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El Ayuntamiento de Burriana homenajea a María José Guinot, Lolita Soler y Rosa Gavara en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora

El Ayuntamiento de Burriana homenajea a María José Guinot, Lolita Soler y Rosa Gavara en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora
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    La empresaria María José Guinot (Colección Alexandra), la pianista y maestra Lolita Soler y la trabajadora del sector pesquero Rosa Gavara han recibido hoy un homenaje en el Ayuntamiento con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. El acto, organizado por la Concejalía de Igualdad -que dirige Consuelo Suay-, se ha celebrado en el salón de sesiones, donde las tres homenajeadas han estado acompañadas de familiares y amigos, así como de representantes de los tres grupos municipales.

    La concejal Consuelo Suay ha sido la encargada de leer las reseñas biográficas de estas tres mujeres, que han recibido una placa conmemorativa de manos del alcalde, José Ramón Calpe y un ramo de flores entregado por las concejalas Ana Montagut, Mercedes Giménez y María Dolores Aguilera. Las tres han tomado la palabra para agradecer este reconocimiento y han coincidido en ofrecerlo y hacerlo extensivo a todas las mujeres de Burriana.

    "En Burriana tenemos la suerte de tener mujeres como estas y como otras muchas que también merecen este reconocimiento, y a ellas dedicamos en su nombre este sencillo y modesto homenaje", ha expresado el alcalde, quien ha tenido palabras para cada una de ellas. "Son ejemplo para todos", ha destacado Calpe, quien les ha dado la enhorabuena y les ha deseado que sigan disfrutando por muchos años de su familia, de sus amigos y de su vocación.

    El Ayuntamiento de Burriana ha homenajeado desde el año 2006, cuando inició esta serie de reconocimientos, a un total de 25 mujeres: Reyes Martí, Reyes García y Rosa Monzón (2006); Teresa Usó, María Dolores Varea y Teresa Casinos (2007); Cecilia Vilar, Suni Torres y Berta Balaguer (2008); Teresa Godos, Juana Tejedo y Dolores Vilar (2009); madre Fátima Valcárcel, Isabel Sanahuja y Mercedes Forcada (2010); Teresa Calpe Mingarro, Carmen Lengua Barceló, Francisca Francisco Sorlí y Dolores Peris Agramunt (2011); Asunción Poré Juan, sor Enriqueta Porcar Garcés y Asunción Castelló Llopis (2012); y María José Guinot, Lolita Soler y Rosa Gavara (2013).

     MARIA JOSÉ GUINOT
    María José Guinot Almela nació en Burriana en 1947 y ya en sus primeros años de estudio desarrolló una sensibilidad especial por las artes, especialmente por la pintura. Así, sin antecedentes en su familia, comenzó a pintar en cuarto de Bachillerato y posteriormente continuó aprendiendo en Valencia en el estudio de un pintor-decorador para preparar su posterior ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, si bien María José se decantó por ser autodidacta, algo que ha definido su carácter y su evolución profesional.

    En aquella época, a mediados de los años 60 y con tan sólo 17 años, llegó a presentarse a varios concursos, en alguno de los cuales resultó premiada, y a realizar varias exposiciones con éxito de ventas.

    Pero si por algo se conoce a María José Guinot en Burriana es por su carácter emprendedor y por ser una empresaria de éxito, reconocida a nivel nacional e internacional en el campo del mobiliario y la decoración integral.

    Inició su carrera en el mundo de los negocios con la apertura en 1975 de la tienda Alexandra, en la que empezó como decoradora, pero el negocio fue a más y empezó a contar con clientes de la talla de Porcelanosa y de otros a nivel nacional.

    La búsqueda de algo diferente, especial, distintivo, la llevó a comenzar la importación de muebles antiguos para crear ambientes únicos, pero la dificultad para encontrar muchas veces lo que buscaba la llevó a decidir crear ella misma los muebles y elementos auxiliares que ideaba en su cabeza, siempre con un toque exótico y la mezcla de Este y Oeste bajo la luz del Mediterráneo.

    Así nació en 1994 Colección Alexandra, en la que la acompañan sus dos hijos, un proyecto que gracias a su trabajo, perseverancia, profesionalidad y tesón ha logrado convertir en una de las mayores empresas de la decoración en el mundo siendo, actualmente, un referente en el sector.

    Actualmente exporta el 85 % de su producción, que llega a más de 60 países del mundo y a clientes de gran prestigio internacional. Viajera incansable, ha abierto mercados en lugares lejanos y en los últimos años ha inaugurado showrooms o expositores en países como Azerbayán y Kazajistán. Sus más de treinta y cinco años en el sector así como su selecta cartera de clientes de todo el mundo avalan su profesionalidad.

    María José también ha vivido momentos difíciles, como el incendio de parte de las instalaciones de Colección Alexandra, pero como siempre, se sabe sobreponer y se crece en las dificultades. Tampoco fue fácil crear la empresa, comenzar con la fabricación y emprender la exportación hace 35 años, siendo pionera en el sector, algo más complejo en aquella época por el hecho de ser mujer y madre.

