Localizan la entrada de los antiguos urinarios de El Pla cuando iban a reparar una fuga de agua

Los operarios de Facsa han tropezado hoy, cuando intentaban reparar una fuga de agua, con la entrada a los antiguos urinarios de El Pla que se taparon en la década de los cincuenta cuando se remodeló por última vez la plaza. El pasado mes de junio, una grúa de gran tonelaje, que acudió al Pla, para desmontar una torre de una obra del carrer Nou, ya produjo un socavón en este mismo lugar cuando procedía a sacar los cuatro pies hidráulicos con los que pretendía quedar fijada al suelo.

Estos urinarios prestaban servicio a los miles de hombres que se congregaban en el Pla para “llogarse”. Una práctica que surgió en la segunda mitad del siglo XIX y que se extendió hasta casi acabar la década de los ochenta. Al principio, las grandes concentraciones se producían a primera hora de la mañana, y con los años se trasladaron a la víspera, a última hora de la tarde, cuando mejoró el alumbrado eléctrico. Para cruzar el Pla había que ir esquivando los corrillos que se formaban en las aceras, y para muchas mujeres resultaba una situación embarazosa, ya que no podían evitar los piropos, y en muchas ocasiones comentarios poco elegantes.

En una época en la que muchos hombres llevaban sombrero, una broma bastante repetida entre los jóvenes era atar una fina cuerda, en la parte superior de la escalinata, que ayer quedó al descubierto, para que los que bajaban a los urinarios les saltara el sombrero.

Los urinarios, como se pudo apreciar ayer, permanecen como una bóveda, debajo de la vía pública, ya que lo único que se hizo fue tapar la escalera de entrada.