios mediante la aportación de certificados técnicos con ensayos in situ; y hacer un constante plan de seguimiento en las zonas de conflicto.

Cabe recordar, que el alcalde de Burriana, José Ramón Calpe, firmó el 19 de julio de 2007 un contrato de asesoramiento con el rector de la Universitat Politècnia de València, Juan Juliá, por el que esta institución se comprometía a elaborar el Plan Acústico Municipal.

El alcalde reiteró, como ya había significado durante la campaña electoral de ese año, que uno de sus grandes retos era hacer de Burriana una ciudad más amable, “con menos ruidos y en la que se respete el derecho al descanso de los vecinos en sus propios domicilios”.

La nueva Ley del Ruido establece la obligatoriedad de un plan de acción autonómico y planes municipales para poblaciones de más de 20.000 habitantes. El coste de este plan es de 18.880 euros.

El Ayuntamiento de Burriana y la Universitat Politècnica de València suscribieron el 27 de octubre de 1997 un convenio marco de colaboración, gracias al cual ya fue posible el Plan de Movilidad aplicado en la ciudad en 2002, que permitió convertir la mayoría de viales como de único sentido de circulación, y ganar miles de plazas de aparcamiento en la vía pública.