    Perseverancia, tenacidad, fuertes valores y esperanza son términos que describen bien a María José Guinot.

    LOLITA SOLER
    Dolores Soler Soler nació en Burriana en 1938 y heredó la afición por la música de su padre, Vicente Soler, enamorado de la guitarra y discípulo de Francisco Tárrega. El ambiente familiar favorable y unas dotes innatas la llevaron a tomar de su padre las primeras lecciones de solfeo a los 7 años y a continuar su formación en el Colegio de la Consolación.

    Admiradora de José Iturbi, tuvo la oportunidad con tan sólo 10 años de conocerle personalmente con motivo de un concierto en el Teatro Principal de Burriana.

    Con ese referente y con la pianola que le compró su padre, compaginó sus estudios de Magisterio con los musicales y así, a los 18 años, concluyó la carrera de piano tras tres años de solfeo, ocho de piano, dos de acompañamiento, uno de armonía, uno de cámara y uno de historia y estética.

    Y sólo un año después, con 19, terminó Magisterio, pero prosiguió sus estudios musicales en Castellón de la mano del maestro Vicente Asencio Ruano, marido de la compositora Matilde Salvador; y más adelante con la profesora Consuelo Lapiedra, alumna de José Iturbi.

    Recomendada por Asencio, Lolita Soler dio un gran salto en su carrera para proseguir su formación en París con las prestigiosas profesoras Lélia Gousseau y Lucile Bascourret. Allí trabajó para pagarse sus estudios y el alquiler de un piano para las clases.

    Posteriormente, regresó a España, donde continuó perfeccionando la técnica con la gran pianista Margarita Conte, nacida y formada en Francia; si bien decantó su profesión hacia la docencia, aprobando las oposiciones a maestra que la llevaron como primer destino a la Pobla de Benifassà, pero también allí logró -no con pocas dificultades- encontrar un piano de alquiler para seguir practicando.

    Sus siguientes destinos fueron Costur, Nules y finalmente Burriana –ya en los años 70-, donde dio clases de francés en el colegio Cervantes, dejando una huella imborrable en sus alumnos.

    Siempre con la música en el alma, se presentó a las primeras oposiciones de profesora de música y las aprobó, con destino en el instituto Sos Baynat de Castellón; pero Lolita terminaría su carrera y se jubilaría en Lisboa (Portugal) gracias a unas oposiciones convocadas para el Instituto Español.

    Sus familiares definen a Lola como una mujer perseverante y ordenada, pero también cariñosa, entrañable, honrada y dotada de una gran humanidad.

    Trabajadora y estudiosa incansable, apasionada del piano y de la música, políglota, amante del arte y de la docencia.

    ROSA GAVARA
    Rosa Gavara Ferrer nació en Burriana en 1931 en el seno de una humilde familia marinera. Cursó estudios básicos, pero desde muy temprana edad se dedicó a ayudar a la familia, tanto en las tareas domésticas como en los trabajos propios del oficio del mar.

    Durante su corta adolescencia, Rosa reparaba redes en el Puerto y, cuando llegaban al Puerto los barcos con la pesca, iniciaba con el cesto a la cabeza su andadura hasta Burriana, donde vendía el pescado a domicilio o bien en unas pequeñas paradas de madera fuera del Mercado Central, en la parte recayente a la calle Colón (frente a lo que fue Cafés Almela).

    Rosa ha estado siempre ligada al mar, una profesión a la que ha dedicado más de 60 años de su vida y del que le ha quedado un cariñoso apodo, la “esparrallonera”.

    Casada desde muy joven con Antonio Soler, su marido tuvo que emigrar a Alemania en busca de trabajo para poder aportar dinero a la economía familiar y poder invertir en un barco. Mientras Antonio ganaba con su esfuerzo y su trabajo este dinero, Rosa también trabajaba en Burriana y criaba a su hija mayor.

    El esfuerzo del matrimonio hizo posible que de una pobre barca de palangre la familia pasara a disponer de un barco de arrastre de considerables dimensiones. Rosa se convirtió en una perfecta administradora de la economía familiar, al tiempo que la familia crecía, pues es madre de cuatro hijos.

    Propietaria de la barca, una vez jubilada, la vendió y dedicó todo a sus cuatro hijos, que le acompañan en esta etapa de merecido descanso tras una vida de trabajo incansable.

    Este barco de arrastre y el mar les ha ofrecido su sustento durante toda la vida, pero siempre bajo la dirección y tutela de Rosa “la esparrallonera”, quien merece el reconocimiento por su trabajo, tesón y el esfuerzo durante toda una vida para sacar adelante una familia y progresar.

    comentarios 2 comentarios
    Timo/teo
    Timo/teo
    11/03/2013 02:03
    Excelente vista

    Venga hombre no exagere. El plano es colosa,l es alegría para la vista, Llama la atención No esta mal la cosa. Lo sublime y ponderado y casi con hábitos "alguna", Esto es la guinda . Toda buena "copa" la lleva

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