Cultura presenta la restauración de un plano del casco urbano de Burriana de 1896

El concejal de cultura, Enrique Safont, acompañado por la archivera municipal María Pilar Ramos-Garijo ha presentado hoy la restauración de un plano general de Burriana de 1896 con las nuevas alineaciones aprobadas por el Ayuntamiento a finales del siglo XIX, lo cual implicaba la creación de nuevas calles, hasta entonces inexistentes, como la calle Encarnación, para prolongar la calle San Rafael (actualmente l’Escorredor), o la calle San Juan de la Cruz. En aquel momento no estaba construida ni la casa de Bernabé Peris (hoy sede del Club 53) ni el templo de San José de los Padres Carmelitas, construidos poco después por el arquitecto Godofredo Ros de Ursinos, frente a una zona de ensanche del Camí d’Onda (entonces avenida de la Estación), gracias a la adquisición en 1893 de dos hanegadas y diez brazas a la Baronesa de Terrateig. También se puede apreciar fácilmente el discurrir de la acequia de l’Ull de la Vila que pasaba por la calle Cruz del Rosario (parte final de la calle Sant Vicent), se adentraba por lo que hoy es la Terraza Payá y atravesaba toda la plaza San Fernando (EL Pla), al final de la cual (frente a Bancaja) había un molino. El agua seguía su cauce por la calle de l’Ull de la Vila, actual calle La Tanda. Esta acequia se empezó a tapar mediante la construcción de una bóveda en agosto de 1913. También llama la atención como se marca en el plano los pozos municipales, como el del Pla de Sant Blai o el de la plaza de la Mercé, de los que se abastecía el vecindario.

Este plano fue elaborado, según firma el documento, por el arquitecto municipal, Francisco Tomás Traver, que también lo fue de Castellón, donde construyó edificios tan emblemáticos como la casa dels Caragols o el Instituto Francesc Ribalta. En el caso de Burriana fue también el autor del primer proyecto de abastecimiento de agua potable de la ciudad, cuyos filtros y depósito de 1901 aún se encuentran en la carretera de Almassora.

Se puede observar en el plano que ha sido restaurado las alienaciones de las calles, los números de policía y la nomenclatura de la época, que se ha conservado en un porcentaje muy elevado. Se trata de uno de los documentos más antiguos que se conservan en el archivo municipal, que fue quemado casi en su totalidad en la Guerra Civil. Este mapa del casco urbano forma parte de una colección de 40 documentos conservados hasta ahora en el museo arqueológico de la localidad.

La restauración ha sido llevada a cabo por el Institut Valencia de Conservació y Restauració, dependiente de la Consellería de Cultura, que ha subvencionado parte de este proyecto. Las dos técnicos que han realizado este trabajo, Gema María Candel y Mar Mateo, han explicado en que situación se encontraba el documento, con deformaciones y pliegues, intervenciones inadecuadas, roturas y pérdidas del soporte, manchas de humedad, deyecciones de insectos y suciedad ambiental. Para recuperarlo, en la medida de lo posible, han expuesto, se han eliminado los parches pegados con cola, se ha limpiado mecánicamente el reverso, se han eliminado deyecciones, se han sujetado los rasgados, preparado un soporte adicional con un papel especial japonés, y se ha procedido a una laminación mecánica.